La búsqueda se intensifica en Indonesia para rescatar con vida a los 53 tripulantes del submarino desaparecido en el mar de Bali el pasado miércoles 21 de abril. Las autoridades saben que, si el aparato está intacto, tan solo puede aguantar 72 horas con oxígeno suficiente para las personas que están dentro.

En las últimas horas se han sumado a los esfuerzos indonesios, los de varios barcos y aviones procedentes de Estados Unidos, Australia, India, Malasia y Singapur. Se espera que la tecnología militar más avanzada que poseen estos países ayude a localizar al submarino. Las autoridades sostienen que todavía hay posibilidades reales de que las personas estén vivas.

En este objetivo es fundamental que la nave sumergible no se haya hundido más allá de los 500 metros, ya que su estructura de acero se habría destruido por completo a causa de la gran presión ejercida por el agua.

«Hasta ahora no lo hemos encontrado, pero con el equipo disponible deberíamos poder encontrar la ubicación», dijo Achmad Riad, portavoz del Ejército indonesio, en una conferencia de prensa.

Las esperanzas están puestas en que los radares detectaron una gran “fuerza magnética” a entre unos 50 y 100 metros de profundidad, algo que, sin duda, no habría destruido al aparato.

La conexión con la tripulación se perdió a los 45 minutos de su salida, en la que se pretendía tener un ensayo de lanzamiento de torpedos. Minutos después de su desaparición se encontró una mancha de combustible en la superficie, que podría significar dos cosas: o bien optaron por soltar combustible para aligerar carga o hubo un error en el tanque.

Este submarino tiene 40 años de antigüedad, aunque las autoridades militares indonesias asegurar que tuvo una serie de remodelaciones estructurales en 2012 en Corea del Sur que hicieron que cumpliera con todos los requisitos internacionales para navegar.

Este era uno de los cinco submarinos de los que dispone Indonesia en su arsenal militar. El país tiene una flota extremadamente antigua que en más de una ocasión ha generado problemas, aunque nunca de esta dimensión.

Las familias mantienen la esperanza 

Las familias aguardan cualquier tipo de noticias y muchas de ellas se mantienen esperanzadas de poder volver a ver a sus seres queridos con vida. «Espero que los encuentren con vida», dijo Berda Asmara a la agencia de noticias AP, esposa del miembro de la tripulación Guntur Ari Prasetyo, de 39 años, quien ha navegado en el Nanggala durante 10 años.

La búsqueda se realiza en nueve puntos diferentes en un área de diez millas cuadradas, un espacio relativamente pequeño que hace pensar que el submarino será encontrado, la cuestión en cuándo.

Este tipo de desastres ya han sucedido en el pasado a otras flotas. En el año 2000, el submarino Kursk, considerado uno de los mejores de Rusia, quedó varado con 118 tripulantes a bordo. Algo similar ocurrió en 2017, cuando el submarino argentino ARA San Juan se hundió con 44 militares a bordo y no apareció hasta el año siguiente.

Fuente:France24.

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