El incremento en los precios internacionales de los fertilizantes respecto de las cotizaciones de los granos derivaría en un menor uso, lo que se traduciría en una menor producción, alertó un trabajo de la Gerencia de Estudios Económicos de la Bolsa de Cereales.

«En el último año los precios de los fertilizantes exhibieron un marcado incremento, incluso en relación con el precio de los granos», señaló el informe «Mercado de fertilizantes: efectos sobre el agro argentino» de Agustín Tejeda Rodríguez, Daniela Regeiro, Jimena Vicentin Masaro y Nicolás Jorge.

Según el trabajo, para el caso del maíz, «en julio se necesitaba en la Argentina entre 30% y 39% más de grano para comprar la misma cantidad de fertilizantes que el año pasado, lo que impacta negativamente sobre la decisión del productor».

«Dada la importancia de los fertilizantes importados en el consumo total de Argentina, las necesidades de importación crecieron significativamente», remarcó la entidad.

El trabajo de la Bolsa de Cereales recordó que el Banco Central estableció un tope para la adquisición de divisas para importación equivalente al menor valor de las importaciones FOB de 2021 más 5%, o de las importaciones de 2020 más 70%.

«Considerando un escenario de base (cantidades promedio 2020 y 2021, y precios promedio enero-junio de 2022), el tope se alcanzaría en el mes de agosto, quedando 57% de las necesidades de importación sin cumplir hacia el fin del presente año», indicó la entidad.

Tras plantear distintos escenarios (que incluyen desde una menor siembra de maíz hasta precios para el resto del año iguales a los niveles de junio de 2021), el trabajo señaló que «para que las importaciones alcancen el límite habilitado por el Central sin compensar vía cantidades, los precios de los fertilizantes a importar deberían caer, en promedio, 58% por debajo de los de junio de 2021».

Según la Bolsa de Cereales, «en la práctica se esperaría una combinación de estos efectos, con caída de precios y cantidades, aunque aun así difícilmente las necesidades estén dentro de los límites permitidos».

Aunque el Banco Central tomó medidas que buscan otorgar más flexibilidad importaciones de insumos para paliar la situación, la entidad afirmó que «continúa la preocupación sobre el volumen de negocios que podrían aprovechar esta excepción, por lo que habrá que seguir de cerca el mercado en los próximos meses».

«No otorgar prioridad a las dificultades que existen hoy en los mercados de fertilizantes podría traducirse en una menor disponibilidad de divisas, debido al potencial impacto en producción que tienen dichas restricciones», alertó.

Asimismo, planteó que si bien las condiciones de producción de Argentina le atribuyen cierto margen de maniobra en contextos de precios de los insumos internacionales volátiles, «no se pueden obviar las consecuencias que dicho manejo podría tener a mediano plazo» sobre los efectos sobre la sostenibilidad productiva y ambiental.

«Argentina tiene un enorme potencial para crecer en rendimientos por hectárea de manera sustentable, a través del cierre de las brechas tecnológicas en donde la fertilización es un componente esencial», concluyó.

En este marco, la empresa Alltec señaló en un informe el notable aumento en el uso de los fertilizantes foliares que, si bien no reemplazan, compensan la fertilización de base.

La fertilización foliar es elegida por los productores tanto por un contexto ambiental de cambios climáticos que perjudican los cultivos como también por el contexto macroeconómico que atraviesa el país, que provoca faltantes de materias primas y fuertes subas en los precios de los fertilizantes de base.

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