Marcelo Sebastián D’Alessio cumplió este martes tres años en prisión. Sin embargo, el aniversario no le trajo buenas noticias. El juez federal Julián Ercolini rechazó darle la libertad, como reclamaba el falso abogado. Sin embargo, D’Alessio se juega su bala de plata porque tanto el juzgado como la fiscalía estuvieron de acuerdo en iniciar el trámite para definir si puede irse detenido a su casa en el country de Canning.

D’Alessio apostaba que vendrían tiempos mejores con la mudanza de la investigación desde Dolores a Comodoro Py. Sin embargo, por el momento, no llegaron. Ercolini lo dejó en prisión preventiva por seis meses más en el penal de Ezeiza. De la cárcel, D’Alessio tiene un largo catálogo de quejas: desde que la celda es de tres metros por tres metros, que no tiene luz natural, que su única compañía son los insectos y que estuvo un año sin poder ir al patio.

Sin embargo, el falso abogado no logró conmover a Ercolini a la fiscal Alejandra Mángano, que se opuso a la libertad de D’Alessio al igual que la querella de la Unidad de Información Financiera (UIF). Mángano había pedido que la prórroga de la preventiva fuera por un año, pero Ercolini acotó el plazo a la mitad.

En el ínterin empezarán con los estudios para ver si D’Alessio puede volver a vivir al country Saint Thomas, el lugar que el juez federal Alejo Ramos Padilla allanó en febrero de 2019 y de donde extrajo la mayor parte de la prueba de la causa que tramitó en Dolores sobre el espionaje en el macrismo. La defensa de D’Alessio ya pidió su vuelta al hogar. La fiscal Mángano solicitó que se hicieran informes de viabilidad desde la Dirección de Asistencia de Personas bajo Vigilancia Electrónica del Ministerio de Justicia, que es el área que se ocupa de instalar los sistemas de monitoreo para aquellas personas que están detenidas en su domicilio con una pulsera electrónica.

Para fundar el rechazo a la pretensión de D’Alessio de irse en libertad, Ercolini habló de la existencia de una red de vínculos con fuentes de poder. “Es dable destacar que a lo largo de esta cuantiosa investigación y con los alcances propios que caracterizan esta etapa del proceso, se han resaltado las particularidades de los vínculos de D´Alessio con agentes de la AFI o el Ministerio de Seguridad, las fuerzas de seguridad, miembros de la justicia y de la prensa con los que llevó adelante las decenas de acciones de espionaje e inteligencia ilegal que se han podido acreditar”, escribió el juez.

Ercolini recibió el mes pasado el expediente después de que la Cámara Federal de Casación le sacó la causa al juez Martín Bava, que subroga en Dolores desde que Ramos Padilla juró al frente del Juzgado Federal 1 de La Plata. Con la decisión de la Casación, la causa que orbita alrededor de D’Alessio arrastró los otros dos expedientes que tramitaban en esa ciudad: la del espionaje en provincia de Buenos Aires entre 2016 y 2017 a partir de lo que se conoció como “Proyecto AMBA” y la del espionaje a los familiares de los 44 tripulantes del ARA San Juan –que tiene al expresidente Mauricio Macri procesado–. Todas esas causas están actualmente en manos de Ercolini. Solo la causa del D’Alessiogate reúne 75 cuerpos y 201 legajos o incidentes.

D’Alessio fue procesado en cinco oportunidades por Ramos Padilla por ser parte de una asociación ilícita dedicada al espionaje ilegal que funcionó durante el gobierno de Cambiemos y que incluso se dedicaba a hacer transferencias internacionales de dinero de origen ilícito. En la investigación quedó en claro que D’Alessio tenía terminales en la AFI –respondía al exjefe de la base Ezeiza Ricardo Bogoliuk–, en el Ministerio de Seguridad de Patricia Bullrich, en el Ministerio Público Fiscal, en el Poder Judicial y en los medios de comunicación. Además, D’Alessio se dedicaba a maniobrar en expedientes judiciales, como inicialmente denunció el empresario Pedro Etchebest — a quien le pedía dinero para no involucrarlo junto con el fiscal Carlos Stornelli en la causa de los «cuadernos»–.

El falso abogado no era el jefe de la asociación ilícita, pero sí una persona que concentraba poder “porque era funcional al poder”, escribió Ramos Padilla. En su afán por volver a su casa desde los inicios de la investigación, D’Alessio fue haciendo distintas propuestas de cooperación. La inicial fue aportar información sobre la AFI. Después, con el cambio de gobierno, apostó a convertirse en un arrepentido. Sin embargo, Ramos Padilla lo rechazó. En noviembre pasado, pidió ir a Dolores porque quería ser un imputado colaborador, pero, en esa oportunidad, quien no aceptó su oferta fue el fiscal federal Juan Pablo Curi.

D’Alessio únicamente continúa en prisión por la causa de espionaje de Dolores. Si bien fue condenado el año pasado por el Tribunal Oral Federal (TOF) 2 por intentar extorsionar al empresario Gabriel Traficante, en esa causa consiguió la libertad condicional porque llevaba ya más tiempo detenido que el que le correspondería purgar cuando la sentencia quede firme.

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