La semana pasada, oficiales de cuenta de bancos públicos y privados llamaron a las pyme de sus carteras para subirlas al último tren antes del aumento de tasas de interés. Las tasas para financiar inversiones, capital de trabajo y descuento de cheques se movieron en los últimos días, en paralelo con la decisión del Banco Central de incrementar la tasa de referencia. Las pequeñas empresas comenzaron a advertir por el impacto en la actividad y sus costos.
El impacto más concreto fue en la tasa de descuento de cheques, la operatoria más aceitada en las empresas chicas para calzar sus entradas y salidas de efectivo. Federico Cuomo, propietario de Aguas Tronador, opera con tres bancos privados de primera línea. «El descuento de cheques subió entre 200 y 250 puntos la semana pasada», contó a El Cronista. «Las tasas y el precio del dólar oficial van a meter presión, sumados a las restricciones para importar. Hoy, formar un precio a 60 días es imposible», afirmó.
El combo de tasa de interés real y ritmo de devaluación pari passu con inflación que el Gobierno negocia con el Fondo Monetario Internacional (FMI) impactará, así, en la actividad. «La impresión inicial es que no habrá cambios positivos para nada para las pymes», dijo Alejandro Bestani, presidente de Inca Alimentos y responsable pyme de Copal. «A las pymes, las tasas subsidiadas no les llegan, la tasa efectivamente subió y el crédito es muy poco», sostuvo.
Una empresa metalúrgica sumó, a la suba de tasas de descuento de cheques, el aumento en líneas del Banco Nación de 3 y 4 puntos para Maquinaria y Bienes de Capital, respectivamente, previa al incremento de la tasa de política monetaria. Son tasas que aún permanecen debajo del 40% anual, pero que no forman parte de los programas subsidiados por el Gobierno. «En el mediano plazo se va a analizar un reacomodamiento, conforme lo estableció la autoridad regulatoria, pero de momento, en los créditos a pymes, se mantienen las tasas vigentes», indicaron en el banco público.
TASAS REGULADAS, SIN CAMBIOS
El jueves, el Banco Central decidió subir 250 puntos básicos la tasa de referencia. Fue el segundo incremento en dos meses; el anterior había ocurrido a principios de enero (200 puntos). La autoridad monetaria aclaró entonces que las tasas activas reguladas no registrarían modificaciones. «La tasa para la financiación de saldos impagos de tarjetas de crédito se mantiene en 49%. También se mantienen las tasas de las líneas de inversión productiva con una tasa del 30% y para capital de trabajo con una tasa del 41%», recalcó.
Según datos oficiales, los créditos de la Línea de Financiamiento para la Inversión Productiva (LFIP) totalizaban 1,63 billones de pesos desde fines de 2020 hasta enero último.
Salvador Femenia, responsable de Prensa de la Cámara Argentina de la Mediana Empresa (CAME) sostuvo que «aún no se han verificado» cambios en los programas oficiales. «Los programas de subsidios de tasas de la Sepyme siempre amortiguan la tasa existente. Hemos pedido que no se trasladen las subas de la semana pasada a estos préstamos», sostuvo.
A futuro, el compromiso del Gobierno de no usar el tipo de cambio como ancla y de ofrecer tasas reales positivas a los ahorristas tendrá impacto en los costos y en el fondeo de las empresas más chicas. «Lo que mayor preocupación genera es lo que pueda venir por el lado de la tasa de interés», dijo un ejecutivo de una cámara empresaria. Nadie espera una supertasa como la que fijó el Banco Central en épocas de Guido Sandleris, pero la recuperación moderada podría perjudicarse sin financiamiento blando. «Hay muy buenas líneas oficiales, con tasas atractivas», aclaró.
Los reparos en las pymes son la contracara de las expectativas de las grandes empresas, que esperan que el acuerdo con el FMI disminuya la volatilidad y destrabe y abarate créditos externos. La represa Chihuido, por ejemplo, que el consorcio encabezado por Corporación América financiará con capitales alemanes, espera el entendimiento final para ponerse en marcha.