Aunque resten los últimos retoques a la negociación puntual, ya está casi cerrado el mecanismo por el cual Argentina aceptará las revisiones trimestrales del Fondo Monetario Internacional (FMI); quizá, al menos en términos políticos, el costado políticamente más difícil de aceptar por parte del oficialismo.
Será inevitable que estas misiones se concreten cada tres meses, comenzando con el trimestre posterior a la firma del acuerdo. Por ejemplo, si se cerrara en marzo de 2022, los primeros visitantes llevarían en julio de este año. Esto implica que habría dos visitas en este ejercicio y cuatro en el próximo.
Como se estima que el Facilidades Extendidas tradicional a 10 años será negociado con un novedoso esquema de dos etapas, con una primera de 2,5 años, habrá diez revisiones. Estas se concretarán entre el segundo semestre de este año y diciembre de 2024. Si Argentina llegara a cumplir con todos estos diez exámenes, hacia el primer semestre de 2025, año en el que podría haber una renegociación general de términos y condiciones para el resto de la vigencia del acuerdo. O, eventualmente, su renovación. Será cuestión del próximo gobierno.
¿Cómo deberían ser aprobados los exámenes trimestrales, ya este año? Argentina reclama que la aprobación se concrete contabilizando el tiempo por semestre; con lo cual, en el caso que no se cumpliera alguna meta comprometida en una revisión trimestral, esta pueda corregirse en el próximo. Y que la conclusión sea cada medio año y tomando un diagnóstico general. Y no con el incumplimiento de una o dos variables de la que estén bajo revisión. La petición no fue rechazada aún (tampoco avalada) y, se supone, pasará a formar parte de uno de los capítulos que deberá ser aprobado por el complicado board del FMI.
El Ministerio de Economía está confiado en que todos estos exámenes, al menos los primeros seis que corresponden a la gestión de Alberto Fernández, pueden ser alcanzados. Con dificultad, pero sin aplicar ajustes por fuera de lo negociado y discutido. Y que no se llegará al escenario pronosticado por el argentino Claudio Loser, el ex director gerente para el Hemisferio Occidental de FMI, quien, consultado sobre el futuro Facilidades extendidas Reloaded, dijo que “cada tres meses la Argentina va a tener que salvarse del default”. Si todo sale como espera Martín Guzmán, y comparte el Ejecutivo, las primeras misiones trimestrales podrían concretarse entre julio y agosto; para verificar lo que suceda en el segundo trimestre del año. Luego se concertarían entre octubre y noviembre y luego entre enero y febrero de 2023. Como para que haya problemas habría que incumplir las metas durante dos trimestres consecutivos; recién podría haber dificultades de continuidad, y en consecuencia mayores presiones desde el Fondo, en 2023.
Esto implica que durante este año la relación bilateral no sufriría problemas, pero que en el año electoral habría dificultades si no se cumplen las metas. Como Guzmán descarta que lo que se firmaría este año es absolutamente cumplible (un desequilibrio fiscal del 2,5%), si hubiera problemas recién aparecerían en el segundo semestre del año próximo. Lejos en el tiempo, pero coincidentes con el programa electoral donde el oficialismo jugará su continuidad.
Guzmán no deberá relajarse para cuando lleguen las primeras misiones del FMI. Se sabe que los técnicos del Fondo que tengan a su cargo la fiscalización del cumplimiento de las metas, las controlarán con un nivel de relojería que pocas veces fue aplicada por los técnicos. Y que no se le regalará nada al país. Si no hay cambios en los próximos tiempos, serán la norteamericana Julie Kozac y el venezolano Luis Cubeddu (la directora adjunta para el Hemisferio Occidental y el responsable máximo del caso argentino), quienes controlarán cada tres meses en Buenos Aires (eventualmente en la sede de Washington) si el país cumplió las metas fiscales, monetarias, cambiarias, de inflación, recaudación y crecimiento; luego, emitirán un severísimo informe en cada final de misión.
Ese “paper” será luego carne de análisis exhaustivo en el escritorio personal del brasileño Ilan Goldfajn, quien deberá dar el veredicto fiscal sobre su cumplimiento o incumplimiento. El ahora director gerente para el Hemisferio Occidental (el cargo que detentó Loser hace casi una década y media) será quién levantará o bajará el pulgar sobre la economía argentina y la vigencia del Facilidades Extendidas. Cada tres meses. ¿Cuándo caería el acuerdo ante el incumplimiento? Según el estatuto del Fondo, dos trimestres consecutivos de incumplimiento alcanzarían. Luego se abriría una renegociación.