Más de la mitad de los empleos que se destruyeron al inicio de la pandemia se recuperaron en el tercer trimestre, destacó el director del Centro de Capacitación y Estudios sobre Trabajo y Desarrollo (CETyD) de la Universidad Nacional de San Martín (Unsam), Matías Maito.
«Un dato alentador que surge de las últimas cifras difundidas por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) indica que más de la mitad de los empleos que se destruyeron durante el período más crítico de la crisis» derivada de la pandemia de Covid-19 «se recuperaron en los últimos meses», indicó Maito a Télam.
Entre abril y junio tuvo lugar una acelerada destrucción de los puestos de trabajo mediante la cual 3,7 millones de personas que en 2019 tenían empleo dejaron de tenerlo.
Esto significa que «una de cada cinco personas que un año atrás tenía empleo lo perdió al inicio de la pandemia», de acuerdo al informe del CETyD.
En el tercer trimestre, 2 millones de ellas recuperaron su fuente de trabajo, de ahí que «la tasa de empleo aumentó del 33,4% al 37,4% entre el segundo y tercer trimestre del año».
De esa manera, del reporte se desprende que «la flexibilización de las medidas de aislamiento y la recuperación paulatina de la actividad económica posibilitaron que ingrese nuevamente al mercado laboral una parte importante de la población que se había retirado, ante la imposibilidad de buscar trabajo por las restricciones a la circulación».
De esta manera, «la tasa de actividad pasó del 38,4% al 42,3% entre el segundo y el tercer trimestre del año».
La recuperación del empleo durante el tercer trimestre fue motorizada precisamente por los mismos sectores que habían sido los más afectados durante la pandemia, los trabajadores precarios: asalariados informales y trabajadores independientes, indicó el Centro de Estudios.
Maito indicó que durante los últimos meses «cerca de la mitad de esos asalariados informales y cuentapropistas que había perdido su fuente de trabajo logró reinsertarse laboralmente».
«De modo que la cantidad de trabajadores en esas categorías ocupacionales creció 27% y 42% respectivamente, en relación al mismo trimestre de 2019», precisó.
El impacto de la pandemia sobre el sector asalariado formal resultó amortiguado por las políticas públicas implementadas por el Estado Nacional, entre ellas: la prohibición de despidos, el programa ATP para pago de salarios y reducción de contribuciones patronales, y el mecanismo de validación de suspensiones con pago del 75% del salario.
Todas estas medidas «lograron que en la etapa más crítica no se diera sobre este sector un impacto tan grande como el que tuvieron los sectores más desprotegidos».
El director del CetyD acotó también que «en los últimos meses el número de asalariados formales logró moderarse, aunque no detenerse», y precisó que «continuó cayendo pero a un ritmo más moderado de caída».
«Ritmo que al final del tercer trimestre se comenzó a estabilizar e incluso habría registrado un leve crecimiento según la última información que relevó el Ministerio de Trabajo».
Maito sostuvo que «el peor momento de la crisis parece haber pasado», pero reconoció que «aún falta mucho camino por recorrer».
«La reactivación está lejos de ser inmediata, 2 millones de personas volvieron a estar ocupadas en el tercer trimestre de 2020 pero aun hay 1,9 millón de empleadas menos de las que había en 2019», concluyó.
Fuente: Ambito