Arranca un año electoral y, si bien gran parte de las elucubraciones giran alrededor de los nombres de les candidates presidenciales, los movimientos que se llevarán a cabo en la arena parlamentaria serán determinantes para el próximo gobierno que asuma. Especialmente en la Cámara de Diputados, en donde la extrema paridad de fuerzas entre el Frente de Todos y Juntos por el Cambio ha llevado a una incómoda parálisis (que, encima, amenaza con dilatarse ante la perspectiva del comienzo de la campaña electoral). Las urnas renovarán, en octubre, la mitad de la Cámara baja, en un juego de fichas que obligará a partir – o, al menos, a competir para conservar el lugar – a varios de los y las dirigentes de mayor peso del oficialismo y la oposición en el Congreso. Presidentes de bloque, de la Cámara, de comisiones, de Secretarías Parlamentarias: no son pocos los nombres que ponen en juego su futuro este año.
El Frente de Todos tiene 118 bancas y Juntos por el Cambio 116: esa realidad numérica, fruto de las elecciones del 2019, fue la causa del estancamiento que atravesó la Cámara de Diputados en el último año. Con una oposición con vocación de obstrucción y un oficialismo al que le costó arribar a grandes acuerdos luego de la sanción del acuerdo con el FMI (con algunas excepciones, claro), la Cámara baja arrastró uno de los años con menor actividad parlamentaria (comparado a otros años no electorales). Y ahora, a la vera del comienzo de la campaña electoral, predomina el escepticismo sobre la posibilidad de que el escenario cambie. «No creo que la cámara funcione», sostuvieron a este diario, usando las mismas palabras, un diputado del FdT y otro de JxC.
No todes les diputades, sin embargo, piensan lo mismo. «No hay condiciones objetivas para no sesionar. El oficialismo debería tener al menos un primer trimestre para poder trabajar», atajó un dirigente opositor de los «bloques del medio». La conducción de la bancada oficialista, en manos de Germán Martínez, coincide con esa premisa e insiste en que hay terreno para discutir muchas iniciativas que, incluso, cuentan con el respaldo de JxC. «A nadie le conviene estirar demasiado el bloqueo», deslizó un dirigente del FdT. En el medio de una marea de escepticismo, algunas voces insisten en que, al menos hasta mayo, hay tiempo para trabajar a un ritmo normal. «Después habrá que esforzarse», admitió un diputado, conciente de que las principales figuras de cada bloque terminan su mandato este año y deberán meterse de lleno en la campaña.
El recambio de nombres
El FdT renueva más de la mitad de sus bancas este año. Entre les 68 dirigentes que deberán abandonar sus despachos (o competir por la reelección), están las principales autoridades de la cámara: la presidenta del cuerpo, Cecilia Moreau, el titular de la bancada oficialista, Germán Martínez, y la secretaria parlamentaria, Paula Penacca. Martínez y Moreau ocuparon estos cargos por primera vez el año pasado: el primero en reemplazo de Máximo Kirchner – luego de que este pegara el portazo por sus críticas al acuerdo que el gobierno nacional había cerrado con el FMI – y la segunda en reemplazo de Sergio Massa, quien en agosto partió a hacerse cargo del Ministerio de Economía.
Son varios los dirigentes de peso de La Cámpora que, además de Penacca, deberán renovar su mandato. Uno de los más importantes es Máximo Kirchner, quien, sin embargo, viene manteniendo un perfil bastante bajo desde que abandonó la presidencia del bloque. También concluyen su mandato el presidente de la comisión de Justicia y consejero de la Magistratura, Rodolfo Tailhade, y el presidente de la Bicameral de Trámite Legislativo, Marcos Cleri. Cleri será uno de los que no renovará, ya que competirá contra el diputado Roberto Mirabella y el senador Marcelo Lewandowski en la interna por la gobernación de Santa Fe. El camporista santafesino no es, sin embargo, el único diputado que decidirá no renovar mandato para ir por la gobernación de su provincia: José Luis Gioja también tiene pensado competir para volver a ser gobernador de San Juan.
Los movimientos sociales también perderán a sus principales dirigentes. Les tres diputades de Patria Grande – Itai Hagman, Federico Fagioli y Natalia Zaracho -, les dos diputades de la Corriente Clasista y Combativa – Juan Carlos Alderete y Verónica Caliva – y uno del Movimiento Evita, Leonardo Grosso, concluyen sus funciones. Grosso, sin embargo, hará campaña para ser intendente de San Martín.
La lista de pesos pesados sigue con dirigentes como Eduardo Valdés – presidente de la comisión de Relaciones Exteriores y otrora principal vaso comunicante entre Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner -, la fueguina Rosana Bertone, el entrerriano Marcelo Casaretto, la porteña Mara Brawer y el riojano Sergio Casas.
Juntos por el Cambio, mientras tanto, pone en juego 57 de sus 116 escaños. Dentro del PRO se destaca la figura de su presidente, Cristian Ritondo, quien buscará disputar la gobernación de la Provincia de Buenos Aires. Termina su mandato la secretaria Parlamentaria del interbloque, Silvia Lospennato, aunque en su caso se espera que renueve. También se despiden de sus bancas Omar De Marchi – armador de Horacio Rodríguez Larreta en el interior del país y dirigente mendocino que amenaza con romper con JxC para competir por la gobernación -, el larretista Álvaro González y el macrista Federico Angelini (que también es vicepresidente del partido).
El radicalismo, que ya hace un año está dividido en dos bloques, también renueva muchos de sus más importantes referentes. Uno de ellos es el presidente del bloque, Mario Negri, quien antes supo ocupar el cargo de presidente del interbloque y es uno de los principales interlocutores del oficialismo en JxC a la hora de las negociaciones. También renueva el ex ministro de Agricultura, Ricardo Buryaile, y el jujeño Jorge «Colo» Rizzotti. En Evolución ponen en juego sus bancas el vicerrector de la UBA, Emiliano Yacobitti, y el puntano Alejandro Cacace. En la Coalición Cívica, mientras tanto, concluye mandato el presidente del partido a nivel nacional: Maxi Ferraro.
Los bloques opositores «del medio» también renuevan a sus principales dirigentes políticos. En el caso del Interbloque Federal – el interbloque de 8 diputades que suele definir si una sesión tiene quórum o no -, concluyen su mandato el presidente del interbloque, el «Topo» Rodríguez, y Graciela Camaño. Tanto Rodríguez como Camaño forman parte del armado nacional que están organizando peronistas «de centro» como Juan Schiaretti y Juan Manuel Urtubey. Camaño, por ejemplo, será candidata a gobernadora de la Provincia de Buenos Aires.
También el aliado habitual del oficialismo, el interbloque Provincias Unidas, renueva a sus dos presidentes de bloque: Luis Di Giácomo (Juntos Somos Río Negro) y Diego Sartori (Frente de la Concordia Misionero).