A fines de mayo, el conocido cantante Kike Teruel mantuvo una reunión con el gobernador Gustavo Sáenz, en la que le informaba sobre la construcción a través de la Fundación Fausto de un Centro de Atención a Mujeres en situación de violencia en Atocha.

No es de extrañar que en plena carrera electoral el integrante de Los Nocheros, y cuyo nombre, según los titulares de la prensa, “comenzó a sonar con fuerza en las internas de Cambiemos”, quiera posar para una foto junto al mandatario. Pero lo que no deja de hacer ruido, es que lo haga levantando la bandera del flagelo de la violencia de género, y en cuya área, su propio discurso deja mucho que desear.

Es por esto que vale apelar a la memoria y traer del pasado la denuncia que realizara una joven hacia Felipe, el hijo menor de Kike Teruel, por un intento de abuso y en este contexto, recordar el ataque mediático del cantante hacia la denunciante.

En febrero de 2018, Belén Esper, conocida modelo y conductora de TV salteña realizó una denuncia a través de sus redes sociales con la intención de advertir a otras jóvenes lo que sucedía en las fiestas que se realizaban en la casa Teruel.

A través de un posteo de Facebook, contó que una semana antes había participado de una fiesta en la casa de Tres Cerritos, y que, en determinado momento, Felipe la buscó con la intención de llevarla por la fuerza a una de las habitaciones del lugar. “Estaba en el baño, tocaron la puerta y cuando salí era él. Me agarró de los brazos demasiado fuerte, queriéndome arrastrar a la habitación de al lado y luego al primer piso. No sé de dónde saqué fuerzas y logré soltarme. Uno de mis amigos me vio y fue corriendo a ayudarme”, relató.

Días después y en la misma publicación, la joven contó que había recibido muchos mensajes de chicas que aseguraban haber pasado por situaciones similares. Y otros más, en los que recibía amenazas o llamadas intimidantes.

La denuncia cobró mayor relevancia un año después, cuando entre abril y mayo de 2019 se dio a conocer la acusación de una adolescente de 16 años en contra de Lautaro Teruel, hijo de Mario, por haber abusado sexualmente de ella cuando tenía apenas 9 años.

Por ese entonces, Kike Teruel decidió hablar con diversos medios sobre ambos casos.  Claro que, en uno, y con la confesión de su sobrino hecha en una llamada a la víctima y que se viralizó luego, opinó que “en caso de ser hallado culpable, que le den lo que se merece. Si lo que dicen que hizo fue así, lo pagará”. Pero en el segundo caso, optó por difamar a la joven, asegurando que lo único que buscaba era sacar provecho de su familia y de la fama que este apellido tenía.

Es así que en diálogo con el programa “Intrusos”, reconoció que ni bien leyó la denuncia no le dio importancia. “Cuando esta chica, que no la conocemos en absoluto (nosotros) porque tiene un perfil muy conocido en Salta, hizo esa denuncia mediática por Face, nosotros no le hemos tomado importancia”.

Además, no dejó pasar la oportunidad para insinuar que Belén tenía intenciones de “aprovecharse del escándalo” y hablar acerca de la reputación de la joven. “Tienen que fijarse bien quién está hablando y de quién está hablando: mi familia es intachable. El único problema que tiene mi hijo es que tiene un montón de amigos y que ese día entró alguien que no tenía que entrar y que andá a saber que oportunismo quiso tener”.

A tres años, Belén Esper habló por primera vez de lo sucedido y a través de esta nota confesó que hasta el día de hoy recibe asistencia psicológica por todo lo ocurrido en ese entonces y mientras se prepara para realizar la denuncia en la justicia.

“Lamentablemente escuche todo lo que dijo (Kike Teruel). Todo surgió muy rápido. Como es costumbre en casa, al momento del almuerzo familiar prendimos la TV, y estaba este tipo con la pantalla dividida con mi foto, intentando desestimarme y además atacándome como persona y por mi profesión de modelo. En ese momento me agarró un ataque de pánico que provocó que todo mi cuerpo se paralice, dejándome en cama llorando por muchos días y sin poder moverme. Desde ahí no quise ver más nada ni saber nada”, contó.

Y siguió: “Me hicieron creer que la culpa era mía, me crearon un miedo impresionante, hasta ahora me da miedo salir a la calle. El teléfono me estallaba de mensajes de los medios, no hablé con ninguno. Ésta es la primera vez que lo hago: porque mi intención sólo fue prevenir y exponer lo que me pasó, no por algo mediático”.

“Para mí fue un trauma tremendo y hablarlo me cuesta mucho. Fui diagnosticada con estrés postraumático, ataques de ansiedad, ataques de pánico, e hipersensibilidad emocional. Me cuesta dormir, me cuesta estar sola, no salgo de casa sola. Vivo con miedo constante por alguna represalia”, agregó la modelo.

Claramente, este salto sin escala de denostar el relato de un intento de abuso; a levantar la bandera de las víctimas de violencia de género, tiene en realidad otro trasfondo y que poco puede aportar a la causa. Causa que necesita realmente ser atendida, pero sobre entendida. Y no sería el caso de Teruel, quien en el pasado dejó en claro que cree o descree a las víctimas según su propia conveniencia.

“Me parece injusto. Me parece que se está burlando de todas las que fuimos víctimas de ellos. Me pregunto qué pasaría si alguna víctima de abuso o violación de parte de algún integrante de su familia asistiera a ese centro para pedir ayuda y contención sin saber que él está atrás de esto”, concluyó Belén.

Finalmente, consultado para esta nota, Kike Teruel evitó hacer declaraciones y argumentó que “no tengo absolutamente nada para decir porque la denuncia nunca se materializó. Se hizo solamente por Facebook, y a esas denuncias yo no les doy ningún tipo de importancia”.

Fuente: Cuarto.com

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