Sergio Massa lanzó una medida exclusivamente para intentar cumplir con la meta de reservas que tiene pactado el país con el Fondo Monetario Internacional.
El «dólar chacarero» de $ 200, que Economía y Agricultura venían negociando con CIARA-Cec, buscará recolectar US$ 5.000 millones este mes, prácticamente el mismo monto que separa el nivel de reservas actuales con el objetivo trazado con el organismo multilateral para finales de septiembre (la meta del tercer trimestre). En octubre, sin «dólar soja» a precio atractivo, la película vuelve a ser desconocida.
No es un desdoblamiento para un sector sino más bien una ventana para intentar cumplir con el Fondo, justo cuando los funcionarios de Economía están arribando a Washington para pulir detalles de lo que será el Presupuesto 2023 y cómo sigue la economía argentina. Pero si bien el Gobierno sigue ganando tiempo (pagando dólares a $200 a los sojeros y supuestamente vendiéndoles a $140 a los importadores, claramente un mal negocio para el Central), el problema de la poca acumulación de reservas sigue ahí latente.
Las expectativas de devaluación y la incertidumbre generaron una retención de granos de parte de los productores. De hecho, entre junio y agosto el complejo sojero, granos y derivados, aportó exportaciones por US$ 6.200 millones, cuando por la estacionalidad de ciclos anteriores podrían haberse esperado unos US$ 9.400 millones para esos tres meses, según el Ieral.
«Las medidas apuntan a lograr cierta normalización en esa operatoria, y es por eso que los funcionarios hacen referencia a una meta de US$ 5.000 millones, ya que a los US$ 3.200 millones pendientes de liquidación de los últimos tres meses hay que agregar US$ 2.500 millones que podrían esperarse para setiembre, de acuerdo a estadísticas de años anteriores», indicaron.
¿Alcanza? La consultora EcoGo de Marina Dal Poggetto, una de las economista que fue sondeada por Massa para sumarse al ministerio, dice que «puede ayudar en cortísimo plazo pero no resuelve el problema de fondo” de una economía que aún contabilizando los desembolsos del FMI debe afrontar pagos netos hasta fines del 2023 por casi US$ 8.000 millones (mercados más organismos).
Dal Poggetto calcula que las reservas netas están en US$ 1.200 millones, y que el BCRA tiene pagos por US$ 6.000 millones entre septiembre y octubre «que en principio serían compensados por los desembolsos del FMI» post segunda revisión del acuerdo cuya meta queda «totalmente desalineada».
Para GMA Capital, los US$ 1.300 millones netos que hay en el Central una vez descontados los pasivos en moneda dura están muy lejos de la cota de US$ 6.425 millones para septiembre, uno de los criterios de performance del programa con el FMI.
«El viaje de Massa y Rubinstein a Washington y Nueva York probablemente traiga novedades al respecto de un potencial waiver sobre reservas en la próxima revisión y del Fondo de Resiliencia, una línea de crédito a 20 años y tasas flexibles del organismo, del cual Argentina podría conseguir US$ 1.300 millones», advierte.
«Hasta ahora, la mirada de Washington ha sido contemplativa, pero no conviene perforar ciertos límites», acotó Ieral. De aquí a fin de año se acumulan vencimientos con el organismo internacional por US$ 8.200 millones y, para no caer en default, la Argentina necesita asegurarse los desembolsos del tercer y cuarto trimestre, que sumarían US$ 9.700 millones si se cumplen las metas, advierten.
El Central, si se logra el objetivo, volverá a comprar dólares después de que agosto terminó con ventas por US$ 521 millones a pesar de que en las últimas 16 ruedas compró un promedio de US$ 21 millones. Actualmente, las reservas netas del BCRA alcanzan sólo para cubrir una semana de importaciones, cuando en agosto/septiembre de 2014 eran equivalente a 16 semanas.
Si bien es cierto que desde septiembre declinan las importaciones de energía, este ítem es solo una fracción de la demanda de dólares que se canaliza a través del mercado oficial de cambios.
Las importaciones del resto de los bienes, por su parte, registran en lo que va de 2022 una suma creciente de pagos pendientes, que surge de las estadísticas que diferencian la caja del devengado.
Según Ieral, habría US$ 7.000 millones a pagar, por ese concepto. Además, hay que tener en cuenta que hay una demanda estable del orden de los US$ 2.000 millones por mes cuando se agrega el resto de los rubros: fletes y seguros, tarjetas y pasajes, deudas de empresas, servicios y atesoramiento.
«El álgebra es contundente en ese sentido, ya que aun con exportaciones récord este año, del orden de los US$ 88.000 millones, el saldo disponible para ser comprado por el Banco Central en el mercado oficial es mínimo», concluyó.
Por el “reconocimiento de precio”, Massa estimó que «podrían ingresar unos US$ 5.000 millones durante septiembre y US$ 1.000 millones en las primeras 72 horas»
«El esfuerzo fiscal del nuevo sistema de liquidación de exportaciones ronda los $600.000 millones», dijo el ministro de Economía