El ministro de Economía, Martín Guzmán, busca que empresas y provincias inviertan en deuda pública en pesos (letras y bonos del Tesoro), con un triple objetivo:
- Ayudar a financiar el déficit fiscal, que en 2021 habría cerrado en torno a 3% del Producto Bruto Interno (PBI)
- Reducir la emisión monetaria; el año pasado la asistencia al Tesoro fue de casi $ 2 billones y representó el 72% del financiamiento
- Disminuir el stock de Letras de Liquidez (Leliq) en poder de los bancos, que superó los $ 2,2 billones y ahora está en $ 1,8 billones
Según pudo reconstruir El Cronista en base a fuentes oficiales y privadas, el funcionario les ofreció ayer a los empresarios de multinacionales y firmas locales que dejen los pesos excedentes de sus operaciones en títulos públicos.
Estos instrumentos garantizan rendimientos reales positivos en torno a 2-3% anual en moneda local.
El desafío para el oficialismo es que se genere confianza en la tasa fija y los inversores vayan abandonando progresivamente su propensión por los títulos vinculados a la inflación (CER) y al dólar.
Del encuentro de este martes con funcionarios de Gobierno participaron representantes de Unilever (Gran Bretaña), P&G, Coca-Cola (Estados Unidos), Quilmes (con capitales de Bélgica), Arcor, La Serenísima y Molinos Río de la Plata (Argentina).
El Gobierno quiere conversar con las casas matrices para incentivar a las grandes compañías a participar del desarrollo del mercado de capitales en Argentina.
«Las empresas están llenas de pesos y necesitan invertirlos, pero las casas matrices no lo terminan de habilitar y presionan por el giro de utilidades«, comentaron las fuentes.
Los empresarios consultados por este diario mostraron interés en el asunto pero reconocieron que -ante todo- requieren del aval de corporativos en los países de origen. El mecanismo de inversión no está definido.
El Palacio de Hacienda también tiene en carpeta utilizar todos los saldos superavitarios de provincias y entes públicos con el mismo fin.
Guzmán busca, de esta manera, que la asistencia del Tesoro vuelva en forma de financiamiento «neto» para anotar en las cuentas nacionales una baja del déficit fiscal y una reducción de la dependencia de la asistencia monetaria del Banco Central (BCRA).
La operación sería para convencer al Fondo Monetario Internacional (FMI) de que se están ordenando las cuentas públicas.
Esa propuesta -que llegaría en las próximas semanas a los oídos de gobernadores y ministros de Hacienda y Finanzas provinciales- busca captar el superávit primario consolidado cercano al 0,9% del Producto Bruto Interno (PBI) que tendrían las jurisdicciones, según la consultora Equilibra.
Esos casi $ 380.000 millones ahora están depositados en los bancos, aunque algunas provincias los invierten en instrumentos de liquidez inmediata.