Carlos «Carli» Bianco, jefe de asesores del gobernador bonaerense Axel Kicillof, muestra orgulloso dos cuadros. Uno, el de Juan Manuel de Rosas. Otro, un mapa de la Provincia, regalo del dirigente peronista Carlos «Cuto» Moreno, que los dos usaron en la campaña electoral de 2019, cuando recorrieron pueblo por pueblo con su Renault Clío.
–¿La estrategia de ustedes hoy es buscar un blindaje electoral del peronismo en la Provincia?
–Absolutamente no. Buscamos que la Provincia de Buenos Aires gane y que ayude a ganar a la Nación. Que también traccione el voto nacional. Buenos Aires es el 37 por ciento del padrón. Nuestro objetivo no es despegarnos ni mucho menos. Es buscar el voto en el principal baluarte del peronismo y del kirchnerismo. Además sabemos que es muy baja la tradición de corte de boleta entre Provincia y Nación. Entonces apostar a un presunto blindaje sería suicida.
–José Luis Gioja dijo que el peronismo debe crear las condiciones para que Cristina sea la candidata.
–Y estamos de acuerdo. Al menos para que sea la que tiene la centralidad y sea ella quien decida. Hace un año y medio dije que siempre la mejor candidata a cualquier cosa es Cristina. Es el principal cuadro político que tiene hoy el peronismo. Y la única estadista que tiene la República Argentina.
–¿Definición de estadista?
–Una persona que tiene análisis y caracterización de lo que pasa en el mundo y de las amenazas y oportunidades que afronta nuestro país, y a la vez cuenta con el peso político y el peso específico para trazar líneas de acción en ese marco. ¿Qué hizo el jueves en el Estadio Único? Precisamente eso. De hecho el discurso y la presencia de Cristina, y el marco que se generó, fueron el discurso y el marco de una estadista. Habló del mundo y de la Argentina, incluyendo temas que siempre fueron de difícil tratamiento para las fuerzas populares, como la seguridad. Ella se adelanta a las circunstancias. Incluso de modo político. Es obvio que la oposición, en el marco de la campaña, y sobre todo en la provincia de Buenos Aires, va a querer traer los temas de seguridad desde la perspectiva de la mano dura punitivista. Cristina se adelanta y lo plantea ya mismo, ahora. No es ingenua. Sabe que no hay soluciones mágicas, y que es un gran tema para la población aunque sigan bajando las tasas de homicidio.
–¿Según qué fuente?
–Según la Superintendencia de Análisis Criminal. Hay que tener en cuenta que los homicidios siempre se denuncian o se registran. En todo el mundo se usa como medida la tasa de homicidios cada 100 mil habitantes. En 2002 era de 16 cada 100 mil. En el 2021 fue de 4,7.
–¿El número es el de homicidios en ocasión de robo?
–Homicidios en general, que vienen bajando desde hace unos años, incluso durante el gobierno anterior, y abarcan los asesinatos entre conocidos, familiares y vecinos. Por eso me gustó que Cristina saliera a marcar la cancha. ¿O Patricia Bullrich y Cristian Ritondo tienen la receta mágica? ¿Van a resolver en dos patadas lo que no solucionaron en cuatro años? ¿Y cuál sería la receta? ¿Salir a matar a todos?
–Cristina dijo en el Estadio Único que había que inundar de gendarmes el Conurbano. ¿Dónde?
–Eso lo tendrá que sugerir y coordinar el ministro de Seguridad de la Provincia, que está al tanto de las zonas calientes del delito. Porque la cuestión no es solo poner gendarmes a hacer controles en las rutas nacionales y pedir la documentación del auto, aunque están su derecho de hacerlo. La cosa es coordinar, y ajustar diariamente, entre Seguridad de Provincia y Seguridad de Nación dónde deben instalarse. El Operativo Centinela al que se refirió Cristina en el acto tenía un mecanismo diario de coordinación. ¿Para qué duplicar fuerzas en una misma esquina?
–Muchos intendentes reclaman la vuelta a las policías locales, que dependan de los municipios.
–Es un tema que se puede debatir. Lo que no puede volver a suceder es que tengamos en la Provincia de Buenos Aires pitufos, como se los llamó cuando existieron, con formación incompleta y de apuro, porque los municipios no tienen escuelas de formación. Discutamos competencias y objetivos. Está muy bien el criterio de Axel: cuando hay policía local debe haber un mando único.
–Axel Kicillof dice que le gustaría seguir siendo gobernador, o sea postular para la reelección. ¿La candidatura ya está resuelta?
–Lo más lógico es que sea candidato a la reelección cualquier titular de un ejecutivo, nacional, provincial o municipal que constitucionalmente tenga la posibilidad de reelegir, y hace un buen gobierno. Axel es un buen gobernador y la Constitución le permite reelegir. Dicho esto, lo va a decidir nuestra fuerza política.
–¿O sea?
–O sea que nuestra fuerza política lo resolverá. Mientras tanto seguiremos gestionando y mostrando lo que hicimos y lo que hacemos en seguridad, en producción, en educación, en trabajo. La pandemia nos impidió otra cercanía con la gente que no fuera para cuidados y asistencia. Ahora ya no hay trabas.
–Pero la Provincia no maneja la política macro.
–No, claro. Para llegar bien a las elecciones necesitamos mantener la producción y el empleo, bajar la inflación, aumentar las reservas y mejorar la distribución del ingreso para acercarnos a los términos históricos del peronismo, o sea la mayor participación de los trabajadores en el ingreso nacional. Lo mostró Cristina en el Estadio Único, cuando presentó el cuadro con los tres mejores momentos: el primer peronismo, el peronismo de 1974 y su segundo gobierno. En la Provincia aprovechamos los buenos índices de la situación nacional y buscamos paliativos para la parte que manejamos nosotros. Y utilizamos el financiamiento nacional para complementarlo con una política de obras públicas a nivel provincial y municipal.
–¿Cuáles serían los paliativos?
–Lo más importante es consolidar la inversión. La pública y la privada. Porque esta provincia es un enorme motor productivo. Administramos salarialmente de un modo justo la planta estatal, de 650 mil almas. Chiquita, ¿no? Ya firmamos, el 17 de octubre, un 94 por ciento anual asegurado para esa planta. Multiplicamos el SAE, el Servicio de Alimentación Escolar, y el programa MESA, que es el Módulo Extraordinario para la Seguridad Alimentaria, para más de dos millones de chicos y chicas. Están los créditos subsidiados del Banco Provincia. Los programas de fomento de los ministerios de Producción y de Desarrollo Agrario. Y trabajamos con Nación en que se cumplan los acuerdos de precios.
–¿Tienen diferencias con Sergio Massa?
–Tenemos reuniones de trabajo. Entendemos el contexto muy muy complejo en el que asumió Massa el Ministerio de Economía. La situación general económica ya no era buena, entre otras cosas por las cargas que impuso el acuerdo con el FMI. Además hubo una corrida importante a partir de las declaraciones de Luciano Laspina, Hernán Lacunza y Patricia Bullrich. Dijeron que si ganaban no se iban a hacer cargo de la deuda en pesos e iban a reperfilarla. Y otro elemento fue la desprolija salida del ministro Martín Guzmán. Hubo un aumento muy fuerte de la brecha. La primera misión que tenía Massa era estabilizar financieramente la economía (impedir que se estirase la brecha), conseguir reservas (mediante un mecanismo heterodoxo pero conveniente para los exportadores de granos por el cual el Estado consiguió ocho mil millones de dólares adicionales) y ahora llega la etapa distributiva: política de ingresos, mejora de jubilaciones, apertura de paritarias… Estamos a favor de una suma para el sector privado o bono de fin de año.
–¿También para el sector público?
–Adoptaremos la política salarial que corresponda. Lo que no puede ser es lo que hacen algunos municipios de la oposición, que inmovilizan dinero a plazo fijo y cuando tienen que pagar salarios en lugar de usarlos vienen a pedirle a la Provincia.
–Cuando hablan en privado, hay peronistas derrotistas y peronistas esperanzados en los resultados del 2023.
–Voy a ser claro. Si algunas variables económicas tienen una mejora (baja de inflación, aumento de ingresos reales) el clima político y el clima social va a mejorar, lo cual genera mayores posibilidades. Y a diferencia de 2015, cuando nadie sabía qué era el macrismo, ahora todos lo saben. Encima el macrismo hoy promete ajuste, reforma jubilatoria, reforma laboral y quite de derechos.
–¿Ustedes están entre los derrotistas?
–No. Y no hay mucho misterio. El reclamo que hacemos muchos hoy, sobre todo quienes nos referenciamos en el kirchnerismo, es que se constituya a nivel nacional una mesa de diálogo político, sobre táctica electoral, candidaturas y sistema a utilizar para dirimir esas candidaturas. Sería una demostración ante el pueblo de que el Frente de Todos quiere ganar las elecciones. También para discutir y llegar a un consenso en la caracterización del momento, el análisis y la definición de políticas.
–¿Por qué los funcionarios de la Provincia no se enfrentan con el Presidente?
–Axel nunca tuvo un enfrentamiento con Alberto. Trabajamos de manera muy coordinada con el gobierno nacional. En varios temas Axel puede pensar distinto, pero en la gestión coordinamos. Esto se nos facilita porque en la Provincia sí hay una mesa.
–Política.
–Sí. Nuestra fuerza política en la provincia está muy ordenada. Hay una mesa de gestión y de discusión política, y hay coordinación. Los matices y las diferencias se discuten y dirimen entre compañeros y compañeras. Es un gobierno frentista donde están representados todos los factores del Frente, con funcionarios de alto rango y mesas donde analizan la situación económica y social.