El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, mantiene el silencio que guarda desde anoche cuando fue vencido en el balotaje por el exmandatario Lula da Silva, alimentando las especulaciones sobre su intención de no admitir la derrota -algo para lo que no cuenta con apoyo político- y sobre la difícil transición democrática que se iniciará en las próximas semanas.

Bolsonaro, que se convirtió en el primer presidente que evitó hacer declaraciones públicas tras la difusión de los resultados desde que se instauró el voto electrónico en Brasil en 1998, lleva ya varias horas de reuniones en el Palacio de la Alvorada, residencia del presidente.

Sus aliados habían especulado en que esta mañana haría un pronunciamiento sobre el resultado del balotaje, algo que finalmente no ocurrió. El clan Bolsonaro, es decir sus hijos, guarda también silencio en las redes sociales, donde habitualmente son muy activos.

Las especulaciones sobre un desconocimiento del triunfo de Lula perdieron fuerza este mediodía luego de que la base bolsonarista en el actual Congreso, el llamado Centrao, aclararan al equipo del presidente ultraconservador que no respaldarían tal acción. Por el contrario, ya comenzaron los contactos con el equipo del electo mandatario y líder del Partido de los Trabajadores (PT, izquierda).

Sí se espera, en cambio, que Jair Bolsonaro no facilite la transición. La prensa de Brasil especulaba con que el presidente no coordinará el traspaso del poder, algo común en el sistema democrático. De hecho, algunos de sus colaboradores dieron por seguro que no habrá el protocolar llamado de felicitaciones al vencedor.

Aliados presionan por un reconocimiento del triunfo de Lula

Algunos aliados del presidente ultraconservador, el primero también en no ser reelecto, ya reconocieron el resultado de la segunda vuelta pese a lo estrecho del mismo. Y, consultados por O Globo, varios de ellos rechazaron apoyar un desconocimiento del triunfo de Lula da Silva, una opción que para muchos bolsonaristas, sobre todo militantes, aún está sobre la mesa.

El exministro de Medio Ambiente y referente del ala ideológica del gobierno, el diputado electo Ricardo Salles, fue uno de los primeros en reconocer públicamente la derrota y pidió serenidad a los seguidores de Jair Bolsonaro. En la misma línea se mostró el pastor Silas Malafaia.

Durante la campaña, Bolsonaro había anticipado que solo hablaría de los resultados de las elecciones luego de hablar con las Fuerzas Armadas, las cuales realizaron acciones de inspección en los colegios electorales durante la primera y segunda vueltas, recordó ese medio brasileño.

En tanto, en redes sociales, seguidores del presidente brasileño denunciaron fraude y hasta hubo quienes volvieron a poner sobre escena la posibilidad de un golpe de Estado, algo que por ahora no fue apoyado por el ala política.

El resultado del balotaje en Brasil se difundió minutos antes de las 20:00 horas del domingo, hora local. Todas las luces del Palácio da Alvorada, sede de la Presidencia, fueron apagadas dos horas después sin que Jair Bolsonaro realizara ninguna declaración o reconociera la derrota. Tampoco recurrió a sus perfiles en las redes sociales.

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