La Misión Permanente de la Argentina ante la Organización de Estados Americanos (OEA) expresó su «enérgico rechazo» y «repudio» a las afirmaciones y «actitud temeraria» del Representante Permanente de Nicaragua, Arturo McFields, quien justificó la asistencia del jerarca iraní Moshen Rezai, con orden de captura por el atentado a la AMIA, a la asunción del presidente Daniel Ortega y rechazó las protestas argentina y estadounidense a esa presencia.
A la vez, la Argentina volvió a reclamar que «se haga justicia» por ese atentado y volvió a «condenar» la visita de Rezai a Managua la semana pasada.
«La Misión Permanente de la República Argentina ante la Organización de Estados Americanos expresa su enérgico rechazo a los dichos del Representante Permanente de Nicaragua, embajador Arturo McFields, toda vez que los mismos manifiestan un incomprensible desdén hacia las obligaciones que pesan sobre toda la comunidad internacional para la lucha contra el terrorismo a través de la cooperación jurídica internacional», indicó esa delegación oficial en su cuenta de Twitter esta noche.
Añadió que «se trata de las reglas más básicas de convivencia que no pueden ser ignoradas. En tal sentido, la Argentina insiste en la necesidad de que se haga justicia en el marco de la causa que investiga el atentado a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) y vuelve a condenar la visita de Mohsen Rezai a Managua, por constituir una afrenta a la justicia argentina y a las víctimas del brutal ataque ocurrido el 18 de julio de 1994 en la ciudad de Buenos Aires».
«En consecuencia, el gobierno argentino repudia la actitud temeraria del embajador McFields e insta a las autoridades nicaragüenses a que aseguren el cumplimiento de las notificaciones rojas de la INTERPOL, de la que forman parte, relativas al mencionado acto terrorista».
El embajador nicaragüense ante la OEA criticó la resolución impulsada por Argentina y Estados Unidos condenando la visita a Nicaragua de Rezai (vicepresidente de Asuntos Económicos de Irán), acusado por el atentado a la AMIA, para asistir a la asunción del reelecto presidente Ortega.
McFields aseveró que «Nicaragua, como nación independiente y como pueblo digno, está en la libertad de invitar a quien desee» y sostuvo que «si esa persona llega con una buena actitud, siempre tendrá puertas abiertas».
Conocida la presencia de Rezai en Managua, el Gobierno nacional emitió un comunicado en el que expresó «su más enérgica condena» a ese episodio.
Y además manifestó «como también lo ha hecho en agosto pasado ante la designación de Rezai como vicepresidente de Asuntos Económicos de la República Islámica de Irán, que su presencia en Managua constituye una afrenta a la justicia argentina y a las víctimas del brutal atentado terrorista contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), cometido el 18 de julio de 1994».
La semana pasada el Gobierno de Alberto Fernández también dijo que «exige una vez más al Gobierno de Irán la cooperación de manera plena con la Justicia argentina, permitiendo que las personas que han sido acusadas de participar del atentado contra la AMIA sean juzgadas por los tribunales competentes». En esa ocasión el canciller Santiago Cafiero también expresó su rechazo y le envió una nota al embajador de Nicaragua en Buenos Aires.
En las últimas horas, en el marco de la visita de Cafiero a Estados Unidos por las negociaciones con el FMI por la deuda externa, Argentina y ese país acordaron impulsar una declaración conjunta que fue aprobada por el Consejo Permanente de la OEA en la que se condenó la presencia de Rezai en Managua la semana pasada, lo que motivó la respuesta del embajador McFields y, ahora, la réplica argentina.
Los iraníes con alertas rojas de Interpol y pedidos de captura internacional son Rezai, exjefe de la guardia revolucionaria; Ali Fallahian, ex ministro de Inteligencia; Moshen Rabbani, exagregado cultural de la embajada de Irán en Buenos Aires; Ahmad Vahidi, excomandante de las fuerzas QUDS, y Ahmad Asghari, exsecretario de la embajada iraní en la Argentina.