Es triste observar cómo cuanto más lejos de la capital se encuentra una escuela, más se acentúa la indiferencia de las autoridades centrales con las experiencias que atraviesan, y más hondo cala en las comunidades, donde la escuela es el centro de la vida social, la impunidad de algunos docentes que claramente no están a la altura de las circunstancias, ni de sus puestos, ni de la misión sagrada que tienen en sus manos.

Protegidos por la desidia de sus superiores, por las distancias difíciles de atravesar, por las dificultades que plantea la virtualidad para la comunicación, o porque a casi nadie le importa realmente la excelencia en la educación, es que estos docentes hacen cosas que avergüenzan y lo peor es que creen que nadie se va a enterar. El Tribuno viene contando historias tristes que tienen como escenario a las escuelas rurales más lejanas de Salta y, como villanos, a sus directores que castigan a las futuras generaciones de salteños con ejemplos de indignidad.

El escándalo tuvo lugar este lunes en la escuela Nº 4.206 Frontera Argentina, del Abra Santa Cruz, en Santa Victoria Oeste, a 600 kilómetros de la ciudad de Salta. Por problemas recurrentes con la comunidad kolla, que arrastraba desde 2008, en marzo de este año Alicia Ester Quispe fue removida de su cargo de directora y reubicada en otra escuela de Santa Victoria Oeste, en el paraje Huertas. La misma suerte corrió el hermano de la exdirectora, Fernando Quispe, un conflictivo docente de la escuela Frontera Argentina, quien fue reubicado en la escuela del paraje Santa María, en el mismo municipio.

La comunidad estaba agradecida de que los hermanos Quispe ya no fueran parte de la vida de sus hijos, salvo por un detalle: hace unos días llegaron de madrugada con dos camionetas, cargaron decenas de cajas y se las llevaron con rumbo desconocido. La misma operatoria se iba a repetir este lunes, pero los padres, ignorados por la Policía a pesar de la denuncia penal que hicieron por aquello que consideraron un robo, interceptaron a la exdirectora Quispe cuando intentaba cargar otras numerosas cajas en un vehículo y, por la fuerza, no dejaron que se llevara nada más.

La sorpresa fue al abrir las cajas y ver que contenían guardapolvos nuevos de todos los talles, zapatillas de números diversos, útiles escolares sin uso al por mayor, utensilios de cocina, decenas de banderas nuevas, mientras que por años esta directora hizo flamear hilachas de la enseña patria, burlándose de las notas de los padres solicitando que cambiara la bandera en el mástil de, justamente, la última escuela argentina en la frontera con Bolivia.

El director actual, Alfredo Valor, es docente de esta escuela desde 2017. Informó que «se hizo una denuncia penal porque la directora se fue sin entregar documentación y cosas de la escuela. Yo asumí en marzo y recién el 4 de julio me entregó la documentación de la escuela».

Agregó: «En 2020 decretaron el aislamiento por la pandemia y no hubo clases todo el año; pero este año las clases son presenciales todos los días. Hay 50 alumnos de primaria y 28 en la secundaria. La bronca de la gente fue que Alicia Quispe vino el lunes a la madrugada y se estaba llevando cosas de la escuela que ella tenía acopiadas y no eran objetos personales, sino cosas de la escuela».

Por su parte, Evangelista Subelza, presidenta de la Cooperadora Escolar y secretaria de Personería Jurídica de la Comunidad Kolla del Abra Santa Cruz, señaló: «Desde 2010 hacemos las gestiones para que mejore la escuela, Quispe estaba desde el 2008 y desde entonces fue un desastre siempre la escuela, de mal en peor cada año. Hemos reclamado siempre al Ministerio de Educación con notas, tenemos copias de todo, nunca nos han dado importancia, solo le creían a esta docente sinvergüenza que con su hermano se han llevado dos camionetas cargadas de cosas y apenas hemos logrado que no se lleven más cosas».

«Nosotros desde la comunidad queremos que los investiguen a los Quispe, que no nos ignoren más, hemos hecho la denuncia penal que está asentada en la Fiscalía Penal 4. Solo luchamos por el bien de nuestros niños que son muy necesitados. Entre lo que se estaba llevando la exdirectora había guardapolvos, zapatillas, útiles que ella les negaba a los chicos. Siempre los hacía comprar la lista de útiles y guardapolvo y viendo que tenían zapatillas rotas, no les daba las que tenía acopiadas», expresó.

«Tanta impunidad es dolorosa, ni a la policía le importa, esperemos que desde el Ministerio hagan algo esta vez», dijo Evangelista Subelza, quien fue una activa concejal opositora durante la intendencia que duró décadas de Lino Flores en Santa Victoria Oeste.

La escuela primaria Frontera Argentina comparte tres aulas con el colegio secundario rural 5.218 desde 2013, lo que ha deteriorado seriamente las condiciones del edificio y la calidad de vida de todos los alumnos durante las horas de clases.

Hace años, desde que Evangelista era concejal, le reclamaban formalmente a la directora Alicia Ester Quispe que cambiara las banderas que flameaban en el mástil: «Son una vergüenza porque están desgarradas y sucias. La bandera es un símbolo sagrado y fundamental en una escuela de frontera donde nuestra comunidad hace patria en los confines del territorio nacional. Por eso solicitamos muchas veces que se tomaran las medidas que correspondan con los responsables de esta mala administración de los recursos de la escuela, pero nunca pasó nada. Porque no hay patriotismo en estas personas, no sé cómo los ponen a enseñar».

Fuente: El Tribuno

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí