El Fondo Monetario Internacional revisó sus proyecciones para la economía mundial y corrigió a la baja el crecimiento de la región y las economías emergentes. El mundo crecerá 4,4%, medio punto menos que lo previsto en octubre de 2021. América latina desacelera 0,6%. Qué dice el Fondo sobre inflación, tasas y estímulos.

Para la Argentina, el Banco Mundial estimó que este año el PBI avanzará 2,6% y prevé una baja del consumo privado por el retiro de estímulos vinculados a la pandemia y en medio de la negociación por un programa de facilidades extendidas para refinanciar la deuda con el Fondo.

«El crecimiento se desacelera a medida que las economías lidian con interrupciones en el suministro, mayor inflación, deuda récord e incertidumbre persistente», resume en el blog del FMI la ex economista jefa del organismo, Gita Gopinath, quien es la número 2 del organismo

EFECTO DE LA VARIANTE ÓMICRON

Esos factores se suman a las complicaciones en el mercado laboral, comercio y producción que generó el avance de la variante Ómicron. El nuevo brote, sin embargo, dejará de tener fuertes efectos en el segundo trimestre del año, estima el Fondo.

«Esperamos que el crecimiento global se desacelere a 3,8% en 2023. Esto es 0,2 puntos porcentuales más que en el World Economic Outlook (WEO) de octubre de 2021 y refleja en gran medida un repunte después de que se disipen las actuales trabas al crecimiento», anticipa Gopinath sobre el próximo año.

PRESIÓN INFLACIONARIA GLOBAL

Mientras que para la Argentina los economistas locales prevén casi un 55% de inflación, después del 50,9% del año pasado, para el resto del mundo la suba de precios es un fenómeno novedoso. Esas presiones llevaron al FMI a revisar las previsiones de inflación para 2022 para las economías avanzadas y de mercados emergentes y en desarrollo, y se espera que las presiones elevadas sobre los precios persistan durante más tiempo.

«Se supone que los desequilibrios entre la oferta y la demanda disminuirán durante 2022 en función de las expectativas de la industria de una oferta mejorada, a medida que la demanda se reequilibra gradualmente de bienes a servicios y se retira el apoyo extraordinario de políticas», señala con optimismo Gopinath.

LOS PRECIOS DE LOS COMMODITIES 

Además, se espera que los precios de la energía y los alimentos crezcan a tasas más moderadas en 2022 según los mercados de futuros. Suponiendo que las expectativas de inflación permanezcan ancladas, se espera que la inflación disminuya en 2023.

GASTO PÚBLICO FOCALIZADO

A modo de recomendación general, aunque también podría aplicar a la negociación con la Argentina, el FMI sostiene que «la prioridad fiscal debe seguir siendo el sector de la salud, y las transferencias, cuando sean necesarias, deben dirigirse de manera efectiva a los más afectados. Todas las iniciativas deberán integrarse en marcos fiscales a mediano plazo que establezcan un camino creíble para garantizar que la deuda pública siga siendo sostenible.

EL APOYO MONETARIO, EN RETIRADA

«La política monetaria se encuentra en un momento crítico en la mayoría de los países», advierte el FMI y Argentina no es excepción. Muchas de las recomendaciones pueden interpretarse como una guía para la negociación con el Gobierno de Alberto Fernández.

 «Cuando la inflación tiene una base amplia junto con una fuerte recuperación, como en los Estados Unidos, o cuando la inflación alta corre el riesgo de afianzarse, como en algunas economías de mercados emergentes y en desarrollo y economías avanzadas, se debe retirar el apoyo extraordinario de la política monetaria.

En ese marco, Gopinath remarca que «varios bancos centrales ya han comenzado a subir las tasas de interés para adelantarse a las presiones de los precios». En el caso del Banco Central argentino, la suba de tasas responde a un pedido del Fondo para acercarse a tener tasas reales positivas.

DEUDA Y TURBULENCIA EMERGENTE

«Las economías de mercados emergentes y en desarrollo con grandes necesidades de endeudamiento en moneda extranjera y financiamiento externo deben prepararse para posibles turbulencias en los mercados financieros extendiendo los vencimientos de la deuda tanto como sea posible y conteniendo los descalces de moneda», advirtió el FMI para los países que no están negociando contrarreloj como Argentina. 

«La flexibilidad del tipo de cambio puede ayudar con el ajuste macroeconómico necesario», sostiene Gopinath, que incluso agrega que en algunos casos, la intervención cambiaria y medidas temporales de gestión de flujos de capital pueden ser necesarias para proporcionar a la política monetaria el espacio necesario para centrarse en las condiciones internas.

En un cierre optimista, el economista sostiene que «los últimos dos años reafirman que esta crisis y la recuperación en curso es como ninguna otra. Debe haber una cooperación internacional audaz y efectiva que garantice que este sea el año en que el mundo escape de las garras de la pandemia».

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