La torre solar de Ashalim, una de las estructuras más altas de Israel y, hasta hace poco, la planta de energía solar más alta del mundo, provoca cada vez más ira en la población que vive cerca y teme contraer ciertas enfermedades. Entre sus curiosidades, no solo puede dejar ciego a las personas, sino que también puede provocar cáncer en ellas.

«El ojo de Sauron», que se ubica en el desierto israelí, funciona durante el día y gracias a los rayos del sol que inciden en más de 50.000 espejos colocados estratégicamente en las dunas que rodean la torre. De esta manera, se genera la energía. Si bien trajo consigo puestos de trabajo y un levantamiento en la economía, su aspecto negativo está vinculado a la pésima calidad que desata.

En detalle, fue Megalim Solar Power el consorcio multinacional que construyó en 2014 la infraestructura y que hoy en día se encarga de la gestión de la planta. Fue el gobierno y el consorcio que acordaron pagar los costos de construcción de unos u$s800 millones. A cambio, se prometió comprar la electricidad de la torre a una tarifa de unos 23 centavos por kilovatio-hora, según la autoridad eléctrica israelí.

Cómo funciona el ojo de Sauron

Al reflejar hacia arriba la luz solar, los rayos se concentran en una gigantesca caldera de agua situada en el interior de la torre. Estos calientan el agua a más de 530 grados, convirtiéndola en vapor. En un proceso conocido como energía solar térmica, el vapor se canaliza hasta el nivel del suelo, haciendo girar las turbinas para crear electricidad.

Si bien hay más de 25 torres similares en todo el mundo, incluidas las de China, España y Estados Unidos, la Emiratos Árabes Unidos se caracteriza por ser la más alta. En tanto, la torre de Ashalim es un esfuerzo sofisticado que muestra la destreza de los expertos israelíes en energía solar.

Cuáles son sus riesgos y críticas

  • No se la debe mirar de forma directa, ya que puede dañar la vista
  • Mata y quema regularmente a los pájaros que pasan atraídos por la luz
  • Su electricidad resultó ser mucho más costosa que la creada por otras formas de tecnología de energía solar
  • Un periódico económico israelí, Calcalist, calificó la situación de “una de las historias más tristes” de la historia de las infraestructuras israelíes
  • En un momento de crisis climática, cubre una proporción pequeña de las necesidades energéticas del país: menos de una quinta parte en 2021

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