Desde Bali
El presidente Alberto Fernández, luego de su estancia en París, llegó a la calurosa y paradisíaca isla de Bali, tras atravesar unos 12 mil kilómetros por el aire, para participar de la cumbre de líderes del G20. Aquí lo recibieron en el aeropuerto Denpasar-Ngurah Rai el embajador argentino, Gustavo Torres, y funcionarios del gobierno de Indonesia. Los 35 grados y la humedad hicieron sentir pesados los trajes de los funcionarios, que contrastaban con las vestimentas coloridas que llevaban las jóvenes balinesas que homenajearon a Fernández con el baile “Tari Pendet “, típico de la isla. En los próximos dos días tendrá una agenda plagada de eventos y reuniones bilaterales muy importantes para el país. Una de las más destacadas será el encuentro con su par chino, Xi Jinping, y también un posible encuentro –para el que ya están ultimando detalles— con el primer canciller alemán, Olaf Scholz.
Cena con Macron
Una vez que aterrizó en Indonesia, el mandatario se dirigió con los miembros de su comitiva al Hotel Sofitel Nusa Dua, ubicado en una zona turística y de resorts construida en la década de 1970 en la parte sur de Bali. Ese fue el lugar que el presidente de Francia, Emmanuel Macron, eligió para ofrecer una cena de la que, además de Fernández, participaron los jefes de Estado y Gobierno de Corea del Sur, Camboya, Sudáfrica, Ruanda, México y Senegal. Allí avanzaron en una posición conjunta para propuestas que busquen una posible solución para la guerra entre Rusia y Ucrania. La idea también es pedir en conjunto a los organismos internacionales una visión distinta sobre los países del sur: exigir fondos de resiliencia, la eliminación de los sobrecargos para aquellas naciones que están endeudadas con el FMI, entre otras cuestiones. Esto se podría ver reflejado en el documento final de la cumbre, aunque desde el gobierno argentino no creen que haya una conclusión tan inminente.
La jornada del martes
El martes, en tanto, será una jornada intensa. La cumbre contará con la participación de todos los líderes en tres sesiones: una de seguridad alimentaria y energética con el eje en la guerra entre Rusia y Ucrania. Allí hablará Fernández. Otra sobre salud y una más sobre transformación digital. Al mediodía habrá un almuerzo con todos los presidentes. Más tarde, el mandatario argentino formará parte de un evento de la Asociación para la Infraestructura y la Inversión Global. Sin embargo, más allá de su discurso, otro hecho importante de la jornada se dará a las 17.30 (hora local), cuando se reúna con el presidente de China, Xi Jinping. El día terminará con una cena de los líderes.
El encuentro con Xi Jinping
El Presidente no irá solo a la reunión con su par chino, que durará cerca de 30 minutos, sino que lo acompañarán el ministro de Economía, Sergio Massa; el canciller Santiago Cafiero; el embajador argentino en China, Sabino Vaca Narvaja, y el secretario de la Jefatura de Gabinete, Juan Manuel Olmos.
Según comentaron desde el Gobierno, están evaluando la idea de desarrollar allí un planteo para endurecer en cierto sentido la postura con China. Para el Ejecutivo hay un problema en esa relación bilateral, que el país viene arrastrando hace unos diez años, y que se basa en que la relación es desigual, con un déficit muy grande en la balanza comercial. El déficit con China, explican, es de 8 mil millones de dólares anuales y, en total, desde 2013, de unos 57 mil millones. Es decir, un monto similar a la deuda externa que el gobierno de Mauricio Macri tomó con el FMI.
En ese marco, desde el Ejecutivo están evaluando plantear algunas soluciones posibles para generar un equilibrio en la balanza comercial y que la relación entre ambas naciones mejore. Una de las opciones que barajan es la posibilidad de ampliar el swap que actualmente tiene la Argentina –equivalente a unos 18 mil millones de dólares– y que fue aprobado durante la visita que Fernández hizo a Beijing el año pasado. Lo que quieren hacer ahora desde la Argentina es extender el monto y también los usos. Sucede que el swap no computa como reserva neta sino bruta y eso es un problema. Desde el Gobierno dicen que el problema con el swap no son las tasas sino para qué se puede usar. El proceso para equilibrar la balanza comercial dicen que puede llevar unos cinco años, pero que serán necesarios «gestos» por parte del gobierno chino que demuestren que están interesados en el desarrollo de nuestro país.
Otra de las variables que manejan cerca del ministro Massa es pedirles a los chinos que suscriban a un bono soberano argentino en su totalidad emitido en yuanes. «Eso sería una verdadera ayuda», dicen en la comitiva. Desde el Gobierno recuerdan que, sin poner condiciones, nuestro país firmó la incorporación a la Ruta de la Seda y también puntualizan que los chinos tienen en nuestro país cerca de 52 proyectos mineros y de hidrocarburos.
En la lista de reclamos también estará la construcción de la represa Néstor Kirchner en la provincia de Santa Cruz. Para esa obra se firmó un contrato con China, pero el país suspendió el financiamiento hace dos años. El gobierno argentino puso la plata para que la obra continúe, con la promesa de China de que le devolvería el dinero. Hasta ahora, el Estado argentino puso 288 millones de dólares que quiere recuperar, pero, más allá de ese monto, falta que los chinos desembolsen mil millones más para poder finalizar la obra. Desde el la Argentina pedirán que eso ocurra porque, de modo contrario, adelantan que la obra deberá ser frenada.
La reunión de Fernández y Xi Jinping se dará luego de que el chino tenga un encuentro bilateral con el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, también en el marco del G-20. Esa reunión, que comenzó con una foto sonrientes y un apretón de manos, recorrió el mundo entero.