La renuncia de Martín Guzmán marcó un punto de inflexión en la relación entre Alberto Fernández y Cristina Kirchner. El presidente y su vice que llevaban meses sin hablar retomaron el diálogo: primero para consensuar la designación de Silvina Batakis en el Ministerio de Economía y luego para definir respuestas frente a la crisis y cómo sigue la alianza gobernante. A los diálogos y reuniones de la semana pasada, se sumó un nuevo encuentro en la noche del miércoles. La coincidencia con el anuncio de la suba de la percepción a cuenta de Ganancias y Bienes Personales para las compras en dólares con tarjetas dio lugar a la versión de que eso fue lo que ambos acordaron en el cónclave. La Dirección de Comunicación del Senado aclaró que en la reunión, en la que estuvo también Sergio Massa, no se habló de ese tema, sin dar precisiones sobre los detalles del diálogo.
«La Dirección de Comunicación del Senado de la Nación, comunica que en la reunión de ayer mantenida entre el presidente de la Nación, el presidente de la Cámara de Diputados y la presidenta de este Cuerpo no se abordaron ninguno de los temas desarrollados en la falsa noticia».
«Fake news total», dice la publicación del Senado en referencia a la nota publicada esta mañana por el portal de noticias Infobae. El artículo que da cuenta de la reunión que tuvo lugar anoche en Olivos y señala que allí se habría acordado la medida sobre las compras con tarjetas en dólares en el exterior para robustecer el frente fiscal.
El Presidente, la vice y el titular de la Cámara baja vienen manteniendo diálogos y encuentros en las últimas semanas sobre la marcha de la gestión del Gobierno y la llegada de Batakis a Economía.
En tanto, con la publicación en la edición de este jueves del Boletín Oficial de la Resolución General 5232/2022 de la AFIP, se puso en vigencia una suba del 35% al 45% en la percepción a cuenta de los impuestos a las Ganancias y sobre los Bienes Personales para operaciones con tarjetas destinadas al consumo en dólares en viajes y gastos en el exterior.
La medida, según indican los considerandos de la nota, busca «robustecer el frente fiscal a partir de la manifestación de capacidad contributiva de distintos sectores económicos», y excluye a las compras de moneda extranjera para atesoramiento, que continuará con una alícuota del 35%.
Puntualmente, quedan comprendidas en la nueva alícuota todas las operaciones de pago con tarjeta en dólares, incluidas las relacionadas con las extracciones o adelantos en efectivo efectuadas en el exterior.
Las reuniones entre Alberto y Cristina
A comienzos de junio, luego de 3 meses de un silencio incómodo por las discrepancias que generó el acuerdo con Fondo Monetario Internacional y la situación económica del país, el Presidente y la vicepresidenta se encontraron de forma presencial en el acto por los 100 años de YPF. Fue entonces que Cristina le dijo a Alberto que empezara a «usar la lapicera», pedido que generó un fuerte malestar en el entorno del mandatario.
La alusión al «uso de la lapicera» siguió resonando los días siguientes. «El poder no pasa por ver quién tiene la lapicera, sino por ver quién tiene la capacidad de convencer», fue la respuesta que Fernández ofreció el 1 de julio en un acto de la CGT. El 2 de julio, en Ensenada, Cristina redobló la apuesta y señaló, para dar cuenta de la forma que Perón había construido poder «en función del pueblo» para garantizar el aguinaldo o las vacaciones pagas: «Perón cazó la lapicera y no la largó más».
En medio del acto de Ensenada, Martín Guzmán comunicó su renuncia al Ministerio de Economía, un anuncio inesperado que terminó por forzar el diálogo entre los mandatarios.
El domingo posterior a la renuncia, y tras un llamado de la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, el Presidente le envió un mensaje a la vicepresidenta y se encerró en su despacho de la Jefatura de Gabinete en la Quinta de Olivos para mantener con ella una conversación telefónica, en la que se acordó «resolver lo urgente» y luego volver a conversar.
Al salir de su despacho, Fernández le comunicó a sus colaboradores más cercanos que le había «ido bien», y que junto con la vicepresidenta «habían coincidido en los nombres». Minutos después, la vocera presidencial, Gabriela Cerruti, anunció por redes sociales el nombre de la nueva ministra de Economía, Silvina Batakis, «una reconocida economista que cumplió esa función en la provincia de Buenos Aires entre 2011 y 2015», indicó entonces.
La designación de la funcionaria recibió el respaldo de todo el arco político del Frente de Todos y, desde entonces, las reuniones entre el Presidente y la vice se volvieron frecuentes. De hecho, el próximo encuentro tuvo lugar al día siguiente, el lunes 4 de julio, en la Quinta de Olivos, donde ambos compartieron una cena. Esa vez, el encuentro entre ambos se coordinó y se llevó adelante sin intermediarios. Reinó, sobre él, un fuerte hermetismo.
El miércoles 6, por segunda vez en menos de tres días, Alberto y Cristina volvieron a reunirse en Olivos, aunque esta vez con el jefe de la tercera pata de la coalición, Sergio Massa. La noticia, que fue revelada por la periodista Rosario Ayerdi, fue desmentida primero por Gabriela Cerruti y, después, por voceros de La Cámpora, pero fue confirmada a este diario por otros integrantes del FdT. «La reunión existió y salió muy bien», dijeron a este diario fuentes que insistieron en que el encuentro significaba «una buena noticia».
Para el kirchnerismo, desde la renuncia de Guzmán se está viviendo una nueva etapa de «normalización» dentro del Frente de Todos, lo que implica, por un lado, que la vicepresidenta vuelva a ser una fuente de consulta indiscutible dentro del Gobierno y, también, que el diálogo con el presidente sea más fluido y no mediatizado.