Desde hoy y hasta el domingo, el colectivo artístico cultural Minga realizará la tercera edición del Entramado Cultural: Arte, recreación y comunidad. De esta manera, personas de la ciudad de Salta y localidades aledañas, podrán disfrutar de una jornada de dos días y una noche, en las que se conjugarán una diversidad de talleres, música en vivo, espectáculos y conversatorio, pensados desde una perspectiva multidisciplinaria, comunitaria y participativa. 

El equipo de organización propuso un bono de mil pesos por todas las actividades, mientras que por día, tendría un costo de $800. Aún así, el equipo aclaró que se trata de un bono no excluyente y que en caso de no contar con el dinero, quienes tengan interés pueden asistir de igual manera y ser parte de las propuestas. El nuevo entramado cuenta con el apoyo del programa Festivales Argentinos, del Ministerio de Cultura de la Nación, junto a la colaboración de la Usina Cultural de la provincia de Salta. 

Cecilia Espinosa, fundadora e integrante de Minga, dijo a Salta/12 que se trata de un festival multidisciplinar cuyo eje busca poner en debate la concepción y ejercicio de los derechos culturales. Esto se debe a dos legislaciones aprobadas en 2020. La ordenanza que busca reglamentar los centros y espacios culturales independientes en la ciudad de Salta y la Ley de Mecenazgo Cultural, que facilita y promueve el financiamiento privado de las actividades artísticas.

Espinosa, quien también es gestora popular y antropóloga, aseguró que es «importante transmitir e intercambiar desde las experiencias» los procesos que construyen los espacios culturales autogestivos e independientes, y cómo legislaciones a su favor pueden contribuir a su desarrollo y crecimiento. Bajo ese eje se diseñó una diversidad de actividades pensadas para todas las edades. 

«Es una oferta artística enorme que va desde murgas uruguayas hasta cuentos y experimentos para las infancias», describió Espinosa.

Para este último caso se pensaron actividades específicas en los horarios de la tarde, y en paralelo al resto de los talleres para que «madres, padres, tías, tíos», o cualquier responsable de un menor de edad, «pueda acudir con sus niñxs y no privarse de participar de ninguna propuesta», aclaró la organización. Espinosa contó que esa decisión surgió porque las ocho mujeres que forman el cuerpo estable de Minga son madres y «sabemos lo difícil que es poder acceder a un taller». 

La inauguración oficial del Entramado Cultural será hoy a las 21.30, con entrada gratuita, y contará con la participación de la joven y talentosa cantante Chochi, que además presentará su nueva banda. En ese sentido, Espinosa destacó que todo el evento cumple y sobrepasa el cupo femenino, como lo dictamina la Ley Nacional N° 24.012, que propone un 30% de presencia de mujeres en los espectáculos. «Entre talleristas y artistas en escena estamos cerca del 50%», expresó. 

Las actividades

La gestora cultural aclaró que ninguna de las actividades propuestas se suspenderá en caso de haber lluvia. Si esto llegase a ocurrir, las acciones se trasladarán a los salones de la Usina Cultural. Lo único que puede variar es el cupo de asistentes para cumplir con los protocolos sanitarios vigentes. Los momentos de acreditación serán el viernes 11/2 a 19.30; el sábado 12/2, a las 9, y el domingo 13/2 a las 10. Cada taller tiene un cupo específico, por eso se dispuso de un número para consultas e inscripciones: 387 414-0361.

La jornada del sábado comenzará a las 10, con una ronda de presentación, y a las 11 darán inicio los talleres. En el mismo horario se podrá elegir entre el taller de Arte para Recrear Realidades, a cargo de Fernanda Mussini, o el taller de Canto Colectivo, compartido por Daniel Agüero

Luego del receso para el almuerzo, las actividades se retomarán a las 15 con el taller de Danzas Folclóricas, a cargo de Norma Barconte y Jorge Mamaní, integrantes del Ballet Santiago Ayala. También habrá un taller de Arte para Infancias, bajo el mando de Emanuela Abigail Gutiérrez. Mientras que a las 17 comenzará el taller de Capoeira Angola, a cargo de Irene Boleda. En ese horario, la propuesta para las niñeces vendrá de la mano de Julieta Beltramino, con Yo nunca vi una bruja. Cuentos y experimentos para las infancias. 

A partir de las 19, se realizará el conversatorio abierto sobre Derechos Culturales acerca de la ordenanza de la ciudad de Salta para Espacios Culturales Independientes, coordinado por la presidenta actual de Minga, Jacqueline Manoff. Y el cierre de las actividades del día será con el espectáculo de Hilaza, música latinoamericana en manos y voces de mujeres salteñas, con entrada gratuita y hasta agotar cupo en el espacio del anfiteatro de la Usina Cultural. 

El domingo 13 los talleres comenzarán a las 11 con Teatro del Oprimidx, compartido por Lolo y Delfín de Jujuy. También se llevará a cabo el taller Qué es una murga, mamá, que se propondrá una introducción a la murga uruguaya a cargo de Romina González, recién llegada desde la provincia de Mendoza

A las 15, la artista Magalí Rodríguez traerá el taller de Danzas Afro Guineanas, y Ana García Villalba, el de Circo para Infancias. A las 17, Pablo Rodríguez Romina Abdenur compartirán el taller de Batuque y Canto Afro-Bahiano, y la propuesta para infancias estará a cargo de Andrea Acuña con su taller de Capoeira. 

Ya para las 19, habrá un nuevo conversatorio abierto sobre derechos culturales, esta vez sobre la Ley de Mecenazgo en Salta, coordinado nuevamente por Manoff. Mientras que el cierre general del Entramado Cultural será a las 21 en el anfiteatro de la Usina, donde habrá candombe, circo y la muestra final de los talleres dados en este marco. 

La lucha por el espacio propio

El 16 de octubre de 2013 nacía Minga, después de un hecho fortuito que involucró un desalojo. Para ese entonces eran varios los espacios artísticos que funcionaban en el centro cultural Aristene Papi, que desarrollaba sus actividades en la calle Ameghino al 600, en la zona de la estación de trenes de Salta. Pero la presidenta de la asociación, María Eugenia Wayar, desvinculó a la persona que coordinaba los talleres y por lo tanto, las actividades que se venían desarrollando dejaron de dictarse.

Con las bases puestas en la autogestión, lo inclusivo y lo comunitario, Minga hoy se posiciona como unos de los espacios culturales independientes que apuestan a la formación y difusión de artistas locales y de la región.

Al año siguiente de su constitución se encaminó conlos primeros entramados: en 2014 y 2015. Espinosa dijo que esos encuentros fueron «menos ambiciosos», pero caracterizados por presentar propuestas diversas que buscan el encuentro y el intercambio de experiencias, ´pues lo que se pretende es «el compartir», «ligado a la educación popular y a una cultura popular y comunitaria». 

En toda la construcción que fueron generando desde el espacio siempre estuvo presente la necesidad de contar con un espacio físico propio. Por eso alquilaron galpones o casas, pero el costo que eso significaba, la base de la autogestión y la falta de políticas públicas en favor de los centros culturales, hizo que tuvieran que abandonar un último espacio que estaba en el centro de Salta. 

Así fue que la pandemia encontró al grupo sin un espacio, por lo que se presentaron en convocatorias de organismos públicos y organizaciones para presentar proyectos que les permitieran desarrollar sus actividades en barrios y espacios públicos de la provincia. Uno de esos proyectos, es precisamente el tercer entramado, financiado por el Ministerio de Cultura de la Nación. 

«Para poder participar había que tener cierta historia y entonces decidimos reflotar el entramado cultural», relató la antropóloga. Y a ello, sumaron el visto bueno de la gestión de la Usina Cultural, dependiente de la Secretaría de Cultura de Salta. «Estamos apostando a un laburo barrial comunitario, y por eso hacemos actividades en plazas, anfiteatros, y los propios barrios», agregó. 

En paralelo, también están incursionando en el desarrollo de podscats de artistas locales y colectivos comunitarios y feministas, que pueden escucharse aquí.  

De igual manera, la máxima es volver a conseguir un espacio propio. Por eso presentaron un proyecto ante el gobierno provincial para dejar asentada la demanda y ver si existe la posibilidad de que se les ceda un terreno fiscal para poder aplicar a distintos fondos y empezar la construcción del edificio. «Estamos abiertas a que se dé en comodato porque no queremos volver a pagar alquiler», contó Espinosa. 

Ese cansancio tiene que ver con que la labor autogestiva e independiente viene siendo ad honorem, debido a que cada vez que contaron con fondos los debieron direccionar a los alquileres. 

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