En los últimos días, el FMI actualizó publicó sus perspectivas económicas y los principales bancos centrales del mundo definieron sus políticas monetarias y así comenzó a perfilarse la economía global en la pospandemia.

Y es clave entender cómo afecta el nuevo escenario a Argentina.

  • Por de pronto, el FMI sigue ajustando su pronóstico de crecimiento global que hora ubica en 3,2% mientras que en abril lo estimaba en 3,6% y una desaceleración de la actividad nunca es una buena noticia porque todos los países se benefician con una mayor expansión. Sin embargo, los riesgos de una recesión mundial siguen siendo bajos.

De todas maneras, es un dato importante que uno de los países en los que ahora se espera más crecimiento que antes es Brasil, que es el principal socio comercial de Argentina. Según el FMI, el PIB de Brasil subiría 1,7% este año mientras que los analistas privados lo estiman en 2%.

  • A su vez, el precio de las commodities que exporta Argentina descenderá de los picos de hace un par de meses, pero se mantendría en niveles más altos que en los años recientes.

El valor del dólar es clave porque su valor se mueve en sentido contrario al de las commodities. Recientemente el valor de las materias primas se mantuvo alto a pesar del fortalecimiento de la moneda estadounidense frente a las demás, pero eso fue producto de las restricciones en la oferta a partir de la invasión de Rusia a Ucrania. En un escenario normal, un dólar fuerte no es una buena noticia para los países exportadores de materias primas como Argentina.

Pero hay datos para suponer que el dólar no trepará mucho más. Su fortaleza obedeció a un mejor desempeño de la economía de Estados Unidos con relación a la de los otros países desarrollados y una política agresiva por parte de la Reserva Federal en materia de suba de tasas de interés lo que hace más atractivas las colocaciones en dólares que atraen capitales de todo el mundo.

Pero ambos datos se relativizarán en los próximos meses. La Fed subió ayer la tasa 75 puntos básicos con lo que el diferencial de tasas con la zona euro se agrandó, pero a partir de ahora los incrementos serán de menor magnitud. Por su parte, el Banco Central Europeo seguirá con el ajuste que ya comenzó por lo que el diferencial  de tasas empezará a achicarse en los próximos meses.

Además, según las proyecciones del FMI, los niveles de crecimiento de Estados Unidos y la zona euro serán similares este año y el que viene.                

  • El escenario global presenta luces y sombras y en ese contexto debe ejecutarse la política económica del Gobierno argentino que, por lo tanto, no puede limitarse a esperar que el viento de cola del exterior ordene las variables ni atribuirle la responsabilidad de las dificultades a un contexto mundial adverso. Hay definiciones internas que son insoslayables.

Es cierto que la tasa inflación subió en casi todos los países, pero también lo es que ya está cerca de su pico en Estados Unidos y la zona euro y que comenzará a bajar.

En algunos países, como Brasil la tendencia descendente ya se observa en los últimos datos. Los desequilibrios fiscales que crecieron en todas partes por las políticas de asistencia durante el pico de la pandemia, comienzan a moderarse y Brasil, por ejemplo, ya eliminó el déficit en su resultado primario.  

Pero así como Argentina tiene peores números en algunas variables, muestra mejores indicadores que países similares en materia de actividad. Para eso ayuda Brasil, el incentivo a consumir y el buen desempeño que muestran algunos sectores productivos, ya sea porque cuentan con protección o buenos precios externos.      

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