La mesa chica de la CGT acordó realizar una movilización en contra de la inflación y contra los que especulan incrementando los precios. La marcha se realizará el 17 de agosto próximo y, como sucedió en otras oportunidades, no tendrá oradores y solo se leerá un documento. El encuentro también sirvió para comentar entre los presentes algunos detalles de la reunión que José Luis Lingeri (obras sanitarias), Andrés Rodríguez (UPCN) y Gerardo Martínez de la Uocra mantuvieron el miércoles con la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
El encuentro en la sede de UPCN fue numeroso. Había interés por saber qué se había hablado con CFK. El único sector que no estuvo presente fue el que lidera el cosecretario general de la CGT, Pablo Moyano de Camioneros. Pero los entretelones de la reunión con la vicepresidenta no evitó la tensión que existe entre los miembros del consejo directivo desde hace un tiempo.
Poco trascendió del encuentro en el Senado. Los dirigentes sindicales se juramentaron no abrir la boca pero algo trascendió. Según dijeron fue una buena reunión, de hecho se conocen. Martínez fue un cercano dirigente del gobierno de CFK que se alejó con el tiempo y para 2019 hizo alianza con Alberto Fernández.
Tanto la estabilidad política del Frente de Todos pero sobre todo la económica fueron parte de la charla con la vicepresidenta. La marcha se enmarca en esto de la estabilidad y por eso es que los sectores de Gordos e Independientes de la CGT realizarán una movilización que les permita descomprimir la tensión que existe hacia adentro de los gremios, por el tema de los precios, sin que la marcha se pueda leer en contra del Gobierno nacional.
Es por eso que la CGT hará una marcha diferente a la que había propuesto Pablo Moyano, que quería que la protesta se realizara frente a las sedes de las centrales empresarias que, en definitiva, son las responsables del alza de los precios. Moyano no participó del encuentro y como tal se definió que la movilización irá desde el Obelisco al Congreso donde solo se leerá un documento.
La idea es repetir el desfile de columnas de los gremios confederados como fue el 18 de octubre de 2021 donde una voz en off leyó el documento por «el desarrollo, la producción y el trabajo». Metodología que el entonces triunvirato de la CGT aplicó en abril de 2019, durante el gobierno de Mauricio Macri, cuando marcharon desde Plaza Miserere hasta la intersección de avenida de Mayo y 9 de julio.
«La movilización va a ser presentada al consejo directivo, pero la idea es ir desde el Obelisco al monumento al Congreso», señaló el triunviro Héctor Daer (sanidad) una vez que finalizó la reunión. Esto deberá ser formalizado por el consejo que se reunirá en el edificio de la CGT el próximo 21 de julio.
La marcha no tuvo oposiciones, pero sí críticas a cómo se organizó. Por caso, el titular de la UOM, Abel Furlán, planteó su queja porque se enteró de la movilización por los medios. El metalúrgico reclamó que la toma de decisiones debe realizarse de manera más horizontal y comunicada a todos. Algo que viene sucediendo como ocurrió el pasado 1 de julio con el homenaje al general Juan Domingo Perón que encabezó el presidente Alberto Fernández. En esa oportunidad, el encuentro fue acordado por Daer con la Casa Rosada sin que el resto de la conducción gremial estuviese al tanto. Tanto fue el disgusto que el homenaje estuvo algunas horas suspendido.
Es probable que durante la reunión del consejo directivo de la próxima semana sea complicada si participa el moyanismo. La relación entre este sector y Gordos e Independientes es fluctuante y hasta sobrevive fruto de la decisión de Hugo Moyano de intentar mantener unida la CGT.
«La realidad que tenemos los trabajadores, jubilados y los compañeros que están en la informalidad amerita que todos pongan lo que hay que poner para encontrar una salida y que sea lo antes posible», dijo Daer tras la reunión. Al nombrar a los que trabajan en la informalidad se podría entender que hacía referencia a las organizaciones sociales. Sin embargo, y hasta anoche, la marcha de agosto no incluía a esas organizaciones y tampoco a las CTA. Pero falta más de un mes y muchas cosas pueden pasar.
El tema que sigue preocupando a la mayoría de los presentes de la reunión es la deuda con las obras sociales. Una promesa de pago del Presidente que no se concreta y que sigue renovándose como ocurrió el 1 de julio pasado, en la previa al acto por Perón. Es por eso que la marcha comenzará en la 9 de julio y no en Plaza de Mayo para evitar cualquier posible tentación.
Hasta la sede de UPCN llegaron, además de Rodríguez, Daer, Martínez, Lingeri y Furlán, Carlos Acuña, Jorge Sola (Seguro), Guillermo Moser (Luz y Fuerza), Sergio Sasia (Unión Ferroviaria), Juan Carlos Schmid (Dragado y Balizamiento), Julio Piumato (Judiciales) y Víctor Santa María (Suterh), entre otros.