Rusia atacó una base militar y una zona de edificios cerca de la capital Kiev, que venía atravesando una relativa calma desde la retirada de las fuerzas terrestres enviadas por Moscú, según informó el Estado Mayor ucraniano.
«Es una mañana agitada. Una vez más, tenemos el terror de los misiles», señaló en Telegram el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, quien aseguró que Kiev «no se rendirá y no bajará los brazos».
«Alrededor de las 5 (las 23 ayer de Argentina) el enemigo lanzó un ataque disparando seis misiles de crucero Kalibr contra una unidad militar en Lioutij, provincia de Kiev», a unos 30 kilómetros de la capital, declaró el jefe del Estado Mayor ucraniano, Oleksii Gromov, a los medios de comunicación.
Un edificio de la base fue destruido y otros dos dañados, mientras que uno de los seis misiles fue derribado por la defensa antiaérea ucraniana. Los cohetes fueron lanzados desde Crimea, península anexada en 2014 por Moscú, según recogió la agencia de noticias AFP.
Asimismo, el jefe de la Administración Militar Regional de Kiev, Oleksiy Kuleba, reportó un ataque con cohetes contra el distrito kievita de Vishgorod, tras meses de relativa calma desde la retirada de las tropas rusas de la zona a principios de abril.
«Esta mañana, el enemigo cometió un ataque con cohetes contra una de las comunidades del distrito de Vishgorod», informó Kuleba.
Al menos 15 personas resultaron heridas por ese bombardeo, de acuerdo a las autoridades locales.
Kuleba agregó que «todos los servicios de emergencia trabajaron en el lugar» y pidió a la población «no ignorar las alarmas y buscar refugio».
«La guerra continúa y el enemigo sigue llevando a cabo ataques con misiles», subrayó, citado por la agencia de noticias Europa Press.
A fines de marzo, Rusia anunció que reduciría drásticamente sus operaciones contra la capital y concentraría sus fuerzas en el este y el sur del país.
Así, continúan avanzando cerca de Siversk y Bajmut, en el Donbass, región del este que está parcialmente en manos de separatistas prorrusos desde 2014.