La propuesta que Emiliano Durand sugirió la semana pasada para eliminar las PASO en Salta devino en proyecto de ley. Estamos ante un hecho político: darle aire a una idea que el gobernador dijo desear, pero sin zambullirse al barro de la política. Tiene sentido. Como todo “jefe político”, Sáenz busca ser el ajedrecista que desde afuera maneje las contradicciones del conjunto sabiendo que si es él quien se carga con el proyecto, deja de ser el “conductor” que está con todos para convertirse en una más de las contradicciones de políticos y políticas salteñas.

Por eso la iniciativa apareció por diputados que amenazaron con protagonizar una arremetida tumultuaria propia de las montoneras federales del siglo XIX, aunque la falta de estrategia provocó que la débil oposición salteña se abroquelara por primera vez y sintiera que por fin podría vetar una iniciativa gubernamental. A ello le siguió la pausa propia de jugadores de Liga “B” que se topan con jugadas de una categoría levemente superior. Ahora aparece el periodista y senador provincial para anunciar un proyecto propio para eliminar las primarias. Imposible no asociar tal anuncio al pedido directo del gobernador, del entorno más inmediato del mismo o al simple deseo del senador que sabe que el mandatario desea terminar con las PASO. Los argumentos que Durand desplegó con un video publicado en el sitio QPS fueron centralmente los mismos que emplearon los diputados del oficialismo: las PASO no mejoran la democracia y representan mil millones de pesos que el Estado debería destinar a emprendedores y a hospitales.

Resaltemos, no obstante, que aquello que los diputados hacen mal Emiliano Durand hace bien: comunicar. Por pericia propia, pero también porque sabe a quién se dirige: emprendedores, trabajadores informales, semiformales, en negro o cuentapropistas; los que carecen de ingreso fijos, vacaciones pagas, aguinaldos y obras sociales. Los muchos que concluyen que el Estado destina plata para todo y todos mientras ellos deben inventarse día a día un trabajo para sobrevivir. En ese universo conviven changarines semianalfabetos con cuentapropista universitarios de ingresos abultados, aunque todos son permeables al discurso de que el Estado y la política entorpece sus vidas y quema dinero que podría tener mejor uso. Se trata de un universo impresionante. Según los datos del Registro Nacional de Trabajadores de la Economía Popular actualizado a febrero del 2022, Salta cuenta con 164 mil personas en esa condición ubicando a la provincia entre aquellas con más trabajadores de este tipo que empleados en el sector privado.

Por esa combinación de variables, Durand parece estar seguro de tener el éxito que los diputados no alcanzaron hasta ahora. Jugada complicada la del periodista-senador que, sin embargo, no es de los que encaran una batalla sabiendo que la misma está perdida o que los costos que acarree sean mayores a los beneficios. Entre estos últimos debe computarse la segura satisfacción de un gobernador que valorará que el senador ponga en juego la credibilidad que forjó al servicio del “proyecto” y que para ello se sumerja en las contradicciones de la política sabiendo que se convertirá en una más de ellas.

Hasta ahora Emiliano Durand lo había evitado. No sólo cuando desistió de reclamar la presidencia de alguna comisión del senado a la que podía aspirar tras imponerse en las elecciones del 2021, también al continuar con el “solucionismo inmediato” con el que hizo campaña aquel año: asistencia puntual para que vecinos lleguen al otro día con algo de comida en sus estómagos, nexo entre necesitados y algún “bienhechor” estatal que pueda proveer recursos o trámites administrativos; gestor de saberes específicos que permitan a un emprendedor recuperar encarar algún proyecto personal que le devuelva algo de lo que la crisis económica le arrebata.

Lo cierto es que el proyecto para eliminar las PASO en Salta cobrará nuevos bríos porque el senador decidió convertirse en instrumento táctico del proyecto político-electoral del gobernador. Es de esperar que ni a este ni al senador les importará si la iniciativa que se apruebe es la del senado o la de diputados. Son hombres pragmáticos. De esos que no se distraen con abstracciones porque solo aprecian las consecuencias prácticas de una acción política y no las causas ideológicas que la motivaban o las autorías de las mismas.

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here