Es tanta la cantidad de gente que acude a Campo Quijano los fines de semana que los medios de transporte para retornar a Salta colapsaron este domingo. La falta de colectivos, trenes y remises regulados en los montos que cobran originó malestar entre las familias y despertó una serie de críticas a Saeta y Trenes Argentinos.
Las quejas no se hicieron esperar entre los visitantes y los vecinos de Quijano, que veían cómo largas colas de espera permanecían por horas en las paradas cercanas al complejo municipal y a la estación de trenes.
El promocionado tren urbano solo funciona de lunes a viernes, y los fines de semana de mayor flujo de gente, cuando se necesita otro medio de transporte alternativo, no funciona «no sé a quién se le ocurrió hacerlo funcionar solo los días hábiles, y los fines de semana de verano, que Quijano está atestado de gente, no circula. Es una vergüenza la falta de previsión para estos casos», reclamó Roberto, vecino de Cerrillos que junto a su señora debieron tomar un remise a Cerrillos por la excesiva suma de 5 mil pesos el viaje.
El periodista Ernesto Eterovic transmitió en vivo por Facebook los reclamos de cientos de visitantes que hicieron filas en el barrio Pipino Ferreyra por un colectivo. «No podemos hacer nada. Las frecuencias son estas. Hacemos lo posible para trasladar a la gente como corresponde. No depende de nosotros aumentar los coches», trataba de explicar Héctor, un chofer que fue increpado por los usuarios que esperaban por horas.
Otros choferes confesaron que llegaron a viajar más de cien personas en una sola unidad porque no daban abasto las unidades. Un verdadero peligro para la seguridad de las personas. Las otras paradas de Campo Quijano hacia Salta capital estaban repletas y los remises truchos hicieron de la suyas apenas vieron la oportunidad de actuar ante la necesidad de transporte. Solo para el retorno a Salta capital algunas familias esperaron por tres horas un colectivo Saeta, que no tomó previsiones ante el flujo de visitantes llegados a Campo Quijano este verano.
