Silvina Aída Batakis, de 53 años, reemplazará a Martín Guzmán como ministra de Economía. Su nombramiento fue más sorpresivo que la renuncia que precipitó su llegada. Desde que Guzmán tiró el bombazo en Twitter, circularon varios nombres. El de Batakis no fue uno de ellos. 

Hasta ayer, Batakis se desempeñaba como secretaria de Provincias en el Ministerio del Interior. Es una economista con largo recorrido en el sector público, siempre ligada al peronismo y poco conocida para el gran público. Para los mercados, casi una desconocida absoluta.

Se desempeñó como ministra de Economía de la provincia de Buenos Aires entre 2011 y 2015, durante el segundo mandato de Daniel Scioli. Ese fue su cargo de mayor envergadura y pudo haber sido el preludio del cargo que ocupará desde hoy, pero 7 años después y con otro jefe arriba, porque Scioli la iba a designar como su ministra en caso de que ganara la elección de 2015.

Las vueltas de la política los reencuentra hoy en un gabinete. “Una persona de gran calidad humana y amplia formación profesional. Una trabajadora incansable con gran sentido de la responsabilidad y destacada experiencia”, dijo Scioli, luego del anuncio.

“Aguante Batakis. La persona más responsable que vi en un cargo público”, dijo Juan Courel, histórico asesor en comunicación de Scioli.

Nacida en la ciudad de Río Grande, provincia de Tierra del Fuego, se graduó como Licenciada en Economía y tiene un master en Finanzas Públicas (ambos en la Universidad Nacional de La Plata, como Guzmán), además de haber realizado un máster en Economía Ambiental en la Universidad de York.

Batakis tiene experiencia política

Es cierto: Batakis no tiene el peso propio de un Martín Redrado y el peso de su palabra no calmará a los mercados. Su heterodoxia quizás tampoco sea lo necesario para una economía sin financiamiento no espurio. Su ingreso al gabiente puede ser demasiada poca cosa ante tamaña crisis. 

Pero Batakis tiene algo que Guzmán no tiene: experiencia y recorrido en la política. Y tiene el apoyo, inicial al menos, del kirchnerismo. Si, como dicen algunos, la actual crisis arrancó en “la política” y después traspasó a la economía, su llegada podría ser una manera de estabilizar la situación política interna. Condición necesaria, pero no suficiente, para estabilizar la macro.

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