La baja carga tributaria exigida por el estado de Texas, Estados Unidos, lo convirtió en un atractivo para empresas importantes a nivel mundial y se espera un aluvión de inversiones a partir de este jueves, cuando Tesla inaugure una megafábrica.

Greg Abbott, el gobernador del distrito y una de las voces más radicalizadas del ala conservadora del Partido Republicano, pregona la «libertad económica» con beneficios impositivos para las compañías que deseen instalarse allí.

«Los propietarios no deberían cargar con el aumento de los impuestos a la propiedad al enfrentar una pandemia», fijó en una carta dirigida a los miembros de la Delegación del Congreso Democrático de Texas a mediados de 2020.

Abbott remarcó que «aumentar los impuestos sobre el pueblo de Texas nunca es la respuesta» y llamó al resto de los gobernadores del país a seguir la misma línea.

Las empresas pagan los impuestos de nivel federal, pero no así tributos societarios, mientras que los trabajadores no tienen la obligación de abonar el impuesto a las ganancias.

Además, el mandatario determinó, en pos de sumar más magnetismo, una importante variedad de subsidios para aquellas que contemplen en sus planes de inversión la incorporación de muchos trabajadores.

Este panorama provocó que Elon Musk, director general de Tesla y flamante accionista mayoritario de Twitter, observara con mayor énfasis el estado del sur del país y decida abrir allí este jueves la «Gigafactory», una fábrica que dará trabajo a más de 15 mil personas.

Tesla abandonó Palo Alto, en la región californiana de Silicon Valley, la sede de muchas empresas icónicas de Estados Unidos, algo que, según analistas del mercado, podría terminarse en breve debido a que ya hay otras interesas en el suelo texano.

«Texas es la nueva California, y California la nueva Rust Belt (una región en declive), que pierde empresas y habitantes a manos de estados que ofrecen más oportunidades, además de una vida mejor y más barata», explicaron en un artículo publicado en agosto de 2021 Lee Ohanian y Joseph Vranich, expertos de la Hoover Institution, un centro de reflexión de la Standford de California.

Para los especialistas, el camino hacia el sur comienza a ser inevitable puesto que, de acuerdo a la universidad Concordia de Austin, tan sólo el año pasado 25 empresas de las 500 grandes de Fortune, tienen su sede social en Texas, entre ellas Oracle y Hewlett Packard Enterprise, en 2020.

Mientras que la agencia AFP afirmó que Boeing empezó a evaluar mudar sus usinas de Seattle, Washington, a Texas.

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