El Gobierno sostiene que la reducción del déficit fiscal -que pide el Fondo Monetario Internacional (FMI)- se logrará sin recortar los gastos, sino gracias al crecimiento.
Los números evidencian que si se frena la reactivación económica en los próximos cuatro años, será complicado cumplir con la meta fiscal de déficit cero para 2025.
El año pasado los ingresos totales del sector público fueron el 17,65% del Producto Interno Bruto (PIB), mientras que el gasto primario fue equivalente a 20,90% del PIB.
Esto da como resultado un déficit de 3,25% del PIB, según estimó el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf) en su último informe.
«Como se pretende tener la visión a futuro de las cuentas públicas, no se consideran los ingresos extraordinarios del 2021: DEG distribuidos por el FMI por 1% del PIB y los fondos que ingresaron en concepto de Aporte Solidario Extraordinario por la Pandemia (ASEP) por el 0,5% del producto», aclararon.
El Fondo exige esta meta porque para disminuir el endeudamiento neto es necesario dejar de tener déficit. «El equilibrio primario podría lograrse en 2025, en la medida que la economía crezca al 3% anual», destacó el análisis de IARAF.
De lo contrario, si el crecimiento económico «fuese del 2% anual en lugar del 3%, el equilibrio primario se alcanzaría en 2027«, calcularon los economistas, en coincidencia con la meta que había planteado Martín Guzmán.