Entre medio de una nueva ola de coronavirus que está azotando sin piedad a la Provincia, y con la crisis terrible del agua que está generando un grave malestar entre los salteños, no se entiende como cuatro funcionarios provinciales y el propio gobernador Gustavo Sáenz pueden estar de vacaciones como si nada estuviera pasando. Es un bochorno.
El caso de Gustavo Sáenz es complejo. Un decreto coloca a Antonio Marocco al frente del gobierno salteño, hasta el regreso de Saénz, así nomás, sin fechas ni certezas. Y es que la salud del gobernador es todo un misterio por estas horas. Los partes oficiales no tranquilizaron a los salteños y las versiones de problemas cardíacos corren entre los pasillos de toda redacción salteña. Nadie dice nada, hay miedo. Nadie sabe nada.

Además de esto, y para complicar la situación, por lo menos cuatro de los nueve funcionarios máximos que tiene el Gobierno se encuentran de licencia. A esto se suman secretarios, subsecretarios y la planta política que ya tenía guardados los pasajes para algún destino fuera de la provincia. Llama la atención que la gran mayoría no demostró tener mucha actividad oficial durante el 2021.

Recién arranca este nuevo año y la noticia a nivel local es el descontrol en el crecimiento de casos de Covid en la provincia. Las medidas que no se tomaron en diciembre ante la llegada de la variante Ómicron al país, están repercutiendo fuertemente en el sistema sanitario por lo que todo el equipo del Ministerio de Salud, con Juan José Esteban a la cabeza, se encuentran abocados a los embates de esta tercera ola de la pandemia, aunque con magros resultados. La situación está evidentemente descontrolada.

Al mismo tiempo, se pudo ver a la nueva titular de Desarrollo Social, Silvina Vargas, haciendo una recorrida por el chaco salteño que se vio afectado por la crecida del Río Pilcomayo, lo que obligó a la evacuación y asistencia de muchas familias. Sin embargo, en estos momentos ya se informó un corte de ruta, 30 familias wichi están sin agua en pleno corazón de la Emergencia Sociosanitaria.

Otro que tuvo actividad oficial fue Mario Peña con anuncios turísticos y festivaleros por toda Salta que finalmente quedaron suspendidos. De Roberto Dib Ashur y Martín De Los Ríos no se tiene mayor información más que alguna reunión con el vicegobernador a cargo del Ejecutivo, Antonio Marocco.

En total son nueve los ministros con los que cuenta la provincia. De los cuales cinco permanecen, por el momento, en funciones, mientras otros cuatro decidieron armar las valijas y pegar el portazo con unas “merecidas” vacaciones. El que más malestar despertó en los vecinos fue el titular de Educación, Ciencia y Tecnología, Matías Cánepa. Desde su entorno aseguran que es casi una “tradición” que el ministro elija enero para tomarse un descanso porque no hay actividades en las escuelas; al menos actividades que le llegaran a interesar a Monseñor quien fue, tranquilamente, el ministro que más dolores de cabeza le trajo al Gobierno durante el año que recién terminó, con los distintos reclamos docentes sin resolver, y un paro de trabajadores de la Educación de un mes de duración. Además, a esto se suma que las mesas técnicas para mejorar la calidad de vida de la docencia fueron un fracaso y el bono que solicitaron no fue entregado, por lo que, mientras Cánepa descansa (dicen que en la Costa Atlántica), en Salta los docentes se preparan para un año difícil en el que tendrán que volver a las calles por sus derechos.

En total son nueve los ministros con los que cuenta la provincia. De los cuales cinco permanecen, por el momento, en funciones, mientras otros cuatro decidieron armar las valijas y pegar el portazo con unas “merecidas” vacaciones. El que más malestar despertó en los vecinos fue el titular de Educación, Ciencia y Tecnología, Matías Cánepa. Desde su entorno aseguran que es casi una “tradición” que el ministro elija enero para tomarse un descanso porque no hay actividades en las escuelas; al menos actividades que le llegaran a interesar a Monseñor quien fue, tranquilamente, el ministro que más dolores de cabeza le trajo al Gobierno durante el año que recién terminó, con los distintos reclamos docentes sin resolver, y un paro de trabajadores de la Educación de un mes de duración. Además, a esto se suma que las mesas técnicas para mejorar la calidad de vida de la docencia fueron un fracaso y el bono que solicitaron no fue entregado, por lo que, mientras Cánepa descansa (dicen que en la Costa Atlántica), en Salta los docentes se preparan para un año difícil en el que tendrán que volver a las calles por sus derechos.

Otro que no es muy tenido en cuenta, pero que despertó sospechas esta semana, es el titular de Infraestructura, Sergio Camacho, quien pegó el faltazo a la “Mesa del Agua” propuesta esta semana por el Ente Regulador de Servicios Públicos ante los constantes cortes en el servicio que presta la empresa Aguas del Norte. En su lugar mandó a un funcionario de segunda línea. Desde el área informaron que Camacho solicitó licencia por 14 días, por lo que retomaría su actividad recién para la segunda quincena de enero. La presencia de Camacho habría sido de gran importancia en la reunión por el agua debido a que una de las mayores quejas de García Salado fue la desinversión histórica que hubo en materia de obras, área que le compete al romerista.

Quien estimamos que ya tenía planeadas sus vacaciones y que no tomó licencia por algún estrés que le provoque la función pública, es el ministro de Seguridad, Abel Cornejo. Tal vez el ex juez de corte tenía algún descanso reservado, pasajes comprados o algo planeado desde antes de reemplazar a Juan Manuel Pulleiro a inicios de diciembre. De no ser así, debería despertar al menos inquietud la rapidez con la que los máximos funcionarios de la provincia se desentienden de su actividad oficial, dejando todo en manos de secretarios o subsecretarios.

En esta misma línea están el matrimonio de recientes funcionarios, los ex legisladores Javier Diez Villa y Romina Arroyo, quienes ya tendrían todo arreglado para darse un “respiro” desde la tarde-noche de este viernes y por el lapso de dos semanas.

Finalmente, cierra la lista de altos funcionarios Ricardo Villada, el ministro de Gobierno, Derechos Humanos y Trabajo también solicitó un descanso. El mayor desmentidor de “fake news” que tiene la provincia (incluso él mismo se hace burla con esta palabra en inglés), abandonó la agenda oficial y se llamó al silencio por unos días. Tras el papelón que pasó con la ex ministra Verónica Figueroa, era lo mínimo que podía hacer.

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