Hoy se cumple el 46° aniversario del último golpe cívico militar en Argentina y la memoria por los 30 mil detenidos desaparecidos sigue viva. En Salta hubo unas 240 personas desaparecidas y cientas fueron detenidas por las fuerzas de seguridad que junto al ala judicial y civil fueron partícipes necesarios para llevar adelante los crímenes del terrorismo estatal.
En la vuelta a las movilizaciones presenciales tras la pandemia, en la capital salteña habrá marchas. La primera, que será a las 10 y partirá desde la plaza 9 de Julio, es convocada por la Mesa de Derechos Humanos de Salta y la Liga de Derechos Humanos. Mientras que a las 16, también desde la plaza central de Salta, partirá la marcha convocada por la Red de Derechos Humanos junto a organizaciones y partidos de izquierda.
En la lucha por mantener viva la memoria, desde los organismos de derechos humanos de la provincia se viene pujando para que los lugares que funcionaron como centros clandestinos de detención y torturas sean señalizados como sitios de memoria. En toda la provincia aún faltan señalizar edificios de Capital, Orán, Metán y Tartagal.
La militante de derechos humanos y delegada en Salta de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, María Martínez Morales My, dijo a Salta/12 que uno de los lugares más emblemáticos que aún falta convertirse en un sitio de memoria es la Central de la Policía, ubicada en la calle General Güemes de la capital. Precisamente, este lugar es reconocido como el sitio donde eran llevados los detenidos para ser interrogados y torturados, y hasta hay testimonios que dan cuenta de asesinatos cometidos intramuros.
«Estuvo a punto de ser señalizado en varias oportunidades pero siempre por cuestiones políticas se caen y no se terminó señalizando», relató Martínez Morales My. El último intento fue durante el tercer mandato de Juan Manuel Urtubey (2011 y 2015), cuando incluso la Dirección Nacional de Sitios y Espacios de Memoria llegó a diseñar los carteles a colocarse. Esta Dirección es la encargada de la preservación, señalización y difusión de los sitios de memoria del terrorismo de Estado, de acuerdo a la Ley 26691.
La funcionaria nacional recordó que en ese momento todo el proceso se detuvo a último momento porque empezó a circular la versión de que con la señalización se estaba estigmatizando a la fuerza. Martínez Morales My, que entonces estaba dentro Dirección General de Derechos Humanos de la Municipalidad de Salta, sostuvo que ese versión es todo lo contrario a lo que realmente se quiere reivindicar, dado que marcar los sitios «es tener presente el pasado para construir otras fuerzas de seguridad y ciudadanía».
«Hay un prejuicio y temor de que señalizar un sitio de memoria tiene que ver con estigmatizar a las fuerzas de seguridad porque queda marcado que allí sucedieron crímenes de lesa humanidad, pero, en realidad, se intenta dar un cambio de paradigma» dado que «al señalizar se marca lo que sucedió en el pasado para construir la memoria y construir este presente, sabiendo quienes fuimos y quienes queremos ser», manifestó. En esa línea, dijo que de a poco se va vislumbrando el compromiso desde los distintos gobiernos locales para con la causa.
Otros lugares más emblemáticos de la represión que aún faltan señalizar son la Comisaría Octava, en Metán; el Regimiento de Infantería de Monte 28, de Tartagal, y el Escuadrón 20 de Gendarmería, en Orán. Por lo que organizaciones salteñas de derechos humanos solicitaron a funcionarios nacionales que sean señalizados, pedido que se hizo formal en el plenario del Consejo Federal de Derechos Humanos realizado en la provincia esta semana.
Uno de los espacios ya señalizados, en 2012, es la cárcel de Villa Las Rosas, en la capital. Recientemente el ministro de Seguridad y Justicia, Abel Cornejo, anunció que se llevaría a cabo el traslado de las unidades carcelarias que funcionan en Villa Las Rosas a Cerrillos y Metán. Este anuncio generó preocupación en militantes de derechos humanos que esperan saber qué va a suceder con ese espacio.
«Salta no tiene un espacio de la memoria y creemos que la cárcel de Villa Las Rosas, correspondería que fuera un espacio», manifestó Martínez Morales My, quien destacó las dimensiones del lugar, lo que significaría una gran oportunidad para trabajar la memoria en Salta.
En 2017 el paraje Palomitas fue señalizado como sitio, en homenaje a 11 detenidos que fueron fusilados un 6 de julio de 1976. Las víctimas fueron Celia Leonard de Ávila, Benjamín Ávila, Georgina Droz, María del Carmen Alonso de Fernández, Evangelina Botta de Nicolay, Amaru Luque de Usinger, Rodolfo Usinger, Roberto Oglietti, Pablo Outes, Alberto Savransky y José Póvolo.
También son reconocidos como sitios de la memoria la delegación de la Policía Federal y el abra El Gallinato, en La Caldera. Este último, ya había sido nombrado como sitio en 2013, y se pedía la restauración del cartel desde 2019, hecho que ocurrió en octubre del año pasado. Esto se debió a que el cartel fue vandalizado días después que se colocara el cartel que lo reconocía como sitio de memoria.
Se conoce como masacre de El Gallinato a los hechos ocurridos en la noche del 24 y el 25 de septiembre de 1976, cuando grupos de tareas secuestraron, desaparecieron y asesinaron a Gemma Fernández, Héctor Gamboa, Silvia Aramayo, Daniel Loto Zurita, Carlos Figueroa Rojas y Martín Miguel Cobos. Salvo Cobos, que fue asesinado a tiros en la ciudad de Salta, se cree que las otras personas fueron asesinadas en El Gallinato.
Un sitio que espera convertirse en espacio
En octubre del año pasado se logró la señalización del Cementerio de la Santa Cruz, ubicado en la capital salteña. Dicha acción respondió a una demanda que las víctimas y familiares de detenidos desaparecidos venían impulsando desde hace años, y que además, la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación mantenía en agenda con la intención de dar cumplimiento a la Ley Nacional N° 26.691.
En ese lugar se abrió una fosa común donde fueron depositadas víctimas del terrorismo de Estado.
Según consta en la Justicia Federal y en el Archivo Nacional de la Memoria, la fosa común está ubicada en el sector C del cementerio. En el sitio rige una prohibición de innovar, dictada el 16 de julio de 2020 por el Juzgado Federal 1 de Salta, a cargo de Julio Bavio. La “averiguación de delito” se inició por la denuncia del odontólogo Manuel José Costello, y se pretende realizar relevamientos para tratar de dar con restos humanos de aquella época.
La existencia de esta fosa común era conocida públicamente de manera contemporánea a la dictadura cívico militar. En 1977, Julio Gamboa encontró en ese lugar el maxilar y restos de pelos de su cuñada, Gemma Fernández Arcieri de Gamboa, secuestrada y desaparecida el 24 de septiembre de 1976 junto a su marido, Domingo “Guilo” Gamboa. Se sabe de ellos que fueron dinamitados en El Gallinato.
Martínez Morales Miy explicó que aún falta excavar el sector F. En el lugar, ayer se llevó adelante el acto de lanzamiento del proyecto Murales por la Memoria, continuando así, con el proceso de señalización del Cementerio. De esta actividad particiaparon alumnos y alumnas de 4 y 5 año del Bachillerato Artístico Tomás Cabrera de la especialidad Arte Público, quienes serán los encargados de realizar estos murales.
En esa línea, se intenta que el lugar sea un espacio donde pueda existir una interacción con la sociedad, entendiendo que desde la cultura se posibilita generar distintas manifestaciones. Por ello, uno de los anhelos es que ese sitio del Cementerio pueda convertirse efectivamente en un espacio de la memoria. «Es abierto y tiene muchas posibilidades de que sea así», expresó la funcionaria, reconociendo que tiene su particularidad al estar dentro de un cementerio.