Anticipándose a la licitación que realizará mañana la Secretaría de Finanzas, buscando en el mercado unos $231.000 millones de los $810.129 millones que vencen en bonos en pesos en los próximos 45 días, los inversores institucionales estuvieron realizando ayer todo tipo de maniobras para ver de qué modo pueden saltar todos los cepos y escaparse de alguna manera de la posición en pesos.
«Le damos vueltas a todas las opciones, pero me siento como cuando jugaba al Súper Mario Bros, en el Windows 1, hace veinte años. Si quiero comprar tal posición me dice ‘usted no está habilitados para hacer eso’, si quiero comprar otra opción la respuesta es ‘no puedes hacer eso’, no nos dejaron prácticamente ninguna opción, estamos completamente encepados, entonces resolvimos comprar bonos dolarizados, y luego veremos cómo seguimos», fue la respuesta de uno de los principales operadores de un fondo común de inversión que no piensa participar en más licitaciones de bonos en pesos.
«La compra de bonos en pesos terminó. La masa de vencimientos que hay en los próximos diez meses supera los $ 9 billones, en el medio está la aparición de los candidatos de los partidos, la PASO y no hay chance de que se logre renovar semejante cantidad de deuda. Y eso sin contar el pasivo similar que acumula el Banco Central, que llenó de Leliqs a los bancos, quitándoles los plazos fijos, sin que los ahorristas se hayan dado cuenta», reiteró el analista de manera muy precisa.
La encerrona es conocida. En los últimos días uno de los grandes inversores internacionales, el Fondo Templeton, decidió plantar bandera: ya anunció que se va, que no quiere seguir perdiendo dinero en Argentina, teme que como pasó con Macri en el final de su mandato aparezca con bonos en moneda argentina con ley local un nuevo reperfilamiento, la forma elegante que encontró el macrismo para nombrar al default, y que dejó colgados del pincel a miles de inversores que venían confiando en el Gobierno hasta ese momento.
Dólares en alza
Y por supuesto, una cosa va llevando a la otra. Y ayer se multiplicó la demanda de todos los dólares libres. En realidad subieron los 16 dólares de Alberto y los dólares con precio de mercado subieron tanto que se acercaron al dólar Qatar, que ayer arañó los $340.
El Banco Central siguió haciendo esfuerzos para evitar que los dólares se escapen: ayer perdió otro US$ 79 millones en las reservas y chupó de los bancos depósitos por $19.600 millones en Notaliq a seis meses de plazo. Pero pese a esa movida, el dólar blue brincó $6 hasta $308, el mayor precio desde el 28 de julio, por lo que el «efecto Massa» se hizo humo y el billete paralelo volvió a precios de la era Batakis.
Pero eso no fue todo, el dólar Qatar subió 84 centavos hasta $339,20, el Senebi subió $6,98 hasta $325,56, el MEP subió $5,53 hasta $310,69 y el contado con liquidación trepó $7,26 hasta $324,80. Por lo que la brecha entre el oficial y el blue volvió al 82% y la del CCL y el mayorista se estiró otra vez hasta el 100%.
Además de eso, el peso se hundió contra las monedas europeas. Medidas en pesos, la libra subió 1,13 hasta 193,65 y el euro subió 90 centavos hasta 168,93. Pero probablemente la peor noticia que tuvo ayer el equipo económico no fue la suba del dólar local, sino el temblor financiero que hay en Brasil, donde el dólar sube y la Bolsa paulista se hunde por las declaraciones que viene haciendo Lula antes de asumir. Tanto es así, que mientras Argentina tiene un fuerte rojo comercial bilateral con Brasil, el real bajó ayer otros 26 centavos hasta $30,14, lo que significa que será más complejo exportar.
Y, si se quiere lo más estremecedor es que la secretaria de Energía Flavia Royon ya le puso fecha a la inauguración del gasoducto que viene desde Vaca Muerta. Esta semana Brasil anunció que sumará US$ 500 millones para que puedan terminar el caño a tiempo y que pueda llegar gas a Brasil, pero detrás de eso que supuestamente nos iba a hacer ricos, los brasileños dijeron un contundente que «eso apenas permitirá equilibrar el rojo comercial que tienen con nosotros».
Los datos del exterior
Todo este temblor cambiario que está sufriendo la Argentina en la previa de una nueva licitación, con el viceministro Gabriel Rubinstein dando muestras de que está muy contrariado, es que empiezan a aparecer algunos datos contradictorios en la economía norteamericana, con sectores que se frenan y otros que no, por lo que nadie sabe a ciencia cierta qué es lo que puede llegar a decidir la Reserva Federal el próximos 14 de diciembre, después de que se conozcan dos datos decisivos de empleo y la inflación de noviembre.
Ayer hubo en EE.UU. un dato de venta al consumidor que fue mejor que lo esperado, dando muestras de que sigue firme el consumo y el empleo, por lo que hay áreas en las que la recesión aún no muestra los dientes. Pero luego de una alta inflación en Gran Bretaña, la inflación y la suba de tasas sigue mostrando incertidumbre, tanto que algunas cadenas advierten que las ventas y las ganancias se debilitan significativamente. Por ejemplo, Target, la sexta cadena de grandes almacenes al por menor más grande de Estados Unidos, cayó ayer 13% en Wall Street. Y eso sucedió a pesar de que las tasas largas de los bonos norteamericanos siguen retrocediendo.
Hay áreas clave como la vivienda, con costos hipotecarios muy altos, que están con un freno significativo, y eso alimenta la expectativa de que la Fed subirá la tasa de diciembre «sólo» medio punto y que luego hará otras dos subas de un cuarto de punto en enero y febrero, y basta. Para dejar la tasa corta en 5% durante 2023. Con eso como fondo, ayer las tasas largas norteamericanas siguieron descomprimiendo: aún se pagó 4,6% anual a 1 año, pero luego la tasa bajó a 3,9% a 5 años, 3,7% a 10 años y 3,9% a 30 años. Y con eso, en el exterior el dólar saltó 3% en Chile (otro país con el que tenemos mucho comercio), 1,5% en Brasil y 0,2% contra el yen, pero cedió 0,3% en México y bajó 0,4% contra el euro y la libra.
Con ese cambio en las monedas, en el mercado hubo muchas otras explicaciones que plantearon los motivos que generaron esta brusca suba de los dólares libres. En los distintos niveles comerciales se advierte que el sistema denominado precios justos es un fiasco, con diferencias de precios que no cierran, y que dejan a los supermercados minoristas o a los almacenes sin rentabilidad, por lo que no se sumarán, a pesar de que en los barrios el nivel de consumo se escalona a niveles cada vez más complicados.
Fernando Savore, de la Cámara de Comercios Minoristas, destacó que «hasta hace algún tiempo las familias llegaban a hacer compras durante todo el mes, pero últimamente el fin de mes ya está en el día 15. Hace un par de meses muchos empezaron a usar tarjeta, pero las cuentas se fueron acumulando y ahora nos encontramos con algo que no pasaba desde hace mucho tiempo, nos empiezan a pedir que les vendamos a fiado, y no podemos negarnos porque son clientes de toda la vida».
Con todo eso como fondo, también hizo mucho ruido la movida de la vicepresidente Cristina Kirchner que desobedeció la orden de la Corte Suprema e insistió con sumar a su candidato Doñate para la Magistratura, en una movida que sin lugar a dudas se judicializará. Y mientras avanza el juicio por vialidad, la oposición se restregaba las manos y había inquietud en el Gobierno por el discurso que dará Cristina Kirchner, haciéndose la opositora desde adentro del Gobierno al que pertenece y formó.
Frente a eso, mientras la suba del dólar evaporó el carry trade que intentaron hacer muchos inversores osados, el dólar saltó sin que el BCRA tenga herramientas para frenarlo. Y los inversores institucionales se lanzaron a comprar bonos, al tiempo que el BCRA compró bonos en pesos, para sostenerlos, con más emisión, es decir echando más pasto a la fogata. En suma, aunque parezca contradictorio, con doble volumen operado los bonos argentinos volvieron a subir, los dolarizados por los privados, los en pesos por el BCRA. Por lo que el riesgo país cedió otras 51 unidades, hasta 2330 puntos básicos.
Pronósticos para las acciones
En la negociación con acciones, los inversores especulativos empezaron a entrar en cuenta de que se vienen menos ganancias, que los balances de las empresas vendrán mal, que la tasa base de 2023 sea 5% anual, muy compleja para los activos de riesgo. Por lo que entraron en cuenta de que el mercado oso todavía está aquí: de hecho, JP Morgan rebajó su calificación para las acciones ante el «alto riesgo de recesión» y Goldman Sachs salió a afirmar que el repunte de los activos de riesgo había sido «exagerado».
Con esas luces en los semáforos, hubo otro día en rojo para la Bolsa de Nueva York: terminó con una baja del 0,1% para el Dow, un descenso del 0,8% para el S&P y una caída del 1,5% para el Nasdaq. Al tiempo que la Bolsa de México retrocedió 0,2%, pero lo más alarmante de lo regional ocurrió en la Bolsa de San Pablo, donde el Bovespa cayó 2,6%, con el dólar saltando de 5,05 a casi 5,40 reales desde que Lula le ganó por una pestaña a Bolsonaro.
Y a nivel local las cosas tampoco estuvieron bien. Con $2.311 millones operados en acciones y $5.347 millones en Cedears, la Bolsa de Buenos Aires bajó 0,7%. Y los ADR argentinos que se negocian en Nueva York tuvieron subas del 1% al 1,6% para Loma Negra y Telecom, pero luego hubo bajas del 2% al 5,5% para YPF, Mercado Libre, Bioceres, Pampa E, Supervielle, Edenor, Despegar, Francés, Central Puerto, Macro, Galicia, Cresud y TGS.
Se debilitan las commodities
Todo esto fue cruzado por commodities que van perdiendo valor. Hubo una baja del 1% para el petróleo. Los metales preciosos estuvieron quietos. Los metales básicos actuaron en descenso. Putin sigue manejando los precios a su antojo, volvió a abrir el comercio del Mar Negro y los granos cayeron en Chicago y se mantuvieron sin cambios en Rosario por la seca, con el trigo operado en su máximo de nunca jamás, algo que será un gran desafío para los Precios Justos, porque la bolsa de harina vuela y los derivados serán un dolor de cabeza en Navidad. Y por último, como si todo eso fuera poco, siguen apareciendo secuelas de la quiebra de la exchange FTX y las criptomonedas volvieron a temblar: el bitcoin perdió 1,5% pero luego hubo bajas de hasta el 4% en el resto de los valores del panel, con incertidumbre en algunos sitios que están con problemas para responder cuando alguien quiere hacer retiros.