En la jornada de ayer, nos enterábamos de la lamentable noticia del fallecimiento de la ex dirigente del PRO en Salta, Gladys Rosa “Pichona” Moisés. Todo el arco político se mostró conmovido, sean cercanos o no, Pichona siempre fue una gran figura dentro de la política salteña.
Entre tantos mensajes de condolencias a sus allegados y palabras sinceras de quiénes han compartido con Pichona, se destaca la carta que le escribiera un amigo cercano, Roberto A. Ulloa (h), quien fue el encargado de acercar a Gladys a la vida política.
Desde InformateSalta, aprovechamos la oportunidad para hacer llegar nuestras condolencias a sus familiares y amigos cercanos, y compartimos las profundas palabras de Ulloa, en su rol de entrañable amistad con la ex directora del PAMI:
Pichona Moisés; que tu huella perdure.
Ayer partió mi querida amiga, Pichona Moisés. Lo hizo como vivió siempre; rodeada del amor de los suyos y con la paz de espíritu de las personas nobles y generosas. Salta perdió una hija dilecta; Metán una vecina que siempre hizo diferencia. Durante años recorrimos juntos la provincia compartiendo un sueño grande. Fui testigo de ese largo camino y como suele suceder con los que dejan huella, podemos recordarla de muchas maneras. Como madre de una familia espléndida, como abogada exitosa de Metán, como amiga de una hospitalidad pródiga y un humor inteligente; sin duda como una mujer luchadora y jugadora de equipo. También como alguien que decidió dejar un espacio de comodidad ganado con mucho esfuerzo para dedicar sus últimos años a lo público. Donde la única recompensa es el bien común. Estas líneas rescatan esos años de tanto compromiso.
Casi todos conocen su trabajo y sus logros; un resumen la recordará como Directora del PAMI gestionando los recursos públicos con integridad y competencia para que cada adulto mayor estuviera cada día un poco mejor; también podríamos decir que fue el verdadero motor detrás del mayor proyecto de Hábitat en la ciudad de Metán que modificó en forma sustancial la calidad de vida de cientos de familias; o citar su gestión como Legisladora Provincial donde votó cada ley pensando como beneficiaba a todos los salteños. Sería justo mencionar también la humildad e inteligencia emocional con que supo consensuar posturas e intereses disímiles cuando presidió el Pro de Salta. Sin duda, podemos hacer una larga lista de sus aportes que fueron excepcionales, pero en este sábado de pérdida y tristeza elijo rescatar una breve conversación que mantuvimos hacia finales de 2019. Creo que esa charla describe plenamente su dimensión humana. Ocurrió en un alto en el camino, en el bar de una estación de servicio de la ruta 16. Como siempre ella tomaba un té.
Veníamos de recorrer una obra del Plan Belgrano; la jornada había sido extensa y nos quedaba un largo camino por delante. Pichona había decidido jugar una candidatura que exigía un esfuerzo enorme. Físico y emocional. El que ha estado en esos trances electorales sabe de la soledad y vulnerabilidad que se puede sentir. Alguna vez, con el coraje y fe con que hablaba del tema, había compartido conmigo que en ocasiones no tenía la fuerza de antaño. En aquella estación perdida en el camino, recordamos que esta aventura había comenzado en el lejano 2014, cuando tocamos la puerta de su casa en Metán con Juan para conocerla. Alguien nos había hablado de ella. Si no se anima Pichona, no se anima nadie nos dijo. Riéndonos le recordé la anécdota y le pregunté si se arrepentía de aquella decisión de subirse al barco. Con su habitual picardía me contestó: “Decime quien fue así no le hablo más”. Después se puso seria; la puedo escuchar aun: Siempre les dije a mis hijos que había que jugarse por las cosas en que uno cree; ¿Cómo les hubiera explicado que quería una Salta mejor, pero que no acepté porque tuve miedo?
Esa es la Pichona que recuerdo. Siento orgullo de haber caminado junto a esta mujer valiente que encarnaba los valores y la inteligencia de la Salta profunda. Creo que esa conversación en el camino la define. Sé que su querido Yago y sus siete hijos la recuerdan de ese modo. Hasta siempre amiga.