Alberto Fernández buscó recostarse en el respaldo de los gobernadores para reinstalar el equilibrio en el Frente de Todos, en medio de la crisis política que sacude al Gobierno tras la derrota en las PASO del domingo. De los apoyos virtuales que el Presidente había recibido en las últimas horas, la participación de los mandatarios peronistas pasó a cobrar ayer vital importancia a tal punto que no se descartaba la incorporación de uno de ellos al gabinete en caso de que, finalmente, se produzca la salida efectiva de alguno de los ministros cercanos a Cristina de Kirchner.

Los gobernadores Sergio Uñac (San Juan) y Juan Manzur (Tucumán) formaron parte de la frenética jornada que se vivió ayer en Olivos. Los dos mandatarios venían de esquivar la avalancha de las PASO, un hándicap que sólo lograron otros cuatro oficialistas: el formoseño Gildo Insfrán, el riojano Ricardo Quintela, el santiagueño Gerardo Zamora y el catamarqueño Raúl Jalil. Y, con escasísimo margen, el salteño Gustavo Sáenz, que dio vuelta la elección gracias a un puñado de votos del interior provincial.

Con la convocatoria de ayer, el Gobierno no sólo buscó blindarse de un acompañamiento clave como lo es una liga de gobernadores peronistas, sino que tanteó la posibilidad de incorporar a la gestión nacional a algún mandatario como parte de una salida a la crisis.

Esa fue, en principio, la razón de los desembarcos de Uñac, primero para un desayuno con Alberto Fernández, y de Manzur después durante la tarde.

Fueron casi doce horas de incesantes especulaciones y rumores. “Sergio se queda en San Juan”, la aclaración dejaba deslizar que había existido una oferta para que el mandatario se integrara a la gestión nacional, cuando la renuncia de Wado de Pedro al Ministerio del Interior tomaba viraje de indeclinable.

Un día antes, los gobernadores habían enviado un respaldo a Alberto Fernández en la interna del Gobierno, y entonces asomó sobre la mesa un pedido para que los jefes provinciales se integren al Gabinete.

En especial, los mandatarios que el domingo salieron victoriosos. Un lote chico, y que en general se concentra en el NOA, con la excepción sanjuanina. “Sergio no recibió ni descartó ninguna propuesta”, insistieron en San Juan. Manzur, el segundo en reunirse con Fernández, había recibido desde el martes a la noche decenas de llamadas desde Buenos Aires con doble objetivo: ordenar “la tropa” y bajar al Gobierno nacional. Al plan que imaginó algún sector del oficialismo para el tucumano le puso letra y música la vicepresidenta: “Propuse nombres como el del Gobernador Juan Manzur para la Jefatura de Gabinete. Sé que sorprenderá mi propuesta, es de público y notorio las diferencias ya superadas que he tenido con quien fuera mi Ministro de Salud desde el año 2009, cuando debí remover a quien entonces era mi Ministra de Salud por el fracaso en el abordaje de la pandemia de la gripe A (H1N1). Juan permaneció en su cargo hasta que renunció para disputar la candidatura a Gobernador de la Provincia de Tucumán en el 2015, cargo que obtuvo y revalidó por el voto popular no sólo a través de su reelección, sino también en la elección del pasado domingo”, reveló la expresidenta en la carta que difundió al final del día.

Pero el gobernador dijo que no. “En la provincia Manzur tiene mucho que ordenar también”, dicen desde las cercanías del tucumano, en referencia a la interna con el vice Osvaldo Jaldo.

Por más que el mandatario lo derrotó en las urnas, hecho que debería terminar de acomodar al PJ provincial, el vice declinó integrarse a la boleta de diputados nacionales, con lo cual seguirá en gestión y al frente de la Legislatura. “El principal escollo que tiene Manzur para dejar la provincia es Jaldo, sería regalarle el gobierno a su principal rival”, dicen en Tucumán. La incógnita inicial era si con la derrota Jaldo cesaría desde la trinchera el envío de misiles hacia el gobernador. Ahora, el vice también puede funcionar como un tapón en la provincia.

Para el sanjuanino (51 años),en tanto, un salto nacional le podría dar el conocimiento en el electorado clave para sus aspiraciones 2023, pero en este contexto podría dinamitar sus chanches a dos años y hacerlo retroceder también en la provincia, donde el domingo ganó por apenas 4 puntos. Como buena parte del FdT, perdió un importante en el caudal de votos respecto a 2019, que no se trasladaron de todos modos a Juntos por el Cambio.

Manzur (52 años) está en otra situación: su paso por el Gabinete le da otra instalación y si bien nunca expresó deseos de ser Presidente, no deja de ser una posibilidad que tienta a cualquier mandatario. Además, en tensión con Cristina reconocida ayer en la carta de la vicepresidenta: ¿podría ser el tucumano quien junte adhesiones a un PJ no K? ¿O la carta cambia ahora la ecuación? El primer reflejo es de espera; mover cualquier pieza deja el jaque servido en la provincia.

En tanto, el vasto universo de los gobernadores derrotados en las PASO quedó al margen de la discusión. O al menos en un rol secundario. Hay diálogo, claro. “Diálogo sí, pronunciamiento no”, explica a Ámbito uno de ellos. “La necesidad de resolver rápido y construir agenda para salir hacia adelante”, es el eje de los mensajes entre mandatarios, que fueron columna central de la candidatura de Alberto Fernández en 2019. Una recompensa a ese sostén fue la adenda al Pacto Fiscal que el Presidente les dio apenas asumió, que les permitió a los mandatarios no bajar impuestos en momentos de vacas flacas.

“Anoche las llamadas fueron constantes, varios gobernadores sintieron que este intento de recambio de gabinete fue un empujón abierto para que Alberto se baje”, mencionaron a este medio desde otra provincia. “Por eso, cuidar y priorizar la institucionalidad y la unidad partidaria es lo principal”, agregaron.

Los votos que se fueron y los sobrevivientes

Uno de los ejes de análisis que se hacen los gobernadores peronistas, y que lo expresa la carta de Cristina Kirchner, es el de la pérdida de votos respecto a 2017, donde el peronismo fue dividido.

Los mandatarios lo atribuyen a las turbulencias nacionales, aunque no queda claro la raíz: ¿es una mala gestión de Alberto Fernández y su equipo de ministros, como deslizó Cristina? ¿O es un rechazo social al kirchnerismo, como rama extrema del PJ? Esas elucubraciones también ponen de relieve que para los mandatarios saltar a un sillón nacional en río revuelto puede ser también un salto al vacío.

En el hundimiento general del FdT hubo otros sobrevivientes. Además de Manzur, Uñac, Quintela y Jalil, en Salta el FdT dio vuelta la elección por escaso margen con la llegada de los últimos votos del interior provincial. No obstante, el gobernador Gustavo Sáenz, del ala de Sergio Massa, se mostró, como un actor añadido al FdT y no como su cara visible. Asimismo, en Santiago el FdT no se presentó, de alguna forma reemplazado por el Frente Cívico (con el PJ incluido en la alianza). Y el mandatario Gerardo Zamora fue otro de los vencedores: el 55% le da optimismo para noviembre, cuando los santiagueños deberán votar también para el cargo de gobernador.

Fuente: Ambito

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