El gobierno efectuó el pago de u$s692 millones a los bonistas extranjeros por la deuda reestructurada en el 2020. Se trata del primer vencimiento en el que la Argentina estará comprometida en un clima de tensión por las reservas con las que cuenta el Banco Central (BCRA). Sólo en el primer trimestre, la Argentina deberá afrontar pagos al Fondo Monetario Internacional (FMI) por u$s3976 millones entre capital e intereses, los cuales u$s1.100 millones vencen a fin de mes. Al FMI se suma el vencimiento de u$s200 millones al Club de París.
De acuerdo a la información de la Oficina de Presupuesto del Congreso, u$s243 millones corresponden a los bonos emitidos bajo jurisdicción local (AL29, AL30, AL35, AE38 y AL41), u$s426 millones a los títulos en dólares bajo ley neoyorkina (GD29, GD30, GD35, GD38, GD41 y GD46) y el equivalente a u$s24 millones a los globales emitidos en euros (GE29, GE30, GE35, GE38, GE41 y GE46).
Estos títulos, lanzados por Martín Guzmán en 2020 para reestructurar la deuda en moneda extranjera luego del megaendeudamiento de Mauricio Macri, no estipulan pagos de capital hasta 2024 y tuvieron un importante recorte en las tasas de interés promedio (del 7% a alrededor del 3%). Los cupones tienen una estructura ascendente para aliviar los pagos en los primeros años. En esta oportunidad, la tasa de interés devengada durante los seis meses previos fue de entre el 0,5% y el 2,5% nominal anual dependiendo del bono. El tercer pago, pautado para el 9 de julio, será a la misma tasa.
Las cancelaciones de deuda en dólares hicieron que pese al superávit comercial obtenido y los ingresos de la cosecha fina no sean suficientes para aliviar la presión que tienen las reservas. El día de ayer, el Banco Central sumó su sexta rueda consecutiva con saldo tras comprar otros u$s75 millones a partir de su intervención en el mercado oficial de cambios; con lo que acumula u$s180 millones en el mes.
La autoridad monetaria venía de vender u$s460 millones, en términos netos, durante diciembre, aunque en el acumulado de 2021 tuvo un resultado favorable en torno a los u$s5.000 millones. Al mismo tiempo, la autoridad monetaria parece haber acelerado el ritmo de devaluación, aunque todavía resta ver si se trata de una situación puntual de estos días, o de un cambio de estrategia que se mantendrá en el tiempo.
En el mientras tanto, el gobierno dio a conocer las diferencias en el terreno fiscal con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que impactaron de lleno en las expectativas. Con las reservas justas y una tensión financiera propia de la instancia de negociación que se endurece por parte del organismo internacional, los vencimientos de deuda en moneda extranjera presionan al mercado cambiario. El objetivo del BCRA será evitar sobresaltos y sostener la estrategia de acelerar a cuentagotas la depreciación para acercarse a la tasa de inflación.