Los dólares financieros y el dólar blue tocaron máximos históricos a fines de enero. A partir de allí, han empezado a desinflarse y transitar un período de cierta pax cambiaria (en el marco de un mercado muy anómalo, por cierto) que se está prolongando.

“Por ejemplo, el Contado Con Liquidación (a partir de operaciones con AL30) que había cerrado 2021 apenas por encima de los $202 y superó los $244 el último día de enero, actualmente se opera en torno a $196. Al mismo tiempo, el Banco Central comenzó a acelerar el ritmo de crawling-peg del tipo de cambio oficial (desde 2,3% mensual en enero hasta el actual 3,4%) y las brechas se redujeron con fuerza”, señala un informe de Equilibra que busca indagar cuánta nafta le queda a la pax cambiaria.

La brecha entre el dólar oficial y el informal, por ejemplo, se ubica por debajo del 80% tras haber tocado un máximo de 108% en enero.

Según Equilibra, las condiciones monetarias y financieras favorecerían la continuidad de la calma en los mercados cambiarios. Pero no habría una gran compresión de la brecha. “Las cotizaciones actuales serían un piso y el principal riesgo sigue siendo el de un shock de expectativas (principalmente por un potencial incumplimiento del acuerdo con el FMI) que desaliente el carry-trade”, señalaon.

Los tres factores que anticipan que estarían dadas las condiciones para la continuidad de la pax cambiaria son los siguientes.

1) Las cotizaciones récord de enero estuvieron impulsadas por el “sobrante estacional” de pesos típico de principios de año, y por la incertidumbre FMI. La disparada de las cotizaciones fue en gran medida el reflejo de la incertidumbre respecto a un potencial default con el FMI, sumada al efecto estacional propio de los primeros dos meses del año. La demanda de dinero sube en diciembre con las Fiestas, el pago de aguinaldos y el comienzo de las vacaciones, pero la estacionalidad se revierte en enero.

Sin una respuesta robusta de la política monetaria -la tasa para plazos fijos subió sólo 200 puntos en enero, pagando una Tasa Efectiva Anual (TEA) de 46,8%, muy por debajo de la inflación y del avance del tipo de cambio esperados para los próximos 12 meses por el REM, que se ubicaban en 53,9% y 63,4%, respectivamente- los pesos sobrantes se canalizaron hacia otros segmentos como, por ejemplo, los mercados financieros y el dólar informal.

2) No pareciera haber un excedente de pesos. Los niveles de M2 ajustados por actividad económica se ubican en torno a su promedio de los últimos 18 años. Más allá de que el desbalance monetario no luce preocupante en el corto plazo, Equilibra dice que “la economía argentina probablemente necesite de una menor cantidad de pesos en el mercado para poder relajar tensiones en torno a una potencial dolarización de portafolios”.

3) Quedan pocos vencimientos de deuda offshore en pesos. La deuda en pesos en manos de no residentes se redujo desde cerca de US$ 10.000 millones (valuadas al CCL) en el tercer trimestre de 2020 a poco más de US$ 2.500 millones al cierre de 2021. El principal escollo de 2022 era el vencimiento del TX22 el 18 de marzo pasado, con tenencias de PIMCO y Templeton equivalentes a unos US$ 700 millones (al CCL). Si bien surgieron rumores de que el Gobierno iba a ofrecerles un canje contra bonos hard-dollar para evitar que la salida vía dólar cable provoque un fuerte salto de la brecha cambiaria, finalmente esto no ocurrió. El impacto de la salida de estos fondos se limitó a una suba de 2,5% del Contado Con Liquidación dos días después del vencimiento (cuando se liquidan los fondos). Según estimaciones de la consultora que lidera Martín Rapetti, la deuda del Gobierno en pesos en manos de no residentes asciende actualmente a poco más de US$ 2.000 millones al tipo de cambio CCL (casi toda deuda soberana). Las tenencias de deuda soberana de PIMCO y Templeton suman unos US$ 1.360 millones al tipo de cambio financiero actual y sólo US$ 315 millones vencen este año. PIMCO tiene más del 40% de lo emitido de AA22 que vence en abril, por el que le restan recibir unos US$ 250 millones. “A juzgar por lo ocurrido tras el vencimiento del TX22, este monto no debería generar demasiado ruido en los mercados financieros”, agregan.

Si bien la pax cambiaria podría prolongarse, las cotizaciones actuales serían un piso. El BCRA deberá seguir acelerando el crawling-peg del tipo de cambio oficial para que, en línea con los supuestos del memorando de entendimiento con el FMI, no pierda competitividad en un escenario de aceleración inflacionaria. “Con los altos precios de las commodities y el comienzo de la temporada alta de liquidaciones de agro-divisas, el BCRA podría incluso acelerar el crawling-peg del tipo de cambio oficial incluso levemente por encima de la tasa de interés en pesos, sin que esto genere grandes desincentivos a liquidar”, proyectan.

Con el crawling-peg en el orden del 4% en promedio, el dólar minorista solidario (incluyendo impuesto PAIS del 30% y percepción de ganancias por el 35%) cerraría el mes en torno a los $195, en línea con las cotizaciones financieras actuales.

“Si bien una nueva ronda de suba de tasas podría seguir conteniendo la brecha, en el actual escenario de estrictos controles cambiarios es muy difícil pensar en una brecha que pueda sostenerse por debajo del 65% durante mucho tiempo. El desbalance monetario -medido como el M2 ajustado por nivel de actividad- no sería un factor de riesgo para la brecha cambiaria en el corto plazo, pero el M3 expresado al contado con liquidación (que, a diferencia del M2, incluye depósitos a plazo) se viene acelerando con fuerza y ya superó sus niveles promedios de los últimos 18 años”, agrega el reporte realizado por Lorena Giorgio.

Será clave mantener tasas atractivas que sostengan los niveles de colocaciones a plazo (“a pesar de las tres subas en lo que va del año, las tasas en pesos siguen perdiendo contra la inflación y la devaluación esperadas”, dice el informe) y, sobre todo, ir cumpliendo el programa con el FMI. Tanto Miguel Pesce como Martín Guzmán deberán ser claros en sus señales y no quedarse cortos.

De eso dependerán las chances de que la brecha cambiaria no se recaliente nuevamente. “Es probable que el ‘veranito cambiario’ se extienda hasta el otoño, pero hay que tener a mano paraguas y abrigo”, vaticinan.

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