La voz que nos dio la noticia. La incredulidad. Los llamados para chequear si era cierto. Los llantos y abrazos. La calle para hermanarse en el dolor. Cada uno de esos momentos del ya lejano 27 de octubre de 2010 volvió ayer a la mente de millones de argentinas y argentinos. La consternación por la muerte del expresidente Néstor Kirchner cuando no habían pasado dos horas del comienzo del censo, que se traduciría en una cola infinita para el último adiós en Casa Rosada, marcó aquella jornada y fue rememorada ayer en charlas reales y virtuales y en cientos de relatos en redes sociales.
“El último censo también fue el día que perdimos a Néstor Kirchner. Fue un día de enorme tristeza que quedará siempre en mi memoria”, recordó el presidente Alberto Fernández en un video que publicó en su cuenta de Twitter. “Tengo la certeza de que también recordaré este censo y este día como aquel en el que el pueblo argentino unió esfuerzos por un horizonte más certero”, agregó el jefe de Estado.
El ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, confesó que «no pudo dejar de recordar la partida de Néstor el día del censo del 2010”. “Néstor, que con sus palabras y acciones nos motivó a miles de jóvenes a abrazar la política como una herramienta de transformación en beneficio del pueblo. Néstor, siempre presente”, apuntó.
“El del último censo fue un día triste: fallecía Néstor Kirchner. Es bueno recordarlo mientras esperamos al censista. Nos puede servir para volver a querernos. Los argentinos necesitan un año de tranquilidad. La agitación es para el caos. La serenidad es unidad/lucha. Néstor no dio esa lección”, destacó el médico y militante peronista Jorge Rachid.
“Néstor Kirchner murió apenas pasadas las 9 de la mañana. Mi hijo de 9 años me dio la noticia. El censista había llegado y se largó a llorar en casa”, recordó @RifkeMashe. “Censando en José León Suarez Entré a una casa y estaban llorando. Me dieron un café con leche y completábamos el censo sin poder creer nada de lo que pasaba”, apuntó @karufv. “Censando en Almagro. Como buena negadora, cuando apareció la placa en Crónica le dije al señor que estaba censando: ‘es mentira’. Se lo dije con tanta seguridad que me creyó y terminamos el cuestionario”, apuntó la investigadora y docente Sol Prieto (@holasolprieto), actual directora nacional de Economía, Igualdad y Género.
“Aquel 27 de octubre de 2010, día del último Censo Nacional, será inolvidable por generaciones porque murió el gran Néstor Kirchner. Es curioso: ocurrió mientras intentábamos saber quiénes y cuántos éramos. Su muerte marcó esa identidad”, reflexionó la periodista María Seoane.
“Estaba en Barcelona camino a Ginebra. Trabajaba en una organización internacional contra la tortura. Me avisó mi pareja de entonces. Deambulé por la calle sin creerlo. Moví cielo y tierra para cambiar el pasaje y volví a despedirlo. El viernes estaba aquí”, contó la abogada Claudia Cesaroni (@CCesaroni).
“Me llamo mi viejo, yo dormía, atendí y me dijo: ‘Hija se murió Néstor. SE ME MURIÓ Néstor’. Ese ‘se me murió’ me paralizó los segundos que tardé en reaccionar y prender la tele. Vino a casa al rato, abrí la puerta y se largó a llorar. Nunca voy a entender ese amor. Pero lo admiro”, confesó la usuaria @Magalii_F.
“Estaba cambiando los pañales de mi hija de un mes y 3 días. Yo, puérpera y escucho a Ana María Edwin (entonces directora del Indec) en la radio que dice ‘le queremos dedicar este trabajo a Néstor Kirchner’. Me pregunté ‘¿qué es esa obsecuencia?’ y al minuto viene el papá de mi hija y me mira y entendí todo. Me rompí”, contó la periodista Mariana Moyano (@mmlamoyano).
“Tenía 15 pibas de pijamada en casa por el cumple de mis hijas. Prendo la tele, lo anuncian, me pongo a llorar abrazada a mi compañero. Supe en el momento lo que significaba pero creo que no supe cuánto. Siempre lo extraño”, escribió @CaritoJosa.
“Amasaba ravioles porque cenaba con mis amigas, escuchando la radio (Metro, el programa de Kusnetzoff) cuando dieron la noticia. Tomé coraje y llamé a mi mamá que había viajado a NY a visitar a mi hermana. No me olvido más: mi vieja llorando me preguntaba: ‘¿Qué hago, me vuelvo?’”, contó María Zentner (@milanesitaz)
“Vivíamos en una quinta en la afueras de Venado Tuerto. Prendí la TV y casi me desmayo. Justo llegó a la tranquera la censista que era vecina y nos pusimos a llorar. A la madrugada, viajamos para Buenos Aires con compañeros. No podíamos dejar sola a Cristina. Nunca olvidaré esa Plaza”, relató Andrea Cummins (@anreavt)
“Me llamó un amigo radical para darme la noticia con suavidad porque sabía que me iba a destrozar. Luego la censista me encontró llorando y me dijo ‘que alivio que alguien comparta lo que siento, el resto de la gente de la torre está festejando’. Vecinos de M”, recordó la psicóloga María Barroetaveña (@mariabarroetave)
“No le di bola (al censo), viajaba para Bernal para ver a mi vieja. El chofer del 22 puso la radio y Beto Casella nos informó que había muerto Néstor Kirchner. Los diez pasajeros del bondi nos acercamos al chofer. Llegué a la casa de mi vieja e inmediatamente me volví. Llamó una ex de mi barrio que era amiga ya y no le tuve que preguntar: ‘Vamos a la plaza’. Éramos casi autómatas, ni hablamos. Ninguno era técnicamente K, pero vimos a un pueblo con un llanto desconsolado ir a la plaza de las Madres”, relató Pablo Codino en Facebook.
“El último censo me dejó mirando una placa roja sin pestañear, me quedé en silencio, sin aliento. Se nos iba Néstor, el gran Néstor Kirchner. Ese día llegó una chica que nunca vi y lloramos abrazadas como si hubiéramos perdido un familiar. Eso fue Néstor”, lo recordó @etupito