Hoy dará comienzo el juicio al comisario Walter Ezequiel Omar Mamaní y otros cuatro efectivos policiales de la subcomisaría de El Dorado en la localidad de Apolinario Saravia.
El juez Ramón Haddad, de la Sala II del Tribunal de Juicio del distrito Metán, será el encargado de juzgar a los efectivos por hechos de violencia policial cometidos durante la pandemia en perjuicio de un joven.
La acusación contra Mamaní es por los delitos de abuso de armas agravado, privación ilegítima de la libertad, falsedad ideológica y vejaciones agravadas con fines de venganza, todo en concurso real y en calidad de autor, en perjuicio de Luciano Diez, quien tenía 22 años al momento de los hechos. Las audiencias de debate están previstas para el 1, 5, 6, 8, 20 y 21 de abril.
El Ministerio Público Fiscal estará representado por la fiscala Verónica Simesen de Bielke, quien realizó la investigación y el requerimiento de juicio, y por la fiscala de la jurisdicción del distrito sur en el departamento Anta, María Celeste García Pisacic.
El cabo Juan Giménez y lxs sargentxs Julia Antolina Díaz y Sergio Luis Carlos Argañaraz están acusadxs por abuso de armas agravado, privación ilegítima de la libertad, falsedad ideológica y vejaciones agravadas con fines de venganza.
Mientras que el agente Franco Matías Vizgarra fue imputado por privación ilegítima de la libertad y vejaciones agravadas con fines de venganza.
Díaz llega al juicio con prisión domiciliaria, Mamaní permaneció detenido en la división Caballería en Salta Capital, en tanto que Argañaraz y Giménez cumplieron su prisión preventiva en Infantería de Joaquín V. González. Vizgarra es el único que no está detenido, sin embargo, la madre del denunciante, Iris Waidelich, explicó que esto se debe a que en los papeles del libro de guardia figura que él estuvo en la subcomisaría. «Figuraba como guardiacárcel, no tendría que haber estado en el móvil, pero estuvo en el móvil, yo lo vi», manifestó la mujer.
Diez, cuya denuncia originó esta causa, se constituyó en querellante con la representación del abogado Patricio Diez, y está citado a declarar en la primera jornada del juicio. «Queremos que se sepa la verdad y que se haga justicia», sostuvo su madre, quien también brindará su testimonio este viernes.
El requerimiento fiscal sostiene que a las 4 de la mañana del 28 de junio de 2020, mientras Diez circulaba lentamente con su vehículo por la avenida 9 de Julio, en inmediaciones de Parque Norte – Sala Nido, de Apolinario Saravia, apareció en sentido contrario el móvil policial Nº 1745, en el que se desplazaban los acusados, quienes sin motivo alguno, realizaron al menos cuatro disparos con la intención de amedrentarlo.
Después los policías se dirigieron al domicilio del denunciante, donde le dijeron que quedaba detenido por evadir un control policial y darse a la fuga, por lo que para la acusación, lo privaron al damnificado ilegalmente de su libertad y para avalar esto armaron una causa penal, en la que Mamaní formuló una denuncia en contra de Diez por el delito de atentado a la autoridad.
Además, la fiscala sostuvo que los policías sometieron a Diez a malos tratos físicos y psíquicos durante su traslado y luego de que lo ingresaran a la dependencia policial.
Waidelich recordó que Mamaní insistió en la persecución a su hijo, porque luego lo demoró de nuevo cuando circulaba en el vehículo en el pueblo de General Pizarro. «El 2 de julio me habla por teléfono mi hijo y me dice ‘estoy detenido’. Pensé que me estaba haciendo un chiste. Pero era cierto. Me dijo que los policías le decían que les faltó el respeto. Mamaní otra vez le quiso armar una causa, de nuevo lo acusaba de que le quiso tirar el vehículo encima y pidió una requisa de la camioneta», relató en aquel momento Waidelich.
La madre del denunciante es quien logró desmontar las acusaciones de Mamaní a su hijo, ya que al revisar las cámaras de la Sala Nido descubrió que el comisario le había disparado a su hijo mientras circulaba en su auto.
La mujer señaló que su hijo quedó con mucho miedo a la policía y tuvo que hacer terapia, y ya que no quería salir a la calle. Además, contó que «Primero hubo muchas marchas en favor de Giménez, Díaz y Argañaraz pero eso paró cuando ellos cambiaron la declaración diciendo que obedecieron órdenes. Dijeron que era mentira lo que declararon primero, respecto a que mi hijo iba con música a alto volumen, que casi choca un árbol y que Mamaní gracias a su destreza pudo evitar que los atropelle. Luciano nunca fue por la calle Chaco y 6 de Enero donde Mamaní describe que lo quiso atropellar, que iba rápido, con vidrios bajos y música alta».
Waidelich, que es periodista, consideró que Mamani persiguió a su hijo como represalia por las coberturas que ella hizo durante la cuarentena. Aunque el joven le contó que antes cuando salía de un evento, Vizgarra «le quiso quitar un vaso de fernet, como no se lo dio, lo agarró del cuello y lo zamarroneó contra el vehículo».
La madre contó que después de que la denuncia contra Mamani y los otros efectivos cobrara trascendencia pública, muchas personas se acercaron a contarles hechos de violencia policial e incluso acoso sexual de parte de policías en Apolinario Saravia. Aunque dijo que les recomendó a estas personas que denuncien, aseguró que muchas no lo hicieron porque tienen miedo, y además carecen de recursos económicos para pagar un abogado o afrontar los procesos judiciales.
Waidelich recordó también que esta causa le costó el cargo al auxiliar fiscal Sergio Dantur, ya que cuando le revisaron el teléfono a Mamaní, surgió que había intercambiado información que no debía al comisario y le había ofrecido incluso ir a la dependencia fiscal cuando él no estaba para revisar el expediente.