El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, afirmó hoy que el país sería una «republiqueta» sin las obras realizadas en 21 años de dictadura establecida por el golpe de Estado, del cual hoy se cumplen 58 años , y reiteró sus dudas sobre el proceso en el cual se jugará la reelección el 2 de octubre próximo, en un nuevo desafío a la Justicia Electoral

«¿Qué sería de Brasil sin las obras del gobierno militar? No sería nada, seríamos una republiqueta», afirmó durante un discurso en el Palacio del Planalto para poner en funciones a siete nuevos ministros a raíz de que gran parte del gabinete renunció para postularse a cargos electivos en las elecciones del 2 de octubre.

Bolsonaro insistió en que el proceso de derrocamiento del presidente constitucional Joao Goulart, cuyo cargo fue declarado vacante tras un levantamiento militar en Minas Gerais, no se trató de un golpe.

En el acto estaba como estrella oficialista el diputado Daniel Silveira, famoso por romper un cartel en un acto con el nombre de Marielle Franco, la concejala asesinada en Río de Janeiro en 2018 y procesado por atentar contra la democracia por el juez Alexandre de Moraes, del Supremo Tribunal Federal (STF).

«Todos tenían (en la dictadura), el derecho de circular, de ir y venir, de salir del país», afirmó Bolsonaro.

El mandatario dijo que los asesores le piden calma pero que en algún momento se cansa: «Calma un carajo, mierda», apuntó en el discurso.

El presidente. excapitán del Ejército. también dijo que es lícito dudar del sistema de escrutinio electoral y cargó contra las altas cortes del país que investigan a sus aliados.

«No podemos aceptar lo que viene ocurriendo pasivamente. Gente que puede quedar presa, bienes confiscados, salario retenido. Les vas a llegar. Hoy tenemos un presidente que lucha por transparencia en las elecciones. Prohibieron dudar de la urna electrónica. Tenemos la obligación de tener la certeza del voto, que es el alma de la democracia. Si no decido, todos sufrirán con ello», afirmó el mandatario.

En alusión a la fecha del golpe militar del 64, Bolsonaro reivindicó la acción de los dictadores Castelo Branco, Emilio Garrastazú Médici y Ernesto Geisel por haber desarrollado la infraestructura, la actividad agrícola en el centro del país y en la selva amazónica.

En un discurso de tono electoral contra su rival, el expresidente Lula da SIlva, el mandatario lanzó una serie de «fake news» (noticias falsas) usadas en la campaña de 2018 vinculando al Partido de los Trabajadores (PT) con una supuesta intención de tolerar la pedofilia y dictar educación sexual en el jardín de infantes.

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