Mauricio Macri habla hasta cuando le abren la puerta de la heladera. Su estrategia de estos días es aparecer lo más posible en los medios. Es por eso que, una vez más, sus declaraciones suenan contradictorias con sus actos como cuando dice que «no está especulando» con una nueva candidatura presidencial, pero al mismo tiempo afirma que «no le tengo miedo a una interna, a una elección» como dijo el miércoles por la noche en el canal A24. Allí también se refirió al diputado de ultraderecha Javier Milei, al que no atacó, reiteró coincidencias ideológicas aunque ahora dijo que no le gusta el lenguaje que usa el líder de Libertad Avanza. Mientras tanto, el juez Julián Ercolini le otorgó una nueva autorización para que la semana que viene el procesado expresidente por el espionaje a los familiares del ARA San Juan pueda salir una vez más del país.

El lunes por la noche Macri habló en una relajada entrevista por TN, pero el rating mostró que había perdido frente a (su directo competidor en la interna de JxC) Horacio Rodríguez Larreta que estaba en el canal que el expresidente visitó el miércoles por la noche. En A24 Macri dijo que está dispuesto a cumplir la promesa de «no abandonar a la gente y a luchar por la república» y aclaró, en un rapto de humildad, que no está «para luchar por ambiciones personales».

Durante el programa la conductora buscó indagar sobre la decisión de Macri de competir en las presidenciales del próximo año. El expresidente sacó de inmediato su afirmación de que no está «especulando» con una candidatura y, sobre todo aseguró que mantiene vigente su relación «con el 41 por ciento», djo en referencia a los votos obtenidos en los comicios de 2019. Es más, afirmó que nada a cambiado con el electorado, pero se hizo el distraido cuando (sin querer tal vez) le preguntaron si estaba seguro que el electorado de JxC seguía siendo el 41 por ciento.

Cuando Macri buscó mostrarse alejado de la terrenal disputa electoral, llegó la pregunta sobre a quién le daría su respaldo para competir por la presidencia: Patricia Bullrich o Rodríguez Larreta. El expresidente se limitó a decir que son dirigentes «valiosos» y advirtió que todavía «tienen un largo año para mostrarle a los argentinos que entienden la profundidad del cambio que el país necesita y que van a tener el coraje de llevarlo adelante».

La elusión de Macri, una condición que en el PRO se considera una virtud, no surtió efecto y ante la insistencia tuvo que decir que si el año que viene «no estoy participando y veo que alguno de ellos, u otros, porque María Eugenia Vidal también dice no descarta competir, si veo que algunos sí expresan un cambio y otros que no, ahí yo voy a decir mi opinión». La referencia de Vidal no pasó desapercibida. Macri dijo tener «debilidad» por la exgobenadora que, junto a Macos Peña, «son dos de los jóvenes más talentosos que llegaron a la política en los últimos años».

En cuando al aumento en la popularidad de Milei dijo que «es una expresión de la bronca y la frustración. Con su estilo, distinto al mío, valoro que el vino a defender ideas por las que yo peleo desde hace 18 años cuando me metí en política: libertad política, junto a la libertad económica». Luego reconoció la existencia de algunas diferencias «porque no me gusta muchas veces su lenguaje. Se lo dije a él: me parece muy violento por momentos. Y creo que hay simplificaciones en las que no hay que caer».

Al momento de hablar de su gobierno, Macri acusó al kirchnerismo de haber desestabilizado la segunda parte de su gestión: «Me quebraron el Gobierno en ese momento, pero llegamos hasta el final (del mandato) después de 92 años». «El kirchnerismo intentó todo el tiempo que no terminemos. Ellos quebraron el gobierno», evaluó. 

Por último, y en un tono más o menos intimista, dijo que su esposa no quiere que pelee por un segundo tiempo: «Ella vio lo mal que la pasé y siente que también es mucha pérdida de libertad. A ella le cuesta imaginarse volviendo a Olivos». Luego dijo que el kirchnerismo llegó a amenazar a su hija menor, Antonia pero no dio detalles de la supuesta amenaza, tampoco le repreguntaron al respecto y mucho menos si había realizado alguna denuncia judicial. 

«En este año que queda es muy importante que estemos consolidados como equipo en el ‘para qué volvemos’. Que haya ideas claras y que nadie vaya a discutirlas públicamente, como me pasó en el 2018 cuando dirigentes nuestros salieron a discutir el aumento de tarifas. Esas cosas no pueden suceder, tenemos que estar todos juntos. Realmente volvemos con un aprendizaje para llevar a cabo un cambio profundo», destacó.

Al ser consultado sobre cómo toma su esposa, Juliana Awada, la posibilidad de volver a la Presidencia, Macri respondió: «No hay colaboración. Ella vio lo mal que la pasé y siente que también es mucha pérdida de libertad. A ella le cuesta imaginarse volviendo a Olivos, un lugar que ella arregló, porque lo encontramos -como todo en Argentina- en un estado de abandono».

«Dieciocho años me dediqué a la política argentina y destruí a mi familia, porque el kirchnerismo se la agarró con mi padre y toda mi familia y hasta con mi hija Antonia, hasta la amenazaron, ella heredó el ángel de la mamá que no le entra nada», contó.

En otro orden, el ex jefe de Estado criticó la gestión del gobierno durante la pandemia por coronavirus al señalar: «Impusieron una cuarentena que duró meses y sacaron a los chicos del colegio. Son todos daños que todavía no se terminan de medir». «Todo ese daño que se ha hecho es el aprendizaje final.

Cómo nos fuimos para abajo desde agosto de 2019, yo asumo toda la cantidad de cosas que no pude, pero la Argentina estaba saliendo y de golpe nos fuimos para el tacho. Volvieron mejores en la mentira y para hacer daño», precisó.

Por último, reveló un diálogo que mantuvieron él y Cristina Kirchner en abril de 2013, cuando se produjo en el área metropolitana unas trágicas inundaciones que dejaron muertos tanto en la ciudad de Buenos Aires como en La Plata. «Voy a confesar algo que nunca dije, cuando vino la inundación yo dije que nunca me había recibido. Ella me llamó y me recibió. En esa reunión que tuve, tuve dos reuniones con ella a solas, nunca vi hablar mal de alguien como las barbaridades que dijo de Alberto Fernández, sentía que los había traicionado. Más allá de la (falta de) capacidades para ejercer el rol, con esa situación previa, para mí era muy difícil construir un gobierno», cerró.

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