El Frente de Todos está calentando motores de cara a las elecciones de 2023. Termina el año y el escenario de los próximos meses se avizora complejo. Primero y principal porque la líder indiscutida del peronismo, Cristina Fernández de Kirchner, sigue dispuesta a no perder centralidad, proscripta pero sin renunciamientos. Eso puede correrla de las listas, pero no dejará de pujar por su lugar de gran electora. Segundo, porque desde que dijo lo que dijo y después corrigió, se lanzó la carrera por una sucesión que, según evalúan algunos sectores de la alianza, daría lugar a una «gran PASO» . Una competencia que por estas horas entusiasma sobre todo al Presidente Alberto Fernández. Cerca suyo insisten en que habrá «una interna de alta intensidad». Hay dos que quieren terciar en la disputa: el ministro de Economía, Sergio Massa y el embajador en Brasil, Daniel Scioli que empezó a mostrarse como candidato. Al ring está subido el propio Alberto que en caso de no ser candidato — empiezan a decir– estaría dispuesto a acompañar a cualquiera de los otros dos.
«Se abre el proceso de una gran Paso. Si tenés una interna intensa del otro lado (por Juntos por el Cambio) no podés no tener una de este», considera un funcionario que tiene diálogo permanente con AF. En esa línea, su entorno expresa que Fernández considera que el espacio debe darse «una estrategia electoral y construirla», y que, como ya dijo en reiteradas ocasiones, él tiene intenciones de «ponerse al frente» de ese proceso. Cree que CFK decidió correrse y en esa lectura sostiene que lo que decidió fue «muy pesado» y que aún «se está digiriendo», porque, sin dudas afectaría la estrategia completa del peronismo. En esa carrera por jubilarla, consideran que, por primera vez, no hay un candidato claro y que debe trabajar para instalar uno: o como dicen en su entorno «para que el peronismo tenga el mejor candidato para dar la pelea».
Mesa política en la Rosada, no habrá. Sobre la posibilidad de armarla,algo en lo que vienen insistiendo todos los espacios del FDT, hace tiempo pero sin eco del Gobierno, cerca del Presidente comentaron que eso se hará «cuando estén los nombres de todos candidatos», porque sino se trataría «de una auditoría del gobierno nacional». «¿Desde cuándo se fiscalizan los gobiernos en una mesa política? –se preguntan– Para eso hay otros ámbitos». Y aclaran: «No se puede hacer una mesa en la que se discuta toda la gestión. CFK le dijo que agarre la lapicera y el Presidente lo hace –dicen espabilados–. Habrá una mesa política cuando haya una estrategia electoral«.
«El peronismo en esta situación no pude descartar a nadie», suele escucharse. Lo cierto es que las posibilidades que tenga el peronismo en las próximos comicios –cualquiera sea el candidato– están atadas, sin duda, a los resultados económicos del gobierno. Esa es una de las lecturas en las que coinciden todas las tribus del FdT. Para eso, sostienen que abril será un mes clave –porque hay vencimientos de deuda en pesos– y porque Massa dijo que quiere que la inflación para entonces sea del 3 por ciento.
Si los números son buenos y, además de bajar la inflación, se diera un proceso de recuperación de los salarios –uno de los principales reclamos y preocupaciones de los trabajadores formales, informales y votantes– el tigrense tendrá grandes chances de ser candidato de todos los espacios.
«Massa va a ver los resultados y evaluará. Lo va a definir, pero mientras tenemos que gestionar porque enfrente se viene un tren bala», reflexionan cerca del Presidente sobre la posible candidatura del ministro y muy preocupados por la amenaza que significa el avance de la oposición. Lo cierto es que es difícil que, si los resultados en el área económica son buenos, el candidato no sea Massa. Sin embargo, la posibilidad de que sea otro, no se descarta.
Scioli es uno de los que empezó a mostrarse con ganas. Y estaría dispuesto a anotarse en esa supuesta gran interna. En el último tiempo, el embajador levantó perfil, tuvo distintas reuniones en Buenos Aires y se verá con Alberto Fernández el 1° de enero, cuando lo reciba en Brasil para participar de la asunción de Lula da Silva. Desde su entorno están convencidos que en las próximas elecciones ganará «el que interprete al electorado del centro porque los extremos ya están definidos».
El embajador en Brasil deja ver que estaría dispuesto a competir si el Presidente no se presenta a la reelección. Pero además, tiene otra condición: no quiere ser sólo el candidato de Alberto Fernández y se encarga de destacar entre sus invitados su histórico vínculo con el kirchnerismo. «¿Qué me pueden decir desde ese sector? Siempre estuve acá y sigo acá en el mismo lugar», lo escucharon decir sus colaboradores cercanos. Cerca de Fernández también lo miran con cierto encanto: dicen que Scioli tiene a su favor que es una figura que no tendría que ser instalada porque ya es conocido.
Manzur es otro que se anotaría en una PASO. Este jueves, ya de regreso de su viaje a Israel, el jefe de Gabinete anunció en Tucumán que será candidato a vicegobernador junto a Osvaldo Jaldo. Luego de eso, sus intenciones son jugar en la presidencial. «Se está proyectando. Primero competirá como vicegobernador y con un posible gran triunfo daría el salto», señalan algunas terminales oficialistas.
El tucumano dejaría su cargo en el Ejecutivo en febrero, cuando se cierren las listas en su provincia. Allí, el Jefe de Estado aprovecharía para reorganizar algunas cuestiones del gabinete y encarar de manera definitiva el año electoral. Fernández –asegura en su fuero íntimo– cumplirá con su regla de que aquellos funcionarios que definan ser candidatos deberán dejar sus cargos. En caso de sostener esa premisa, el escenario sería muy complejo. Además de Manzur, debería dejar su puesto el ministro de Economía, algo que a priori suena imposible por el descalabro que generaría un reemplazo en el área más sensible del gobierno. Otro que estaría en problemas sería el ministro del Interior, Eduardo de Pedro, que también se suma a la carrera. La CGT pidió pista hace rato. CFK no se calla. Axel Kicillof de momento empieza su carrera en la Provincia.