El hospital Materno Infantil incorporó a las prácticas obstétricas la metodología de Óptimas Posiciones Fetales (OPF). Se trata de un novedoso enfoque, consistente en optimizar la posición del bebé antes y durante el parto, para reducir la cantidad de cesáreas y promover una experiencia más óptima.
Las OPF son una metodología basada en evidencia científica que, a través de técnicas sobre la propia fisiología de la madre y terapias complementarias como la aromaterapia, busca favorecer una posición fetal óptima antes y durante el parto.
Para la implementación de esta nueva forma de asistencia, el equipo de profesionales obstétricas recibió una capacitación intensiva durante tres jornadas, en las que se analizaron casos, se compartió información para identificar situaciones problemáticas y hubo práctica de posibles resoluciones desde el método OPF.
De esta actividad surgió la necesidad de actualizar la historia clínica digital con la integración de OPF, lo que se logró a partir de un trabajo conjunto entre la Unidad de Gestión de Obstetricia y el Área Sistemas. Estandarizar el registro de esta práctica facilita la comunicación entre los equipos, promueve una mejor calidad en la atención obstétrica y allana el camino para realizar investigaciones en el campo.
Por otra parte, la implementación de esta práctica se inscribe en el compromiso institucional con el modelo de Maternidades Seguras y Centradas en la Familia.
Mayor seguridad en los partos
La capacitación al equipo de obstetricia estuvo a cargo de Shiran Efraty, reconocida matrona y capacitadora en España, creadora de la metodología OPF en conjunto con Nataly Perla y María Sol Vega, capacitadoras en terapias complementarias y fundadoras de “Embarazo consciente”.
La metodología busca hacer foco en las posiciones para prevenir o resolver trabajos de parto prolongados o dificultosos, antes de llegar a una intervención medicamentosa y se realizan en los casos donde las condiciones de la madre y el bebé en camino no corren riesgo.
Entre los beneficios se pueden citar una reducción en el número de cesáreas, una recuperación más rápida de las puérperas y, por lo tanto, fortalece el vínculo madre-hijo.