Si bien el gobierno de España anunció a comienzos de julio, y también en septiembre, una serie de bajadas de impuestos destinadas a aligerar la factura de los consumidores, los ciudadanos denuncian el alza de precios en la energía que, en parte, no les permite consumir electricidad de la manera en la que verdaderamente desearían.
Las medidas que se tomaron en 2021 no fueron suficientes para compensar la suba. «Los precios han subido mucho, no tengo otra opción», dijo Pamela Ponce, quien vive en Madrid y no enciende los radiadores a pesar del intenso frío que ingresa por las ventanas.
«Antes, pagaba entre 35 y 60 euros al mes. Pero ahora, es más de 100 euros, sin hablar del gas, que también ha aumentado», explicó la mujer. Además contó que para calentar su casa decidió comprar un aparato con una bombona de gas, que transporta de una habitación a otra según lo necesita. «Es más económico», aseguró.
En tanto, no consigue pagar sus facturas de electricidad desde hace ya «tres meses», mientras las tarifas en España se han disparado un 72% en 2021, una de las mayores alzas de la Unión Europea.
Según la Organización de consumidores y usuarios (OCU), la factura eléctrica de los hogares españoles pasó de 675 euros en 2020 a 949 euros en 2021, un salto del 41% en un año. Respecto a 2018, fecha del anterior récord, la subida es del 18%.
Las personas vulnerables, como «las mujeres con menores a su cargo, las personas mayores con pocos recursos y los migrantes», son los más afectados, ya que muchos no tienen la documentación en regla y les es difícil realizar las gestiones para acceder a ayudas públicas, indica Sara Casas.
Según Médicos del Mundo, que lanzó una campaña de sensibilización sobre el tema, 6,8 millones de españoles, de los 47 millones totales, sufren «pobreza energética» en diferentes grados. Esta situación de precariedad eleva el riesgo de «padecer bronquitis crónica, depresión y ansiedad», subraya la ONG.