El primer ministro de Hungría, Viktor Orban, afirmó hoy que se «malinterpretaron» sus palabras sobre «la mezcla de razas» e intentó justificarlas al argumentar que representan «un punto de vista cultural».
«A veces sucede que hablo de una manera que puede malinterpretarse, pero le he pedido al canciller (Karl Nehammer) que ponga la afirmación en un contexto cultural», declaró Orban en una rueda de prensa conjunta en Viena con el mandatario austriaco.
«En Hungría, estas expresiones y frases representan un punto de vista cultural y civilizado», prosiguió, según declaraciones reproducidas por la agencia de noticias AFP.
El líder nacionalista húngaro, conocido por su política antimigratoria, rechazó el sábado pasado la visión de una sociedad «multiétnica» en un discurso en la región rumana de Transilvania, donde reside una numerosa comunidad húngara.
«No queremos ser una raza mezclada», que se junte con «no europeos», recalcó Orban, antes de aludir a las cámaras de gas del régimen nazi para criticar el plan de Bruselas de disminuir el consumo europeo de este combustible en un 15%.
Esto le sirvió duras críticas por parte de la comunidad judía y la renuncia de un asesor.
Desde su regreso al poder en 2010, Orban implementó en su país una serie de reformas basadas en la «defensa de una Europa cristiana».
En concreto, atacó a los inmigrantes de África y Oriente Medio y a las ONG que acuden en su ayuda, endureciendo el derecho de asilo y creando vallas en las fronteras.
Por su parte, Nehammer condenó «de manera enérgica cualquier forma de racismo y antisemitismo» y aseguró que ambos dirigentes habían abordado el asunto «con total franqueza».
«Estamos perfectamente de acuerdo», reaccionó Orban, quien dijo estar «orgulloso» de la política de «tolerancia cero» llevada a cabo por Hungría.