Por primera vez en meses, Alberto Fernández, Cristina Fernández de Kirchner y Sergio Massa se vieron las caras durante una reunión privada en Olivos el miércoles a la noche. El encuentro fue confirmado a Página/12 en un ruidoso clima de incertidumbre, con los coletazos de la renuncia de Martín Guzmán todavía traduciéndose en un sinfín de rumores sobre supuestas deserciones y rupturas en la coalición oficialista. «Fue una muy buena reunión», aseguró un referente del Frente de Todos que celebró el restablecimiento de la línea de comunicación directa entre el Presidente y la vicepresidenta, destrabada a partir de esa primera conversación telefónica que selló el desembarco de Silvina Batakis al Ministerio de Economía. En medio del intenso hermetismo de la cúpula presidencial, el encuentro fue desmentido por la portavoz Gabriela Cerruti. Todas las terminales del FdT coinciden, sin embargo, en que el diálogo entre las tres patas que integran la coalición se ha recompuesto.

«No digo que las diferencias hayan desaparecido, pero que Alberto y Cristina hayan recuperado el diálogo y que a su modo se haya sumado también Massa abre una ventana de oportunidades», sostuvo un funcionario nacional que tiene terminal en el continente albertista y el kirchnerista. En medio de la crisis económica que terminó de desatar la renuncia de Guzmán, no son pocos les referentes que observan y se entusiasman con la «nueva etapa» de diálogo que se abrió entre el presidente y la vice luego de un largo y frío silencio. La última novedad fue que, por segunda vez en menos de tres días, Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner volvieron a reunirse en Olivos, aunque esta vez con el jefe de la tercera pata de la coalición, Sergio Massa. La noticia, que fue revelada por la periodista Rosario Ayerdi, fue desmentida primero por Gabriela Cerruti y, después, por voceros de La Cámpora, pero fue confirmada a este diario por otros integrantes del FdT. «La reunión existió y salió muy bien», reconfirmaron a este diario fuentes que insistieron en que el encuentro significaba «una buena noticia».  

El encuentro tripartido habría sido el miércoles a la noche en Olivos, atravesado por el trasfondo de una crisis interna que lleva a replantear, una y otra vez, la necesidad de reconfigurar el gobierno. «Todos queremos en el Frente que haya una mesa política, como tiene Cambiemos, donde se pueda dialogar sobre las cuestiones que hacen a las coaliciones», sostuvo el ministro de Interior, Eduardo «Wado» De Pedro, luego de una reunión con los empresarios del Consejo Interamericano de Comercio y Producción. El ministro más cercano a la vicepresidenta había dejado entrever, incluso, que el miércoles a la noche CFK y el presidente habían vuelto a dialogar: «Vienen conversando bien. Por lo que sé, hablaron el domingo a la noche, en el marco de la designación de Silvina Batakis, y creo que hablaron ayer», sostuvo en diálogo con la LN+. En la Cámara de Diputados, mientras tanto, ningún legislador quería anticipar el encuentro por «lo delicado» de la situación, pero sí predominaba la perspectiva de que «solo la posibilidad de diálogo en la superestructura fortalece a nuestro espacio», tal como indicó una de las principales espadas parlamentarias del oficialismo a este diario.

El clima de incertidumbre general del gobierno, al que se le suma el fuerte hermetismo de Casa Rosada, estuvo funcionado también como caldo de cultivo para una ola de rumores y operaciones sobre supuestas renuncias. En las últimas 24 horas hubo numerosas especulaciones sobre dimisiones. La propia Cerruti salió a desmentirlo tajantemente: «Las especulaciones las circulan quienes tienen tiempo de sentarse a conspirar en lugar de estar trabajando, pero también los especuladores de siempre que no ven bien que el presidente trabaje y converse con la vice y que el dólar blue empiece a bajar», declaró durante una conferencia de prensa. En el caso específico de Massa, mientras tanto, el rumor de que renunciaría a la presidencia de la Cámara de Diputados corrió con fuerza, hasta que el propio tigrense lo desmintió publicando una foto de la reunión que había mantenido con Silvia Batakis ese día en su despacho para puntear «la agenda legislativa en materia económica del segundo semestre del año». 

«Esto no es suficiente, pero sí es el comienzo», anticipó un ministro nacional que resaltó la necesidad de «reforzar los esfuerzos en materia de redistribución» pero optimista respecto a la forma que el restablecimiento del diálogo había «descomprimido» la interna. Persiste la duda, sin embargo, sobre el tenor del discurso que CFK pronunciará este viernes en El Calafate. Luego de su última aparición pública en Ensenada – la más incendiaria y, a su vez, la que coincidió con la renuncia de Guzmán -, la vicepresidenta volverá a aparecer en público a las 16 horas para inaugurar un teatro en la ciudad santacruceña. 

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