Esta semana se darán a conocer resultados económicos generales de suma importancia para el Gobierno.
El Indec publicará el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) de marzo, el saldo de la balanza comercial de abril y el porcentaje de uso de la capacidad instalada de la industria. También se publicará el índice de precios mayoristas de abril para el que se espera una leve desaceleración, pero con valores aun elevados.
- Por otro lado, el jueves se realizará la primera licitación de deuda de mayo. El Gobierno nacional buscará refinanciar casi $923.000 millones que vencen este mes, después de “rollear” el 90% de la deuda que vencía en abril pasado. Desde la consultora LCG aclararon que no se conoce aún el menú de títulos que se ofrecerá, pero indicaron que se descarta que el apetito del mercado se concentre sobre opciones de deuda indexada. “Para cerrar el programa financiero en pesos, dado el compromiso de no emitir por encima del 1% asumido con el FMI, estimamos que la tasa de rolleo de la deuda deberá ser del 125%”, apuntaron.
“Con este contexto y los vencimientos de mayo superando los $900.000 millones, el mercado empieza a descontar que el tesoro saldrá a ofrecer nuevamente instrumentos CER con duración atractiva y con algo de premio, ya que un segundo mes con rollover negativo podría provocar mucha incertidumbre”, dijeron desde Invertir en Bolsa.
Será clave la licitación, dijeron desde PPI. Debería capturarse financiamiento neto positivo (roll-over mayor a 100%) para que deje de forzarse a la entidad presidida por Miguel A. Pesce a financiar al fisco.
“En un contexto en el que todavía es prematuro confirmar la desaceleración de la inflación, dada la aceleración de la velocidad de circulación del dinero, lo menos aconsejable que podría hacer la política económica oficial sería llevar al límite la meta monetaria (y mucho menos, romperla), ya que podría deteriorar las expectativas y retroalimentar el proceso inflacionario”, dijeron.
- Esta semana Hacienda publicará el resultado fiscal de abril. Según una medición previa de LCG, los ingresos darían como resultado un crecimiento nominal anual del 80% (por encima de la inflación), pero a su vez los gastos tendrían un aumento del 87%, lo que implicaría cierta aceleración respecto a los meses anteriores.
- Aunque aún no se confirma la fecha, se espera que el Fondo Monetario Internacional actualice en los próximos días sus proyecciones inflacionarias para Argentina. Junto con ese parámetro, se actualizará también el nivel de déficit fiscal nominal con el que puede trabajar el Gobierno.
- Dando continuidad a la “catarata” de audiencias públicas por las subas tarifarias, el próximo jueves desde las 10 de la mañana se llevará a cabo un nuevo debate por el incremento del agua. Agua y Saneamientos Argentinos (AySA) anticipó que pedirá un aumento tarifario del 32% a aplicarse en dos tramos, uno del 20% en julio y otro del 10% en octubre.
Nivel de actividad económica
Uno de los platos fuertes de la semana en materia económica será la publicación del Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE), correspondiente al mes de marzo. Al Gobierno le urge mostrar buenos resultados, después del mal sabor que dejó el IPC de abril, que si bien mostró una leve desaceleración respecto al mes anterior, volvió a superar la barrera de 6% mensual.
El desafío es sostener la tendencia creciente que se dio en el primer bimestre. El acumulado enero-febrero mostró una mejora interanual del 7%, pero la serie desestacionalizada mensual reflejó una caída del 0,7% en enero y una leve mejora del 1,8% en febrero. De acuerdo a un informe elaborado por la consultora LCG, es de esperar que se mantenga cierta estabilidad en la tendencia, pero con algunos altibajos importantes.
“La producción automotriz y la industria siderúrgica crecieron durante marzo, pero el comercio minorista relevado por Came mostró una caída significativa (-20%). De este modo, nuestra estimación para el mes de marzo resulta en una caída, aunque menor al 1% en relación al mes anterior”, detallaron desde el estudio dirigido por Guido Lorenzo.
En vistas a futuro, los especialistas entienden que, en la medida que la inflación continúe en los elevados niveles actuales, deprimiendo salarios y, por tanto, el consumo (70% del PIB), se dará una desaceleración y caída de la actividad económica concentrada en el segundo y tercer trimestre del año.
“En total proyectamos un crecimiento del 1,9% promedio en 2022, que equivale a una retracción del 4,3% medida punta contra punta”, detallaron desde LCG.
También desde la consultora Econviews anticiparon la evolución de la actividad económica de Argentina. Si bien no realizaron una proyección respecto al resultado de marzo, estimaron que el PIB crecerá 3,5%, apalancado por el arrastre estadístico del 2021.
Uso de capacidad instalada
Al igual que ocurre con el EMAE, el informe de la utilización de la capacidad instalada de la industria es un claro termómetro de cómo marcha la economía. Esta vez, el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos dará a conocer el estado de situación de marzo.
En el informe anterior (febrero) se evidenció una recuperación de 6 puntos porcentuales en el nivel de actividad industrial, pasando de 58,3% en el segundo mes de 2021 a 64,3% en igual mes de este año. Se trata de un porcentaje que está dentro de los parámetros normales de los últimos años.
De acuerdo a los datos relevados por Econviews, en marzo la producción industrial se contrajo un 1,9% en marzo en relación a febrero (serie desestacionalizada), por lo que es factible esperar un resultado similar en el uso de capacidad instalada.
Intercambio comercial
El próximo jueves el Indec dará a conocer también el balance del intercambio comercial argentino de abril. Se trata de un dato clave para el Estado, teniendo en cuenta que gran parte del éxito de su plan de política económica depende de la posibilidad de mantener un saldo a favor entre la cantidad de dólares que salen del país y los que entran.
El primer trimestre cerró con un saldo total positivo de U$S 1.394 millones. En principio, el resultado da tranquilidad al Gobierno, pero si se hace un análisis de largo plazo se observa que entre 2020 y 2022 la brecha entre importaciones y exportaciones se fue achicando. Es que pese a las restricciones para traer bienes del exterior, la cantidad de dólares utilizados para pagar a proveedores del exterior es cada crece a mayor ritmo que las ventas de productos argentinos en el extranjero.
Desde LCG estimaron que para el mes de abril, en plena cosecha gruesa, la dinámica se mantendrá. “Estimamos que las exportaciones se ubicarán en torno a U$S 7.200 millones (17% más que en 2021). Respecto a las importaciones, las mismas se mantendrían con tasas de crecimiento del 30% anual, llegando a aproximadamente U$S 6.000 millones. En resumen, esperamos un superávit de U$S 1.000 millones”, detallaron los especialistas.
Precios mayoristas
La evolución del índice de precios mayoristas acompaña de cerca la tendencia del Indice de Precios al Consumidor. En marzo el Indec midió un incremento del 6,3% en relación a febrero. Desde LCG indicaron que para abril esperan una desaceleración de los precios mayoristas, con un valor “algo mayor al 5% mensual”.
“Esto se debe a que el mayor ritmo de crawling del tipo de cambio junto con el alza de precios internacionales tienen un impacto sobre los productos importados, ejerciendo a su vez presión sobre el precio de los productos primarios, que también sufren la inercia inflacionaria local. De verificarse esta cifra, la inflación mayorista interanual se ubicaría cercana al 51%”, remarcaron.
Las canastas
El martes, en la víspera del Censo, el Indec publicará el informe de Canasta Básica Alimentaria (CBA) y Canasta Básica Total (CBT) de abril. Es ahí donde se verá cuan efectivos están siendo realmente los controles de precios promovidos por el Estado.
Hasta marzo, la CBA acumulaba una suba del 20,9% y la CBT llegaba a 17,8%, mientras que el Indice de Precios al Consumidor alcanzaba al 16,1%. Es decir que en el primer trimestre los insumos básicos aumentaron por encima del total de precios de la economía.
Más preocupante aun es que ambas canastas superaron ampliamente el avance de los salarios durante ese período (14,9% promedio, según Indec). No es un dato menor, teniendo en cuenta que aquellas familias que con ingresos inferiores a una CBT son consideradas “pobres” y las que no superan una CBA son técnicamente “indigentes”.