El arzobispo de Salta, Mario Cargnello, se presentó a declarar este lunes al mediodía ante el Juzgado de Violencia Familiar y de Género 3, a cargo de la jueza María Carolina Cáceres Moreno, por la denuncia que realizaron las Hermanas del Convento San Bernardo de Carmelitas Descalzas.
El abogado Eduardo Romani aclaró que no puede referirse al contenido de lo expuesto por su defendido, a causa de la prohibición impuesta por la magistrada que les impide dar declaraciones públicas sobre el expediente. El letrado dijo «que no existió ningún hecho de violencia» y remitió a sus declaraciones previas a la prensa.
Romani dijo que existe una prohibición de la jueza «para comentar cosas del expediente». Indicó que el arzobispo se presentó al mediodía a la audiencia y que no hay nuevas medidas, pero rigen las ya impuestas por Cáceres Moreno que le impiden acercarse a las Carmelitas Descalzas.
«No existió ningún hecho de violencia, en definitiva, de ningún tipo de violencia», insistió Romani.
Cargnello había sido citado a declarar el 3 de mayo pero justificó su ausencia en que estaba participando de la Conferencia Episcopal Argentina. La semana pasada también se presentó a la entrevista psicológica en la OVIF.
En la misma causa están denunciados por las monjas el cura Lucio Ajalla y el el obispo emérito Martín de Elizalde.
Como primera medida la jueza ordenó a los denunciados «abstenerse de ejercer actos de violencia de todo tipo y bajo cualquier modalidad en contra de las víctimas» y «las demás hermanas del monasterio San Bernardo de Carmelitas Descalzas de Salta». Además, la jueza impuso una orden de restricción de acercamiento y una guardia policial en el convento.
La semana pasada, fue denunciado también el vicario judicial, Loyola Pinto y de San Cristóval, quien fue intimado por la jueza a abstenerse de hacer manifestaciones públicas o privadas que afecten la integridad psicofísica de las Carmelitas Descalzas.