Los problemas más acuciantes, como la inflación elevada, persisten y la Argentina inicia un 2022 marcado por la incertidumbre que la población expresa sobre el futuro, con una mirada crítica hacia la administración nacional y un renovado pesimismo sobre el manejo de la economía.
Así lo revela la última entrega del Monitor del Humor Social y Político que D’Alessio IROL/Berensztein elabora de manera exclusiva para El Cronista. El estudio, realizado en base a la consulta online de 1047 adultos en todo el país durante los últimos días del año pasado, mostró que dos de cada tres argentinos no solo consideran negativo el presente económico del país sino que también proyectan que no se podrá apreciar una mejora en 12 meses.
Ni el avance en el plan de vacunación, ni la recuperación del 10% del Producto Interno Bruto el año pasado tras la similar caída de 2020 fueron suficientes para mejorar la percepción social sobre la situación del país.
Al respecto, el politólogo Sergio Berensztein señaló que el relevamiento arrojó que el 2021 cerró con «una persistente visión pesimista de la economía del país, tanto presente como futura» y subrayó la predominancia de esa mirada en quienes optaron por fuerzas opositoras en la reciente elección legislativa, a tal punto que alcanza a «9 de cada 10 encuestados en el caso de los votantes de Juntos por el Cambio».
El resultado de la investigación indicó que solo 34% de los encuestados califica como mejor al estado actual de la economía respecto del que el país atravesaba hace un año. Inclusive un 20% de quienes votaron por el oficialismo apenas 50 días atrás considera que es peor. Y hacia adelante, las cifras son menores a tal punto que con un 33% de los entrevistados, el guarismo de quienes piensan que en doce meses se podrá apreciar una evolución favorable cayó al nivel más bajo para una administración que dos años atrás tenía más visiones optimistas en la sociedad que pesimistas.
Pero más allá de la falta de expectativas más presente en opositores que en oficialistas, las preferencias políticas quedan atrás a la hora de indagar sobre los temas que desvelan a los argentinos. Y es allí donde surge la principal asignatura pendiente del Gobierno que alimenta el malhumor social. «La inflación es la principal preocupación de 9 de cada 10 argentinos, sin distinción ideológica, de género, edad y nivel socioeconómico», apuntó Berensztein, al tiempo que destacó que el estudio refleja «una fuerte crítica al gobierno de Alberto Fernández: 68% desaprueba su gestión, el valor más alto desde su inicio, en diciembre de 2019″.
En efecto, la inflación (88%) surge como el principal tema que preocupa a los encuestados, seguido por la inseguridad (73%), otro de los problemas que arrastra el país desde hace años y que inquieta más a electores de la oposición.
Lo mismo ocurre con otros dos temas que aparecen en los primeros lugares de la lista de respuestas y reflejan la inquietud sobre la forma en que el Gobierno maneja la economía del país: la incertidumbre sobre el futuro (68%) y la falta de propuestas para el crecimiento (59%).
Adicionalmente, los participantes del estudio manifestaron preocupación por la impunidad de actos de corrupción del gobierno kirchnerista, el reparto de subsidios, la falta de freno a los piquetes y de avance en la lucha contra el narcotráfico, así como el impacto económico del coronavirus y el fácil acceso a la obtención y consumo de drogas.
El resultado de ello es que se sostiene la máxima calificación negativa a la gestión desde la asunción de Fernández, con un impacto total en el votante de Juntos por el Cambio y que inclusive alcanza a un 14% de los encuestados que optaron por los candidatos del Frente de Todos apenas en noviembre pasado.
IMAGEN DE LOS DIRIGENTES
Tras un año marcado por las elecciones legislativas, el 2022 representará un nuevo desafío para los representantes de las coaliciones mayoritarias que, con el foco puesto en el debate parlamentario, deberán transitar por la fina orilla que delimita la paridad de fuerzas parlamentarias.
El resultado de los comicios celebrados en noviembre último tuvo una consecuencia directa en la valoración que la sociedad otorga a la imagen de los principales dirigentes, según los datos que surgen del Monitor.
El cierre del año mostró un «alza en la apreciación positiva de los principales referentes de Juntos por el Cambio, que dominan claramente el ranking de imagen, con Patricia Bullrich (54%) en el primer puesto, seguida por Luis Juez (53%) y Ricardo López Murphy (51%), siendo los únicos en superar el 50% de aprobación», destacó Berensztein.
«Contrariamente -agregó-, se observa una fuerte desaprobación hacia todas las figuras del oficialismo, que obtienen grandes balances negativos de imagen. Los únicos que superan el 30% de aceptación son Leandro Santoro, con 35% y Martín Guzmán, con 32%».
En ese sentido, señaló que «la imagen positiva de los principales referentes del Frente de Todos cae a su valor mínimo: el presidente Alberto Fernández pierde 25 puntos, pasando de 55% de aprobación en diciembre de 2019 a 30% en esta medición; su compañera de fórmula, Cristina Fernández, 11 puntos, de 39% a 28% y el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, 17 puntos, de 47% a 30%».
POLÍTICOS A PRUEBA
No obstante, para D’Alessio la actual situación «abre una etapa de prueba y cohesión hacia 2023″, que alcanza a los dos lados de la grieta. «En el caso del oficialismo, deberá recomponer las imágenes de sus principales dirigentes y generar una política que logre atraer a los sectores medios que, hasta el presente, no ha conseguido retener, tal como lo demostraron las elecciones de medio tiempo», precisó.
Y acotó que «para la oposición tampoco es sencilla la situación porque no es lo mismo una cohesión electoral que una coordinación legislativa a través de dos años».
«Las primeras pruebas le han demostrado que no es fácil mantener la cohesión y, sobre todo, la disciplina, como quedó evidenciado con el traspié de la votación sobre Bienes Personales», apuntó.