En la reunión de gabinete que ayer por la mañana se hizo en el salón Eva Perón de Casa Rosada, el tema de convocatoria y el centro de la conversación volvió a ser el mismo que el de la noche anterior en la reunión del PJ nacional y el mismo que inquieta a todo el peronismo hace ya diez días: cómo y qué estrategias trazar para defender a la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, ante la embestida judicial que pretende proscribirla para siempre y condenarla a 12 años de prisión. Todas las reuniones importantes del Frente de Todos giran en torno a eso porque, desde el Gobierno, explican, la idea es «peronizar» o «deskirchnerizar» el conflicto para que se entienda que el intento de proscripción no es solo a la vicepresidenta sino a todo el peronismo.

Uno de los primeros que puso el tema sobre la mesa y repudió el accionar del Poder Judicial durante la reunión de todos los ministros y ministras que se hizo este miércoles, fue el titular de la cartera de Justicia y Derechos Humanos, Juan Martín Soria. A su turno, también se plegaron el titular de la AFI, Agustín Rossi, y el jefe de Gabinete, Juan Manzur, que la noche anterior había asegurado que «creo firmemente en la inocencia de nuestra vicepresidenta».

Al finalizar la reunión, el canciller Santiago Cafiero expresó que “uno de los temas de conversación fue la persecución judicial contra nuestra vicepresidenta, que tuvo respaldo y apoyo en términos políticos e institucionales. Gran parte de los que estuvimos en la reunión de Gabinete participamos de la reunión del Partido Justicialista y desde allí también se esbozó un comunicado como parte de la pertenencia política y partidaria de cada uno de nosotros». Cafiero resaltó que «el debate no es solo en torno a una injusticia contra un ciudadano, sino que lo que este Gobierno propone es luchar contra las injusticias cotidianas, que tienen que ver con la crisis en la que está hoy el sistema judicial en nuestro país”.

El presidente Alberto Fernández es otro de los que cree firmemente que el sistema de justicia está corrompido y suele repetir que «está en riesgo el estado de derecho», sin embargo, a diferencia de la vez anterior –la primera reunión de gabinete de la que participaba el ministro de Economía, Sergio Massa— esta vez Fernández no participó del encuentro. Manzur, el ministro del Interior, Eduardo «Wado» de Pedro, y el de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, se fueron antes de que termine porque tenían una actividad sobre Bajos Submeridionales en la provincia de Santa Fe.

La idea del Gobierno con respecto a la persecución judicial contra CFK, es que este nuevo embate de la Justicia no quede signado como algo contra la vicepresidenta sino contra el peronismo en su totalidad. «El peronismo se siente atacado y reacciona en su defensa. La persecución para el peronismo es fundante, al igual que la proscripción. Es cíclica, como la figura normativa que usa siempre la derecha, que es la de asociación ilícita», dicen.

Desde el oficialismo comparan la situación actual con la vuelta de Perón del exilio en 1972 y con las largas vigilias que los peronistas hacían en las puertas de la residencia Gaspar Campos, de Vicente López, donde vivió el expresidente Perón. «La situación se parece más a eso, que a lo que sucedía en la isla Martín García», opinan cerca del mandatario. Cerca de la vicepresidenta, en tanto, creen algo similar. El ministro de Desarrollo Social de la provincia de Buenos Aires y secretario de la Cámpora, Andrés Larroque, también comparó la situación actual de movilización constante en la puerta de la casa de CFK, con lo que sucedió en el 72 en Gaspar Campos. Compartió en sus redes sociales un hilo de fotos de ambos momentos, con situaciones muy similares de los manifestantes y puso: «Juncal y Gaspar Campos. Impresionante recopilación».

«La derecha tiene las corridas cambiarias como herramienta de presión, nosotros tenemos las calles. CFK es la que mejor puede amplificar el mensaje del peronismo y tiene una percepción aguda de dónde está el poder: está fragmentado y los estados tienen cada vez una porción más chica, por eso la quieren fuera de juego«, explican desde el Gobierno. En esa línea, consideran que es necesario federalizar y «peronizar» el conflicto, incluyendo a la CGT, a los movimientos sociales y a los gobernadores, para abroquelarse y tener más fuerza.

Otros de los temas que se conversaron en la reunión de gabinete, más allá de la persecución judicial que vive la Vicepresidenta, fue el tema económico. Massa tuvo allí un rol protagónico. Hablaron de las tarifas; de la próxima revisión del FMI –que consideran que será positiva y que se concretará el desembolso–; de los índices de empleo y también de todo lo vinculado al índice de inflación de agosto, que se dará a conocer el 14 de septiembre. Desde el oficialismo ya adelantan que el número será nuevamente alto y dicen que esa es la mayor preocupación del gobierno en este momento. ”No hay ningún tipo de ajuste. El ministro de Economía fue muy explícito al respecto en la reunión”, dijo Filmus. Lo que se hizo, aclaró, fue “una reasignación de partidas de los presupuestos subejecutados a esta altura del año».

Sobre el rol del Presidente, que últimamente quedó relegado por el protagonismo que tomaron Massa y CFK, desde su entorno opinan que «hoy el principal problema que tenemos es la inflación y por eso Sergio está en el centro de la escena. Eso está bien. El rol de Alberto ahora es ir por el territorio cosechando lo que sembró. Este es el gobierno que más obra pública hizo, se invirtió mucha plata». 

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