Mientras en el Senado se turnaban las y los legisladores para exponer y justificar el sentido de su voto respecto del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), afuera, a unos 200 metros sobre la avenida Rivadavia, distintas agrupaciones de izquierda se manifestaron en contra del proyecto.

“Nos quieren vender que no queda otra, que solo queda agachar la cabeza y resignarse cuando los pueblos del mundo se han levantado históricamente contra las políticas del FMI”, señaló a Página/12 la diputada por el Frente de Izquierda Unidad, Myriam Bregman que participó de la escuálida marcha.

El Congreso amaneció –exageradamente– vallado como parte de un operativo de seguridad que implementó el gobierno de Rodríguez Larreta con el que buscó prevenir incidentes similares a los que no logró evitar en Diputados cuando se inició el tratamiento del proyecto de acuerdo con el organismo internacional –donde obtuvo media sanción. Posiblemente dirán que fue un éxito, porque la jornada transcurrió de forma pacífica, entre cantos, banderas, pancartas y militantes que acudieron para manifestar su descontento y rechazo al acuerdo.

“Vení a luchar que esto eso lo vale, que las crisis las paguen las patronales”, se escuchaba desde el altavoz de las organizaciones en la plaza. A coro, las y los militantes repitiendo las palabras junto con el ritmo de tambores y redoblantes. “Que no paguen la deuda con el hambre popular”, continuaba la canción. El miedo de muchas y muchos –sino todas y todos– presentes desde el vallado sobre Rodríguez Peña hasta Virrey Cevallos, era que, justamente, la crisis y el acuerdo con el FMI traiga ajuste y hambre.

“Estamos acá para decirle nuevamente ‘no’ al acuerdo del gobierno con el FMI, porque esto recién empieza: hasta acá el gobierno alineó toda la política económica para llegar a un acuerdo con el Fondo, y ahora van a empezar las primeras medidas”, expresó Bregman a este diario sobre los motivos que convocaron a las diferentes agrupaciones.

Con el Congreso detrás, y desde el escenario montado sobre un camión –desde el cual hablaron referentes en un acto que comenzó a las 18– podían divisarse las banderas de las organizaciones: el Partido Obrero (PO), el Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS), el Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST), la Izquierda Socialista (IS), el Nuevo MAS, la Federación de Organizaciones de Base (FOB), el Frente Darío Santillán, el Movimiento Teresa Rodríguez (MTR) y la Coordinadora BFS, entre otras. El motivo de la convocatoria era una solo: el repudio al “acuerdo anti obrero y anti popular”.

“Es un acuerdo que por más que pueda patear la crisis de deuda para adelante, pero que efectivamente provoca una crisis de deuda porque el cronograma de pagos es impagable”, señaló la diputada del FIT-U. “El pueblo va a sufrir las consecuencias de un acuerdo que es recesivo y es inflacionario, porque han descubierto que la mejor manera de hacer un ajuste en la Argentina es por la vía gradual de la inflación”, sostuvo.

Así lo señalaban los diferentes carteles caseros que sostenían las y los militantes: “FMI = Fondo Mentiras e Injusticias”, “basta de ajuste”, “no al pago de la deuda”, “el FMI es el hambre del pueblo”, entre tantos otros. El que más se repetía entre las personas era “las estafas no se pagan”. Mientras tanto, dentro del Congreso las y los senadores avanzaban hacia una votación cuyo resultado, con algunas posibles diferencias, estaba casi cantado desde la votación en Diputados.

“Estamos manifestando nuestro repudio al acuerdo, que es una entrega de soberanía absoluta porque cada tres meses va a venir el FMI a dictar las cuentas y a decir si están bien o están mal los presupuestos sociales que se van a necesitar desembolsar en esta situación de crisis”, sostuvo la dirigente del MST, Vilma Ripoll. Para ella, “habría que haberle dicho que no desde antes, declarar la deuda como deuda odiosa, que es una legislación internacional que permite declararla nula”. “La inflación es el peor ajuste, y lo que se firmó del Salario Mínimo Vital y Móvil, en complicidad con la burocracia sindical, es un escándalo”, afirmó, describiendo la compleja actualidad del país, que quedó aún más evidente que los últimos datos del INDEC. “Eso que dijo Alberto de que va a declararle la guerra a la inflación, en realidad lo que va a hacer es declararnos la guerra a nosotros”, consideró la dirigente de izquierda, y continuó: “El FMI empezó con la dictadura y nunca paró, producto de la entrega de los sucesivos gobiernos: nosotros le queremos decir ‘basta’”.

Otro dirigente presente en la movilización y que se expresó en contra del Fondo fue Marcelo Ramal, del PO Tendencia, que consideró que “todavía no se votó el acuerdo y ya se ha convertido en papel mojado”. “En el día de hoy ha quedado completamente claro que el acuerdo es inviable: cuando uno piensa que la inflación va a ser del 60% con el aumento de los alimentos y los tarifazos que se vienen, y que las mejores paritarias están en el 45%, vamos a una nueva desvalorización del salario y de las jubilaciones”, señaló.

Mientras tanto, senadoras y senadores continuaban expresando sus posiciones. Aún faltaban algunas horas para la votación final. Afuera, en la calle, los cantos continuaban, y la lucha de las agrupaciones de izquierda, también.

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