Rusia se va de la Estación Espacial Internacional: el laboratorio extraterrestre que desde hace veinte años aúna los esfuerzos de las cinco grandes agencias espaciales del planeta. Según ha anunciado este domingo el vice primer ministro ruso, Yuri Borisov, Rusia abandonará el proyecto a partir del año 2025. La retirada, argumentan desde el Kremlin, se debe a que «la Internacional está muy obsoleta» y que, por el contrario, se prefiere apostar por una plataforma propia.
El futuro de la Estación Espacial Internacional, pues, quedará en manos de los otros cuatro socios internacionales; NASA (Estados Unidos), JAXA (Japón), ESA (Europa) y CSA (Canadá). En los últimos años, varias iniciativas privadas se han sumado al organigrama de este proyecto. Space X, por ejemplo, ya se ha adjudicado varios contratos para llevar a astronautas de la Tierra a este laboratorio suspendido a 400 kilómetros de la superficie terrestre. Asimismo, NASA también planteó abrir este espacio al «turismo espacial», ofreciendo misiones privadas de hasta 30 días. Puede que estos antecedentes sirvan para contextualizar la decisión rusa. O puede que no. Son muchos, de hecho, los que consideran que hay que leer esta noticia en clave geopolítica.
No es la primera vez que Rusia amaga con emprender un camino en solitario en el mundo espacial. En noviembre del año pasado, el país indicó que estaba trabajando en una estación orbital propia que podría estar disponible a partir del 2024. Meses más tarde, también surgieron varias voces que planteaban un posible punto y final de los proyectos en la Estación Internacional sobre el año 2028. El anuncio de hoy, pues, tan solo adelantaría un poco el calendario.
La apuesta rusa
Moscú, por su parte, argumenta que su decisión de abandonar el proyecto compartido está más que meditada. El adiós, de hecho, estaría justificado por unas «inspecciones técnicas» realizadas en los últimos meses que «dejarían mucho que desear». Sobre todo teniendo en cuenta los fallos técnicos detectados a bordo de la plataforma. Si estos problemas de solucionan, esgrimen desde Rocosmos, puede que la estancia rusa se reconsidere.
Sea como sea, Rusia no abandona su programa espacial. Todo apunta a que lo refuerza. Según declaraciones de Borisov, Moscú trabaja en la construcción de una estación de nueva generación. El laboratorio estaría compuesto por tres a siete módulos y podría ser operado por una tripulación de dos a cuatro personas. La estación también podrá funcionar de forma autónoma. «Los cosmonautas trabajarán en la estación por turnos, con el fin de reducir la exposición de la tripulación a la radiación y los costos operativos», explicó este domingo el vice primer ministro Ruso.
Fuente:ElPeriodico.