El pasado miércoles, el Sistema Meteorológico Nacional había anunciado una alerta amarilla para la Provincia. Rafagas de viento de 70 km/h sacudieron localidades como Campo Quijano, Rosario de Lerma, La Merced y El Carril. Los daños aún persisten.
La pregunta es: ¿qué no se llevó el viento en Salta?. Las fuertes rafagas y focos ígneos que se desataron en algunas regiones dejaron al descubierto la falta de organización por parte de las autoridades. Frente a siniestros naturales, no saben qué hacer.
48 horas han transcurrido desde entonces y varias son las casas salteñas que no poseen agua ni energía. Postes de luces fueron arrancados de cuajo por el viento, ocasionando que 300 familias en El Mollar, Chicoana, no tengan energía.
El problema es que Edesa brindaba energía mediante el uso de una bomba de agua, la cual ya no funciona. El Intendente Esteban Ivetich aseguró que “la falta de inversión en la zona de la empresa Edesa provoca estos problemas desde hace tiempo. Con el viento y el fuego cientos de personas no tienen agua, y debemos asistirlas con cisternas.
”Lo mismo sucede en El Carril, donde los bomberos no cuentan con autobombas para atender los 30 focos ígneos que iniciaron de un momento a otro. Están siendo asistidos por el equipo de Incendios Forestales de Campo Quijano, aunque eso de por sí no es suficiente.
En Rosario de la Frontera, los vecinos debieron soportar los destrozos del viento por sí solos. A la hora de solicitar el auxilio de las autoridades, no sabían a quién debían llamar o a dónde ir. «No había ni un teléfono a disposición de los vecinos para llamar. Solo el 911 de la Policía», detalló una vecina.
Lo que más reclaman es la falta de aviso por parte de la comuna. Frente a una alerta amarilla, nadie fue capaz de advertir a los vecinos. “Los niños estaban en las escuelas cuando ocurrió todo y nadie alertó a nadie», detalló con pesar una salteña.